domingo, 11 de noviembre de 2012

Por un gran pacto educativo (artículo de opinión)

Sobre la necesidad de un gran acuerdo político para acabar con el fracaso escolar

Pese a lo doloroso que pueda resultar, sobre todo para las muchas familias con pocos recursos, el mayor problema de la educación en nuestro país no son los recortes más recientes, aunque estos agraven la situación. El mayor problema es el pertinaz fracaso y abandono escolar, que los recortes, ciertamente, empeorarán. Llevamos desde la primera gran reforma educativa posterior a la Guerra Civil, la de 1970, con un fracaso y abandono entre el 25 y el 30%. Ante esta impresionante y persistente cifra, casi cada ministro o ministra de Educación se ha empeñado en buscar un remedio cambiando las leyes. El último ministro del Gobierno anterior, el señor Gabilondo, entendió que no se trataba sólo de cambiar la ley, sino que la educación era un asunto de Estado que tendría que ser cambiado por acuerdo de al menos los dos grandes partidos. Él intentó un pacto escolar. Pero no lo logró. No se alcanzó el necesario consenso (probablemente hubo falta de flexibilidad y de visión de Estado por parte de todos). Nuestro imprudente ministro actual, a los dos días de llegar al Gobierno, decidió que ya sabía él cuáles eran los males de la patria en cuestión de enseñanza y, sin la debida consulta, se ha lanzado a proponer cambios. Señor ministro, señores y señoras ministros pasados y por venir, por favor, el asunto nos afecta mucho. Nos afecta ahora mismo (hay criaturas sin libros de texto, universitarios que no pueden seguir sin sus becas y jóvenes investigadores a quienes han cerrado el laboratorio) y nos afectará y condicionará el futuro. Nos afecta como individuos y como proyecto de Estado ya que, dependiendo del nivel formativo nuestra población, nuestro país, tendrá capacidad para plantearse y hacer unas cosas u otras. Por ello, señor Wert, no se lance a realizar cambios y recortes indiscriminados, en solitario o con un reducido grupo de personas expertas a las que usted no les da tiempo ni de que se reúnan un par de veces. Por favor, hagan ustedes grandes consultas. Hay gente experta. Además de las personas especialistas en análisis educativo hay mucho profesorado que se trabaja el aula día a día y muchos equipos directivos de centros escolares que saben qué es lo que les funciona y qué no. Hay comunidades autónomas con resultados superiores a la media de PISA y otras muy por debajo, ¿por qué no analizamos las razones de sus diferencias? Y hay también, y esto no es menos importante, notables distancias políticas e ideológicas entre más o menos dos grandes bloques de la ciudadanía de este país. Por ello, ¿no podríamos centrar los esfuerzos en llegar a puntos comunes de acuerdo en lugar de pasar el rodillo para eliminar todo lo que no nos suena bien? ¿Y no será esta demanda de un acuerdo, de un gran pacto escolar, la que debiera presidir las reivindicaciones y aun las huelgas de madres y padres de escolares?Las dos grandes asociaciones, la Concapa y la Ceapa, se han puesto de acuerdo hace un mes para demandar ayudas para libros y comedores. Yo creo que podrían dar un paso más y exigir un pacto escolar duradero. Propongo que la pancarta que presida las manifestaciones contra el fracaso del sistema educativo sea a favor de un gran pacto escolar, ya. Detrás de esa pancarta creo que se unirían no sólo las familias de escolares y estudiantes, sino buena parte de la ciudadanía que conoce bien el efecto que sobre toda la sociedad tienen los resultados del sistema educativo.

CAPITOLINA DÍAZ MARTÍNEZ PROFESORA DE SOCIOLOGÍA, UNIVERSIDAD DE OVIEDO 

Publicado en lne.es

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