Artículo de Mónica Zas Marcos para eldiario.es
- Las bajas que afectan a claustros enteros de profesores se unen a la incertidumbre sobre qué ocurrirá con los docentes mayores de 55 años, los universitarios y en aquellas regiones que ni siquiera han empezado a citar al profesorado
La vacunación a profesores empieza a mostrar síntomas de improvisación. Hace un mes que España decidió no administrar el suero de AstraZeneca a mayores de 55 años, lo que obligó a la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad a repensar la estrategia para incluir nuevos grupos prioritarios con población más joven. Entre los colectivos que pueden inmunizarse con esta vacuna están sanitarios, policías o docentes, pero no hay un orden fijo y cada comunidad ha decidido de forma independiente por quiénes empezar.
En el caso de los profesores, la situación varía mucho dependiendo del territorio: en algunos llevan semanas vacunándose, otros ni siquiera han empezado y los hay que están pagando las consecuencias de una estrategia precipitada. Como en la Comunidad de Madrid, donde ya se ha vacunado a 24.176 profesores, pero un centenar de ellos llevan desde el comienzo de la semana sin poder ir a trabajar por las reacciones a la vacuna.
El lunes a primera hora, decenas de profesores llamaron a sus centros dándose de baja por los efectos secundarios de AstraZeneca. Nada que se saliese de lo previsto en los ensayos y en las 48 horas posteriores al pinchazo: fiebre alta, malestar, náuseas y dolor muscular. Pero al vacunarse el domingo, la mayoría de los síntomas brotaron esa noche o al día siguiente sin dar margen a los centros para avisar a las familias.
Para los sindicatos, "es especialmente lamentable que esta alegría quede empañada por la falta de previsión y de planificación, y por la mala gestión", critica Isabel Galvín, responsable de Educación de CCOO. en Madrid. La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) Giner de los Ríos hizo saltar las primeras alarmas tras recibir quejas por la ausencia inesperada de varios miembros de los mismos claustros. En el caso más extremo, llegaron a ausentarse 15 profesores del mismo centro en Leganés. "Las familias nos hemos encontrado con un nuevo percal que añadir a este curso", se lamenta la presidenta de la FAPA, Mari Carmen Morillas.
"Según iban recibiendo la llamada de los profesores, los centros han emitido una circular a las familias a modo desesperado para que en lo posible no llevasen a los niños. Pero a otros ya les ha pillado en el colegio en el servicio de desayuno", explica Morillas. La dificultad de esta situación, como recuerda Galvín, es que los centros continúan con un estricto protocolo COVID que no permite romper los grupos burbuja aunque se queden sin profesor. "Es una situación de tormenta perfecta", define la representante sindical. "Habría estado bien que la vacunación fuera escalonada, organizada y con criterios transparentes", reclama. Para ella, ha habido tiempo de sobra desde octubre, cuando organizaron la primera mesa sectorial.
"Se ha citado a claustros enteros sin considerar que las bajas serían generalizadas, se han vacunado centros enteros y a nadie del centro de al lado", precisa. A su juicio, el plan llega sin haber dialogado con los representantes del profesorado, del personal educativo ni con los equipos directivos. Aunque asegura que los docentes "han recibido un trato maravilloso por parte de los sanitarios", quienes los han vacunado en el Hospital Isabel Zendal y en el estadio Wanda Metropolitano, también reprocha que las autoridades no informasen a los centros de los posibles efectos secundarios en su plantilla. Una queja que no se circunscribe solo a la Comunidad de Madrid.
Andalucía empezó a vacunar a sus profesores el 22 de febrero y muchos de ellos han sido citados durante el pasado puente del Día de Andalucía. Inma Jiménez, profesora de Música y de un curso bilingüe de 4º de Primaria acudió emocionada el viernes pasado. "Me la puse a las 12 de la mañana y a las 6 empezaron los síntomas: tres horas de escalofríos, 39,6 de fiebre, vómitos y debilidad extrema", cuenta la docente cordobesa. Después de un día con paños húmedos por todo el cuerpo para bajar la temperatura y tomando paracetamol cada dos horas, "el domingo ya estaba estupenda".
De los 24 profesores de su centro, asegura que solo un par no presentó síntomas y otros dos sintieron un leve dolor en el brazo. La suerte que tuvieron es que la mayoría del claustro enfermó durante el puente y este martes estaban todos en perfectas condiciones para dar clase. "Con haber estado la mitad de mala de lo que yo me puse, claramente me tendría que haber pedido la baja", dice Inma al conocer lo ocurrido en Madrid.
"Lo nuestro debía estar calculado", confía. Fuentes de la Consejería de Sanidad lo desmienten: que una parte de sus docentes haya sido vacunada este puente y sus malestares no hayan afectado al desarrollo de las clases ha sido cuestión del azar. De hecho, Andalucía está llevando una estrategia similar a Madrid, citando colegio por colegio en lugar de escalonar por cursos. No obstante, los docentes andaluces acuden mediante el aviso previo de su equipo directivo, a diferencia de lo que ocurre en Madrid, donde algunas jefaturas han lamentado que desconocían que su plantilla había sido llamada a vacunarse.
"Deberían repensar la planificación de cara a la segunda dosis, que nos toca el 9 de mayo y dicen que puede provocar aún más síntomas", responde Inma al enterarse. Además, tiene la certeza de que este martes ha habido bajas en su entorno, aunque en otras provincias, ya que la vacunación sigue su curso también entre semana. Lo mismo ocurre en Catalunya, donde la inmunización del profesorado empezó a mediados de febrero. "Hemos denunciado la falta de coordinación entre el Departament de Salut y el de Educación porque no se ha informado de los criterios", señala Rosa María Villaró, portavoz catalana de Educación de CCOO.
Aun así, existen diferencias entre esta fórmula y la madrileña, puesto que a los docentes catalanes les llega un correo mediante el cual pueden pedir cita en su centro de salud más cercano. Ya hay 58.673 personas del sector vacunadas. "El problema es que este sistema se colapsa muy a menudo, se producen muchas incidencias y no entendemos cómo se están priorizando los colectivos", admite la responsable de CCOO. Respecto a efectos secundarios, admite no haber recibido quejas a nivel sindical, pero no duda de que haya ocurrido de forma menos mediática que en Madrid. "Esto pasa cuando se ponen parches pero no se gestiona a priori", se lamenta. "Preferiría que hubieran empezado un poco después a que la vacunación trastoque la vida de las familias y el trabajo de los centros", dice Mari Carmen Morillas, desde Madrid.
Comunidades que sí y que no
Hay muchas comunidades que ni siquiera han iniciado aún la vacunación de sus docentes. Aragón y Castilla-La Mancha calculan que empezarán a finales de marzo; en Asturias los llamarán después de la Policía y la Guardia Civil; Cantabria empezará la segunda semana de marzo, como la Comunitat Valenciana y Murcia.
En el caso de la Comunitat Valenciana, Toni González, presidente de FEDADi (Federación de Asociaciones de Directores de Instituto), cuenta que la Consejería de Sanidad les ha pedido dos listados con todo el personal del colegio, incluidos profesores, conserjes, personal de limpieza, bar y cafetería, administrativos y personas en prácticas. El primero con la gente menor de 55 y el segundo con los mayores. Dentro del primero, se solicita nombre, apellido y número de teléfono para que acudan a vacunarse a las principales ciudades valencianas. "Nos llamarán más o menos en una semana y tenemos que ir de tres a ocho de la tarde", cuenta el director. Sin embargo, desconoce si lo escalonarán por cursos o lo harán por colegios enteros.
Galicia, por ejemplo, está citando por orden alfabético, de forma que se aseguran de no dejar ningún centro sin personal durante dos días en caso de que broten los efectos adversos. Esta comunidad empezó a llamar el pasado 24 de febrero, mientras que Euskadi comenzó el 27 y Extremadura el 1 de marzo. Los expertos en Salud Pública y epidemiólogos recomiendan "evitar agravios comparativos entre los territorios", como dice José Martínez Olmos, ex secretario general de Sanidad y profesor en la Escuela Andaluza de Salud Pública. Sin embargo, si los planes siguen según lo previsto, a finales de marzo todo el país habrá comenzado a vacunar a sus docentes menores de 55 años. El siguiente problema será, ¿cuándo les toca a los mayores de 55 y a los profesores universitarios?
Profesores universitarios y mayores de 55
Isabel Galvín, de CCOO, reclama a Educación y Sanidad que aclaren "qué va a pasar con los mayores de 55 años y con los que tienen enfermedades no compatibles con la vacuna, un tercio de todos los docentes". La incógnita es si diseñarán un plan para ellos o tendrán que esperar a su grupo de edad para vacunarse con Pfizer o Moderna, como ha ocurrido con los policías. En Euskadi, según UGT, Educación habría emitido un comunicado para que los profesores de más de 55 recibiesen de forma prioritaria la vacuna de Janssen, que previsiblemente será aprobada el próximo 9 de marzo, pero aún no hay nada cerrado.
Los sindicatos consultados muestran su preocupación por la "exclusión" de este colectivo, así como por "la situación de embarazadas y lactantes y los colectivos con enfermedades previas como inmunodepresión grave, enfermedades cardiovasculares o hepáticas", para los que la vacunación no está recomendada, enumera Galvín. El otro campo de batalla para Educación se encuentra en los campus con los rectores, al no haber sido incluidos ni ellos ni el personal de las universidades entre los 15 grupos "esenciales". Al respecto, fuentes del Ministerio dirigido por Manuel Castells aseguran que lo han solicitado, "pero que la última palabra la tiene Sanidad".
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