El ajuste presupuestario echa el freno en 2014. Las comunidades autónomas mantendrán una política de austeridad este año, aunque en menor medida que en ejercicios anteriores.
De hecho, la mayoría de ellas ha presentado unas cuentas expansivas. Un ejemplo de ello es que el tijeretazo en los servicios públicos parece haberse detenido.
El recorte en los servicios públicos fundamentales, como Sanidad y Educación, apenas se cifra en 720 millones de euros para el conjunto de las regiones, cuando esta cifra supuso prácticamente diez veces esa cantidad en 2013, según un resumen elaborado por el Ministerio de Hacienda, sin incluir Navarra por no tener todavía los datos.
La mayoría de las autonomías presenta incluso un incremento presupuestario para estas partidas de gasto, mientras que en el ejercicio que acaba de terminar prácticamente todas aplicaron importantes recortes tanto en Sanidad como en Educación.
Si el balance para 2014 sigue siendo negativo se debe en buena medida a Andalucía y Cataluña, dos autonomías con presupuestos abultados, serios problemas financieros y posibilidades de incumplir el déficit, que llevan al conjunto a terreno negativo.
Las partidas sanitarias se verán mermadas en apenas 208 millones, un 0,4% menos que en 2013, hasta alcanzar un presupuesto conjunto de 51.865 millones de euros. El recorte del año anterior rondó el 7%.
Otro tanto ocurre con el sistema educativo, cuya dotación descenderá este año en un 1,5%, unos 513 millones, hasta los 33.710 millones. En este campo, las autonomías prometieron recortar casi un 10% en el año que ha acabado.
¿A qué se debe este cambio de tendencia? Aparte de que muchas autonomías han optado por confiar su ajuste a la vía de los ingresos, la ampliación de los objetivos de déficit en 2013 ha provocado que las cuentas del año pasado se extendieran a mitad de curso dejando los presupuestos autonómicos defasados. De hecho, la mayoría de las autonomías arroja ya techos de gasto expansivos para este nuevo ejercicio, en el que se prevé un incremento del PIB superior al 1% y donde las tensiones financieras se han relajado.
Tampoco se verán apenas afectadas las cuentas en el área de Seguridad, protección y promoción social, aunque se verán reducidas un 0,5%. De esta forma las autonomías han presupuestado hasta 12.076 millones para este año, 60 millones menos.
Los ajustes más severos se llevarán a cabo, por el lado contrario, en otras funciones de servicios públicos o meramente políticas. Aquí se reducirán las cuentas casi un 5%, lo que implicará una dotación de 1.575 millones menos. Deuda pública Lo que sí crece sin paliativos es la cantidad que las autonomías deberán destinar al pago de deuda pública, tanto en pago de los intereses como las amortizaciones de los pasivos financieros. En total se destinarán 30.579 millones a estos conceptos, lo que implica un considerable incremento del 44% respecto al último año.
Entre las autonomías más afectadas por la espiral de la deuda se encuentra, en primer lugar, Cataluña, cuyas obligaciones financieras más que se duplican (crecen un 114%) hasta los 7.876 millones. Galicia, con un incremento del 86%, y País Vasco, con un ascenso del 84%, completan la lista de las más perjudicadas por la evolución financiera de las comunidades.
Solo hay una región que vea reducida sus partidas para la deuda pública; Andalucía pagará un 10,5% menos. La variación de Murcia es prácticamente nula, con un aumento del 2% sobre 2013.
El ajuste afectará las partidas de gasto, pero también explota las de ingresos: los mayores ajustes se buscarán por el lado de la recaudación fiscal. La recaudación por los impuestos de Patrimonio y los de Sucesiones y Donaciones se incrementará considerablemente, un 54% y un 15%, respectivamente (ver EXPANSIÓN del 2 de enero).
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