sábado, 26 de octubre de 2013

“Nunca imaginamos que llegaríamos a esto”... Una madre y monitora de comedor escolar explica lo que hace la Administración con la Educación Pública


EL PAÍS.COM: “El lobo se nos está comiendo a todos”

María Dolores Tirado es madre y presidenta de la confederación de familias Gonzalo Anaya


A María Dolores Tirado tienen que contarle pocos problemas de la escuela pública porque los conoce de primera mano. No solo por ser presidenta de una confederación autonómica Gonzalo Anaya, que representa a 950 asociaciones de padres y madres (AMPAS) valencianas, sino porque los vive en su propia carne. Es monitora de comedor escolar con unos ingresos mensuales de 451 euros y dos meses estivales de carencia y conoce muy los retrasos y recortes de la Administración educativa en este servicio. Con un marido tres años en paro y dos hijos estudiando en el instituto, arranca el curso “con una cuesta de otoño horrorosa, porque tienes que comprar material para dos estudiantes, además de pagar hipoteca y demás gastos diversos de la casa”.
En su instituto y, a nivel general, desde las organizaciones de AMPAS, esta y otras madres se plantearon la creación de bancos de libros porque con ellos podían “abastecer a la ciudadanía sin tener que hacer gasto”. Fue hace dos años, “porque vimos la que se nos venía encima y porque ya había familias que no podían asumir esos gastos”, recuerda. “Yo soy una de esas familias, porque mi marido solo percibe ahora el subsidio y se te hace muy duro cubrir los 300 euros de un chaval de 4º de la ESO y más o menos lo mismo de un chaval que está haciendo un grado de FP”.
Además, la presidenta de la confederación de AMPAS no ha recibido todavía, como tantas, las ayudas para libros concedidas para el curso pasado, 2012-13. Este curso, ni siquiera se han convocado. “Hay muchas familias en el perfil que yo doy”, constata, “pero hay otras que están mucho peor, porque mi marido aún cobra el subsidio, mientras que a otras familias se les acaban las ayudas y después de eso”, enfatiza con el adverbio negativo, “ no hay nada”. “Tener que asumir gastos de libros de esas cantidad es inmoral”, porque hay otros gastos, como los de transporte escolar o los de comedor que tampoco tiene cubiertos.
“Nunca imaginamos que llegaríamos a esto”, confiesa María Dolores Tirado, “pero, como en el cuento, ha llegado el lobo y se nos está comiendo a todos, mientras que la Administración, que debería ser garante de la educación pública, deriva dinero a la concertada”.

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