jueves, 25 de octubre de 2012

Wert, la educación necesita una inversión "urgente y eficaz"

Fernando J. López explica en este artículo la ideología que subyace a una de las últimas declaraciones de Wert sobre que la inversión en educación sea innecesaria. Hemos tenido acceso a él a través de twitter (@NandoJ):

BLOGCANALEDUCACIÓN.ES: La educación no exige inversión

“No porque un Gobierno invierta más en educación tendrá mejores alumnos o trabajadores más productivos”. Esta ha sido una de las últimas declaraciones de nuestro actual ministro de Educación, todo un experto en regalarnos titulares gracias a su incomprensible obcecación en el desatino.

En primer lugar, sería bueno plantearse si la educación debe tener como objetivo la fabricación en serie de “trabajadores productivos” o si, por el contrario, su fin ha de ser la formación integral de nuestros alumnos, proporcionándoles los conocimientos básicos que puedan necesitar para madurar e integrarse con autonomía suficiente en el mundo adulto. Si nos fijamos en las materias que elimina la reforma -la Ética, las Ciencias para el Mundo Contemporáneo o la Cultura Clásica, entre otras-, parece que se prefiere al futuro “trabajador productivo” y, a ser posible, acrítico, capaz de integrarse con facilidad y espíritu sumiso en una sociedad orwelliana donde se ha decidido que la cultura es tan prescindible como escasamente productiva.

En segundo lugar, quizá sería positivo que nuestro ministro acompañara a cualquier docente actual a una de nuestras aulas para que compruebe por sí mismo si la menor inversión afecta o no a los resultados de nuestros alumnos. Según Wert, todas estas afirmaciones serían ciertas:

- Los alumnos con dificultades tendrán el mismo éxito tanto si tienen profesores, apoyos y grupos especiales (Compensatoria y refuerzos) como si no los tienen.
- Los alumnos de idiomas aprenderán con la misma facilidad tanto si se pueden hacer desdobles y divisiones por niveles como si no se hacen.
- Los alumnos de materias como Biología o Física y Química podrán profundizar en la materia tanto si se pueden llevar a cabo los correspondientes laboratorios como si se suprimen por falta de profesores o de aulas.
- Los alumnos de ESO y Bachillerato recibirán una formación idéntica tanto si son educados por un docente experto en la materia como si reciben clase de un profesor de otra asignatura.
- Los alumnos de cualquier curso de Bachillerato o de la ESO recibirán una educación igual de individualizada y diferenciada tanto si están en un grupo de veinte como si son casi cuarenta en un aula con apenas espacio para acogerlos.
- Los alumnos de cualquier centro educativo recibirán una formación idéntica tanto si hay actividades extraescolares como si, por falta de recursos, no las hay.
- Los alumnos, en general, son absolutamente ajenos al número de estudiantes por aula, y al número de alumnos por profesor, y al número de profesores por centro.

Y sí, puede que a los “buenos alumnos” -esa exigua minoría que apenas nos necesita a padres y profesores- una menor inversión no les afecte tanto como al resto. Puede que en ellos “solo” se limite a empobrecer su formación pero, al menos, no les impedirá completarla. Sin embargo, habrá una gran mayoría de estudiantes que jamás alcanzarán un nivel superior porque no tendrán medios, apoyos ni recursos para ello.

Lo que no entiende Wert es que el sistema educativo no debe estar encaminado a que solo unos pocos alcancen la supuesta excelencia, sino a que todos nuestros alumnos -sea cual sea su origen y su capacidad- alcancen el mayor grado de excelencia dentro de sus posibilidades. Y para eso, me temo, sí que se necesita una inversión. Una inversión -urgente y suficiente- que nos asegure a todos unas opciones de futuro que, mientras sigan estrangulando la educación, jamás tendremos.

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