...Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?¡Libros! ¡Libros!...
Alocución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931.
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