A los centros de adultos acuden jóvenes mayores de 18 años a obtener el graduado en educación secundaria, y personas de 60, 70 u 80 años a aprender a leer y escribir.
Desde la consejería debería haber más apoyo para lograr bajar el número de analfabetos que hay en España (según datos publicados en el 2011 había 840.000). Pero la realidad es diferente, los recortes hacen que haya menos clases pero el interés sigue siendo elevado. El año pasado, en el barrio madrileño de Vicálvaro, hubo 591 matriculaciones y, este año, después de reducir aulas, profesores y refuerzos se matricularon 489 personas. En mi caso, soy madre de dos niñas y estudio porque pienso que un día me pedirán ayuda y no saber qué contestar me produciría vergüenza y tristeza. Gracias a mis profesores adquiero conocimientos que me permiten entender lo que sucede a mi alrededor, no tenía ni idea de física, química, historia o saber cómo se estructura una oración. Ahora cada día aprendo algo nuevo, y eso me gusta.
Pero el gran mérito de todo esto no es mío, es del trabajo diario que realizamos en las aulas con los pocos recursos que contamos.— Luz María Fernández Jiménez.
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