Los colegios privados de Madrid tienen el aval de la Consejería de Educación para saltarse el nuevo calendario escolar aprobado por el Gobierno regional que obliga a trasladar los exámenes de recuperación de Secundaria y Bachillerato de septiembre a junio. La Comunidad de Madrid les permite acogerse por dos cursos (este y el que viene) a una moratoria de aplicación y "quedar exentos de realizar las evaluaciones extraordinarias" antes de verano pese a que hay una orden regional de mayo que obliga a todos los centros a regirse por el mismo calendario.
El cambio se aprobó por decreto en la región hace ahora un año. Según su redacción solo estaban vinculados por él los centros educativos que funcionan con fondos públicos, pero una orden posterior certifica en su artículo 27 que los privados deben funcionar con el "calendario escolar vigente" en cuestión de "evaluaciones".
La Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), la patronal de la concertada y la privada, justifica que "con tan poco margen ya estaban las programaciones hechas" y era complicado cambiarlas a última hora. Fuentes de la Consejería de Educación, por su parte, circunscriben la excepción a centros "extranjeros con un sistema educativo propio" y no aportan datos sobre cuántos institutos se han acogido a la moratoria. Pero sí aseguran que si un alumno quiere cambiarse a otro centro, el de origen debe garantizar que haga los exámenes en junio para no quedarse en una situación de vacío.
Las academias madrileñas, antes llenas en verano, se percataron de esta situación especial al ver entre sus exiguas listas de matriculados a un volumen importante de alumnos y alumnas de escuelas privadas que efectivamente tenían los meses de verano para recuperar las asignaturas pendientes. La Asociación de Academias de Enseñanza de Madrid (ASCADE) asegura que, entre sus matriculados, hay niños y niñas de centros no vinculados a sistemas de otros países (como el Liceo Francés o italiano) que están en la moratoria. La patronal de la privada explica, en este sentido, que cualquier colegio privado puede solicitarlo y se gestiona "a través de la inspección", extremo que no ha confirmado la Consejería de Educación.
La decisión de trasladar los exámenes de septiembre a junio se aprobó con el aval del Consejo Escolar y es una práctica común en varias comunidades. Pero el primer año de implantación en Madrid no ha resultado especialmente positivo. Las evaluaciones ordinarias se han realizado a finales de mayo, lo que ha provocado que, una vez aprobados, muchos alumnos y alumnas hayan dejado de ir a clase pese a que era obligatorio.
Sindicatos y equipos directivos de institutos, especialmente públicos, han denunciado que la "nula planificación" con la que se ha aplicado el nuevo calendario ha disparado el absentismo. En la mayoría de los casos no hay personal para hacer desdobles y tenían que convivir en el mismo aula los chicos y chicas que estaban recibiendo clases de repaso para afrontar las evaluaciones extraordinarias con los que ya tenían el curso aprobado, relataron a eldiario.es varios alumnos y profesores.
La consejería dirigida por Rafael Van Grieken ya sospechaba de alguna manera de que el absentismo podía ser un problema y, a través de la inspección, dio a los centros la orden de controlar especialmente las faltas en el mes de junio y "realizar una valoración que incluya datos cuantitativos de asistencia por grupos".
El número de aprobados tampoco ha mejorado significativamente con la medida. Se mantiene estable, según la comparación de datos que ha hecho la Consejería tomando como muestra una muestra de centros en cada Dirección de Área de la región. El volumen de promocionados solo ha aumentado 1% respecto al curso pasado.
Así que, con estos mimbres, el Gobierno regional se muestra cauto sobre la continuidad a largo plazo de la medida y no descarta dar marcha atrás para volver a los exámenes en septiembre. "Por lo menos se necesitan dos cursos para ver los primeros resultados y evaluarlos, así que no habrá cambios este que viene", confirman fuentes de Educación.
Las consecuencias del cambio de calendario también se han sentido fuera de los institutos. Las academias de apoyo escolar aseguran que la medida ha generado problemas económicos en el sector por una reducción abrupta de matriculados. "Algunas han cerrado directamente en agosto, que era antes la época gorda del año, y han tenido que despedir a parte de la plantilla", explica el vicepresidente Javier Martín.
En su centro de apoyo el año pasado tuvieron a 120 chicos y chicas en los meses de verano; y este tiene siete, según sus datos. "También nos ha fastidiado junio porque se han adelantado las evaluaciones ordinarias a finales de mayo y ya han dejado de venir", añade.
El futuro del calendario queda ahora en el aire a la espera de una evaluación completa de la Consejería de Educación. La marcha atrás es una posibilidad que está sobre la mesa y además tiene precedentes: ya lo hizo Extremadura, que entre 2004 y 2011 optó por adelantar los exámenes pero después reculó.
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