(Entrada basada en el estupendo reportaje de Esther Pérez Amat).
Hace aproximadamente 15 años nuestro país se convirtió en un importante receptor de inmigrantes procedentes de África, Sudamérica y Europa del Este. En consecuencia, las aulas españolas se fueron poblando de alumnos extranjeros o hijos de inmigrantes; la creencia de que estos chicos hacen bajar el nivel educativo está muy arraigada en la sociedad e incluso en una gran parte del gremio docente (según el CIS, el 48,9% de los profesores lo cree así), pero ¿es real esta afirmación?
En primer lugar, comparemos el nivel educativo de los autóctonos y de los inmigrantes: mientras que un 23,2% de españoles consigue un título universitario, el 20,7% de extranjeros también lo hace (datos extraídos de un estudio de la Fundación BBVA). La diferencia de 2,5 puntos apenas es representativa.
Aunque en la Educación Obligatoria los datos evolucionan muy rápido, vemos que en estas etapas -Primaria y Secundaria- los extranjeros sacan peores notas, como demuestra otro estudio de la FUNCAS. Las razones parecen claras: este sector de población tiene un acceso limitado a los recursos materiales, educativos y culturales; su poder adquisitivo es generalmente mucho más reducido; el nivel de estudios de los padres suele ser inferior a la media; la incorporación al sistema educativo es tardía con respecto a los españoles, etc. Si analizamos la diferencia de notas entre extranjeros y españoles, observamos que la distancia entre ambos sectores depende de la Comunidad Autónoma en la que se encuentren: los inmigrantes residentes en Andalucía consiguen unas medias prácticamente iguales a las del resto de los españoles (informe OPAM); sin embargo en Castilla y León sí existen diferencias notables entre los autóctonos y los venidos de fuera (los castellanoleoneses cosechan las mejores calificaciones nacionales de los últimos años, razón por la cual la brecha es más perceptible).
Conociendo ya que las calificaciones de los inmigrantes en la Obligatoria son más bajas, la pregunta sigue siendo si su nivel educativo afecta al del resto.
Las polémicas pruebas CDI que se realizan en Madrid consistentes en un examen externo a los alumnos de 6º de Primaria y 3º de la ESO, arrojan unos datos bastante interesantes al respecto: el porcentaje de inmigrantes por clase no influye en los resultados de Primaria (estudio de la FEDEA). En el mismo estudio se otorga mayor importancia a la formación de los padres (nivel de estudios alcanzado, profesión que desarrollan...) y a su actitud hacia el rendimiento escolar de los hijos que el número de inmigrantes en un centro, dato este que no es determinante para el éxito educativo.
Julio Carabaña, catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, publicó unas reflexiones sobre el Informe PISA que nos ayudarán a entender el fenómeno de la inmigración en la escuela: viene a decir, resumiéndolo de un modo casi infantil, que si un español saca un 8 y un inmigrante obtiene un 6, estadísticamente conseguirán entre los dos un 7. En definitiva, es obvio que la media total sí se resiente, pero las calificaciones de la población autóctona no tienen por qué verse afectadas.
Hay muchas variables a tener en cuenta, como el hecho de que la aportación inmigrante mejora los resultados totales en algunas Comunidades; dicho de otro modo los extranjeros obtienen mejores notas que los españoles. ¿Cómo es posible?
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