Bajo una lluvia a ratos intensa, decenas de miles de personas se han manifestado este jueves por las calles de Madrid en contra de la política educativa del Gobierno. Al ritmo de batucada, en un clima de absoluta tranquilidad y en un ambiente festivo a pesar del mal tiempo, profesores y familias enteras escenificaron su oposición a la LOMCE y a los recortes educativos. Desde Atocha hasta más allá de Sevilla una marea más verde que nunca inundó las calles del centro de la ciudad. Los convocantes calcularon entre 250.000 y 300.000 asistentes, e incluso arriesgaron una suma de más de dos millones de personas en las cerca de 70 concentraciones que tuvieron lugar en distintas ciudades españolas. Los problemas llegaron a última hora a las puertas del Ministerio de Educación con algunas carreras y cargas policiales. El edificio, al igual que el cercano Metrópolis (que alberga una oficina del Banco Santander), estaba blindado por más de una veintena de antidisturbios.
A primera hora, las pancartas buscaban espacio entre los paraguas: "El peor enemigo de un gobierno corrupto es un pueblo culto" y "Poca educación, poca democracia", eran algunas de las frases que más se repetían aquí y allá. "Las familias han vaciado otra vez las aulas", se congratulaban en la cabecera de la manifestación. Las cifras de los convocantes señalaron un seguimiento del 80% entre los profesores universitarios y no universitarios, y del 90% en las escuelas infantiles. El ministerio, en cambio, dejó la cifra en un escaso 20%. Quien salió a valorar la incidencia del paro ante la ausencia mediática de José Ignacio Wert, fue su segunda, la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio. Y si las frases de Wert poblaron las redes durante la tarde sumando razones para ir a la manifestación, las de Gomendio inspiraron buena parte de las declaraciones de los representantes sindicales y de las asociaciones ya en la calle.
La invitación a que los convocantes fueran al ministerio con "propuestas razonadas" fue interpretado por los manifestantes como una provocación, sobre todo después de un proceso de desarrollo de la ley en el que, aseguran, no se ha tenido en cuenta ninguna de sus opiniones. Así lo explicó en la cabecera de la manifestación José Luis Pazos, portavoz de la Ceapa, que ha hablado en nombre de los padres. "Que no nos pidan diálogo. Ahora ya no. Ya pasó su tiempo. Wert es un cadáver político".
Carlos López, secretario general de la Federación de Enseñanza de UGT, aseguró que los sindicatos están dispuestos a "negociar las bases de una futura ley que contemple la cohesión social y la igualdad de oportunidades, sin olvidarse de los trabajadores. Pero previamente la LOMCE debe ser retirada". Algo que por supuesto el ministerio no se plantea, ya que la llamada de Gomendio era para discutir "la propuesta" que el Gobierno ya está tramitando en el Parlamento, que fue aprobada en el Congreso sólo con los votos del PP y ahora se discutirá en el Senado.
"Queremos becas, no hipotecas"
La muchedumbre fue más directa en sus palabras: "Dimisión, dimisión", gritaba la columna a su paso por el Ministerio de Educación."Queremos becas, no hipotecas", gritaban los más jóvenes al ritmo de los silbidos. Entre ellos,Rubén, estudiante de 4º de Aeronáutica, explica en voz muy alta, intentando hacerse oir en medio del griterío, sus razones para manifestarse: "Tenemos que defender las ayudas al estudio. Si yo no tuviera beca, mis padres tendrían que pedir un préstamo o hipotecar la casa para que pudiera estudiar". A su alrededor otros jóvenes se arremolinaban para aportar sus propias quejas sobre las nuevas condiciones para obtener y conservar una beca.
Más allá, un grupo de profesores de un centro de Educación Especial de Fuenlabrada mencionabanotro de los puntos centrales del conflicto educativo: los recortes en el número de docentes. "Han tardado más de un mes en mandar un sustituto. Lo más peligroso es la masificación de alumnos en las aulas. En nuestro caso, todavía más", afirman.
Tania cursa 3º de Magisterio de Educación Primaria. Con ella está Teresa, en 1º de Relaciones Internacionales. Las dos se desgañitan gritando las consignas que va marcando la manifestación, para después explicar con más calma: "El ministro y el Gobierno deben tomar conciencia de cómo esta esto", dice Teresa señalando la aglomeración verde a su alrededor. "La LOMCE es un paso atrás en la educación, por eso tienen que escucharnos. La educación es para el puueblo y los jóvenes, por eso estamos aquí", sostiene. Tania explica: "Esto no puede seguir así. A mí me ha subido la matrícula más de 1.000 euros. Y tengo compañeros, como una chica de Logroño que iba a mi clase, que han tenido que dejar la carrera porque no pueden pagársela", se queja. "Además, muchos nos matriculamos en menos créditos, por miedo a no aprobar y que se nos duplique el coste", agrega Teresa.
Las familias también se sumaron a la marea verde. Cristina acudió con sus dos hijos, Lucas de 5 y Marina de 10 años del CEIP Javier de Miguel, por su futuro. "Pienso en el futuro que les espera a ellos pero también a los demás niños y, en especial, a los hijos de las personas que no tienen dinero". Y como no, los abuelos también estuvieron reivindicando los derechos de sus nietos. Ese era el caso de Feli y Alberto, ataviados con sus camisetas verdes y paraguas a juego. "Estamos aquí luchando por nuestros nietos y los de los demás", contaban agregando orgullosos que tiene seis nietos desde cuatro meses hasta la universidad. "Es una sinvergonzonería lo que están haciendo. Vamos para atrás, hacia el franquismo", coincidían aunque Alberto se mostraba esperanzado con que la huelga fuera escuchada por los políticos: "Al menos se les caerá la cara de verngüenza". Paqui, futura abuela y madre de un profesor interino, a las puertas de Educación comentaba que al "ministro quiere adiestranos a todos con esta ley para que votemos al PP".
"Si estas tres jornadas no son suficientes, endureceremos la respuesta"
Cerca de las nueve de la noche se reestableció el tráfico en la plaza de Cibeles. Los grupos se dispersaban rápidamente e inundaban las estaciones de metro. Aun así, más de un centenar de personas seguían frente al Ministerio de Educación, protegido por un gran despliegue policial, pidiendo la dimisión del ministro Wert. "Tú, madero, también eres obrero" o "Menos policía, más educación". Un grupo de manifestantes se enfrentó a los agentes que acabaron por despejar la zona tras varias cargas.
Paco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO se mostraba muy satisfecho con una movilización masiva que "ha demostrado que el Gobierno está solo y aislado, tanto política como socialmente". "Pedimos la retirada de una ley que toda la sociedad ha rechazado y no vamos a aceptar una interlocución con personas que han demostrado que no son interlocutoras de la comunidad educativa. El ministro Wert y su equipo lo único que pueden hacer son las maletas", concluía José Luis Pazos, de la Ceapa.
Ana García, del Sindicato de Estudiantes, advirtió antes de comenzar la manifestación de que, si no hay respuesta por parte del Gobierno, la comunidad educativa seguirá movizándose la próxima semana. "Si estas jornadas no son suficientes, endureceremos la respuesta. No nos vamos a dejar aplastar ni que nos lleven a las cavernas educativas".
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