Reproducimos este artículo de ELDIARIODELAEDUCACION.COM
La Lomloe sigue su avance y, en breve, serán publicados los reales decretos de enseñanzas mínimas. Después, les tocará el turno a las comunidades autónomas en la concreción curricular. Y, tras ese paso, a los centros escolares. Para que esa última etapa pueda llegar a buen puerto es imprescindible una ayuda y un acompañamiento al profesorado, que deberá ser tanto mayor en los elementos en los que la Lomloe difiera de la Lomce.
Uno de estos elementos, al menos en el borrador avanzado del currículo de infantil, primaria y secundaria, es la mirada ecosocial, que ha ganado bastante terreno curricular. La inclusión transversal de la perspectiva ecosocial no es solo un trabajo costoso que implica un importante esfuerzo de reprogramación, sino que también requiere tener las habilidades para poder llevarlo a cabo. Por ejemplo, si queremos que sea asumido en solitario por el profesorado necesitamos que este tenga los conocimientos de su materia, de los contenidos ecosociales, de pedagogía, y una visión global de todo el proceso educativo, además de tiempo y motivación. Y no solo esto, sino también las habilidades para elaborar materiales de calidad pedagógica y estética que permitan abordar esa programación con solvencia.
La realidad es que solo una parte ínfima de los claustros conjuga todas estas habilidades y requisitos. Y eso por no hablar de que la mayoría del profesorado en realidad no programa, sino que usa materiales didácticos que tienen la programación embebida. Esta es una primera razón de la importancia de tener una buena oferta de materiales didácticos con perspectiva ecosocial.
Por decirlo de forma más clara: la educación ecosocial solo se podrá extender verdaderamente si trabajar bajo ese enfoque resulta sencillo para el profesorado. Por ello, es central la elaboración de materiales que tengan incorporada la programación ecosocial.
Estos materiales, además, no son solo la plasmación concreta de un currículo ecosocial y una herramienta indispensable para llevarla a cabo, sino también el principal medio formativo que tenemos a nuestro alcance para trabajar con todo el núcleo duro de la comunidad educativa (alumnado, profesorado y familias), pues usan y aprenden de los materiales. Solo si el profesorado se forma en temas ecosociales podrá trabajarlos en clase y, como es muy difícil y lento que los procesos formativos reglados alcancen al conjunto del cuerpo docente, la utilización de materiales didácticos que lleven incorporados estos temas en los contenidos y en su metodología pueden ser una excelente ayuda en ese proceso.
En los últimos años han surgido propuestas interesantes de inclusión de la mirada ecosocial (al menos parcial) en los materiales de primaria, como es el caso de Naturaliza, Ecotono o los que está preparando SM en estos momentos. Desde FUHEM estamos intentando que esto también se lleve a cabo en la etapa de ESO.
Otra de las novedades centrales de la Lomloe es su apuesta por el trabajo interdisciplinar. De este modo, no basta con la inclusión transversal de lo ecosocial, sino que es imprescindible el entrenamiento de la mirada holística, pues una clave para desenvolverse en el mundo actual y futuro es comprender su complejidad. Para ello, hace falta un abordaje interdisciplinar de las distintas áreas de conocimiento, es decir, romper la configuración curricular de asignaturas estancas para aprender de una manera globalizadora. Esto requiere de esfuerzos extra por parte del profesorado, entre los que destaca la coordinación interdepartamental, algo para lo que no suele haber tiempo en las cajas horarias de los centros escolares.
Ante este desafío, los materiales que estamos elaborando desde FUHEM incluyen ambos retos, la inclusión de los contenidos ecosociales y el enfoque interdisciplinar. Para que este segundo desafío implique el menor tiempo de coordinación posible entre el profesorado, hemos procurado que el grueso de la coordinación la realicen los propios materiales. Solo es necesaria una coordinación parcial para el detonante y el proyecto final. Durante el grueso de la unidad, pueden trabajar de manera autónoma en su asignatura.
En conclusión, puesto que desde la aprobación de una nueva ley educativa hasta su implantación efectiva media mucho tiempo, sería deseable que este plazo se acortara notablemente facilitando y promoviendo, desde las administraciones, las editoriales y las organizaciones educativas, los recursos didácticos necesarios para su puesta en marcha.
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