Somos
profesores y aprovechando el enésimo debate generado por la petición al
Ministerio de Educación de “la
racionalización de los deberes en el sistema educativo español” (con más de
110.000 firmas en change.org), manifestamos lo que en la calle es un
“clamor silencioso” de injusticia y crispación, que no se merece la Escuela Pública.
Queremos dejar de ser
“testigos mudos” sobre el mal uso y abuso de las tareas escolares: más que como un elemento compensador de
las carencias, lo que realmente genera
es un desequilibrio en la igualdad de
oportunidades, perjudicando gravemente el futuro de nuevas generaciones.
Queremos dejar de ser
cómplices por la falta de criterio y rigor pedagógico de la asignación de estas
tareas fuera del ámbito escolar,
suponiendo una explotación infantil en el “primer mundo” en nombre de la
calidad de la enseñanza, ampliando las jornadas escolares de forma extenuantes,
sin coherencia y sin control; y lo que es peor, dejando desprotegidos a la
población más vulnerable provocando una situación contraria a la cohesión familia-escuela
de la que siempre ha abanderado la Escuela Pública.
Queremos dejar de ser
complacientes con la actitud desleal de compañeros, que constatan como
“notarios” el trabajo realizado fuera de la escuela por las familias y negocios
privados paralelos a esta
(tutores, academias, profesores particulares, etc…).
Queremos ser una Escuela
Pública que no atienda,
exclusivamente, los dictados de excelencia, copiando modelos educativos
tradicionalmente unidos a la enseñanza privada y concertada, en la que prima la
competencia y la rentabilidad de los resultados académicos, por encima de la
formación de las personas.
En
definitiva, hagamos “un viaje al centro
de la tierra”, emerjamos a cara descubierta y cambiemos el rumbo.
Sansón Carrasco y un grupo de profesores
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