lunes, 2 de julio de 2012

"Tomad fuerza estos meses, pero sobre todo, tomad conciencia. Falta hace"


Asamblea de profesores IES Beatriz Galindo (Motril)

viernes, 29 de junio de 2012


Fin de curso 

El año comenzó, como todos en “La Latina”: nuestros horarios con “huecos gruyere”, nuestras catas de leche perruna, nuestras reuniones de equipo educativo para 2º de Bachillerato, que si yo no tengo aula, que si no tengo cañón, que si los exámenes por la tarde, que si este niño no es de mi desdoble, que si no estudian ni hacen los deberes, que si “facturaos” para arriba, que si “carne de pescuezo” para abajo. Hoy vemos este trasiego de pequeñas miserias hasta con nostalgia. Esos eran nuestros problemas al principio de curso, en ellos focalizábamos nuestra atención. Mirados con distancia, aunque es innegable que en su contexto eran lo que en lo inmediato nos ocupaba, ahora pueden hacernos sonreír. Porque a pesar de su importancia relativa, eran los problemas de un centro, con alumnos, con profesores, con sus particularidades, pero eran los problemas de un centro.

Hoy las preocupaciones no tienen forma de miserias diarias, derivadas de la convivencia o de nuestro propio proceder. La Administración, como la muerte, ha actuado como entidad democratizadora y nos ha inoculado a todos inquietud, miedo, malestar… nos ha convertido a todos en números, susceptibles de sufrir cambios dolorosos y gratuitos. Nos han situado a todos al borde del abismo. Todos tenemos etiquetas turbadoras al mismo grado: interinos, suprimidos, desplazados… Aquel que piensa que no lleva distintivo se engaña. Todos estamos al borde del abismo. A todos nos puede tocar. No hay parapetos. Y ya se encarga la Administración de que seamos conscientes de nuestra ubicación. Su poder reside en la vana esperanza que cada uno de nosotros alberga y que se articula en el siguiente pensamiento: “mientras no me afecte directamente….”

Tal postura no es más que in síntoma de inconsciencia, de ineptitud. Todos somos interinos, suprimidos, desplazados… porque todos somos profesores. Hasta ahora ser profesor era nuestra carta de identidad. Ahora, todos por igual, somos apátridas, despojados de toda seguridad. La espada de Damocles pende sobre todos nosotros. Pensar que “mi culo está a salvo, luego no ha lugar mi protesta” es una falacia. Y, cuando el sentimiento de amenaza supera el anterior pensamiento ante las evidencias, pensar que “siempre habrá otro que dará la cara por mí”, es una cobardía.

El curso que viene será el primero de una larga reata de sucesivas devaluaciones de nuestra posición. La bajada a los infiernos está ya ideada por la Administración. El programa ya está concebido. Sólo tiene que ir aplicándose poco a poco. Saben que todo varapalo necesita sus plazos, tiene sus dosis para asentarse en un colectivo que carece de visión global del problema y que simplemente cree viable aceptar cada pequeña humillación según va llegando, porque la división de los golpes genera que las víctimas se sientan heridas, pero no linchadas, a pesar de que sufren palizas en toda regla. Arte de birlibirloque, se llama.

Los compañeros del IES Beatriz Galindo, “La Latina” han hecho mucho en estos últimos meses. Pero, que no os quepa duda, lo peor está por llegar. Tomad fuerza estos meses, pero sobre todo, tomad conciencia. Falta hace.



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