CUARTO PODER.ES: La ‘marea verde’ clama contra Wert, y cinco autonomías rechazan su reforma
Miles de estudiantes y profesores de enseñanza media salieron el jueves a las calles de un centenar de ciudades para expresar su rechazo al proyecto de ley orgánica de mejora de la calidad educativa (Lomce) y denunciar, de paso, la corrupción del PP. La manifestación de Madrid no terminó en la Puerta del Sol, como estaba previsto, sino ante el Ministerio de Educación, en la calle de Alcalá, con una estruendosa pitada y la petición de dimisión del ministro. Dentro, José Ignacio Wert, dijo que no va a retirar el proyecto, aunque las discrepancias financieras con algunos consejeros del PP le obligan a crear un grupo de trabajo para ver cómo reparten el gasto de la reforma.
Los estudiantes y la mayor parte de los docentes, gente decente, califican de inadecuada y reaccionaria la reforma de la enseñanza media que Wert quiere imponer. Con las manifestaciones del jueves culminaron tres jornadas de huelga y asambleas informativas en los institutos. El dirigente del Sindicato de Estudiantes, Tohil Delgado, explica la causa mayor del rechazo: “No aceptamos una regresión a los años cincuenta del siglo pasado, una reforma clerical que ha sido pactada con los obispos como en los peores tiempos de la dictadura y se ha elaborado a espaldas a la comunidad educativa”.
En términos parecidos se explica el responsable federal de enseñanza de Comisiones Obreras (CCOO), Francisco García: “La Lomce nos devuelve a los años sesenta del siglo pasado, pero con alumnos del siglo XXI; no necesitamos una ley que apea del sistema a los alumnos a los 13 y 14 años, que va a incrementar las tasas de abandono y de fracaso escolar, que niega el derecho de todos a la enseñanza y discrimina por nota y selectividad a los jóvenes sin tener en cuenta las circunstancias y las situaciones sociales; que va a subir las tasas y que, en definitiva, nos va a conducir a un modelo productivo de servicios y de baja cualificación como el de Eurovegas”.
Tohil y Francisco sujetan junto con otros compañeros de sus sindicatos y de la UGT José Ricardo Martínez y Eduardo Sabinas la pancarta de cabeza con la leyenda: “La educación no es un gasto, es una inversión. No a lo recortes”. La plaza de Neptuno se va llenando de gente. La Marea Vede ocupa la calzada del Paseo del Prado y avanza hacia La Cibeles. Son las siete de la tarde, los tenues rayos de sol han desaparecido y hace frío. Entre algunos dirigentes sindicales corre el runrún de que el ministro Wert, que está reunido con los consejeros autonómicos para estudiar el coste de la implantación de la reforma, parece dispuesto a añadir más dinero a los 400 millones que aportaría la Administración central.
“Es una burla. Han robado 5.000 millones de euros a la educación, y aunque el ministro y los consejeros se pongan de acuerdo, porque casi todos son del PP, no podemos abstraernos de la cuestión de fondo: han ignorado a la comunidad educativa y el ministro tiene que dimitir”, dice Tohil. “No vamos a parar hasta que dimita”, añade. “Y no vamos a parar porque además no podemos abstraernos a la corrupción de esos tipos”. De hecho, los miles de manifestantes (5.000 según la Delegación del Gobierno) corean tantas consignas contra la improbidad como contra la reforma.
“Vuestros sobres, nuestros recortes”, es la más coreada. Le siguen: “¿En qué sobre está mi paga de Navidad?; Gobierno dimisión, por corrupto y por ladrón; presidente, delincuente, y la ya clásica: “No hay pan para tanto chorizo”.
Pegatinas con la foto del rostro de Mariano Rajoy y la leyenda Gobierno, dimisión, y pancartas individuales y colectivas con referencias a los sobresueldos en el PP, Partido Podrido, al tesorero con cuentas en Suiza y a los gurtélidos del Partido Peligroso se mezclan con otras que denuncian el pacto con los obispos –Catequesis en la iglesia– y reivindican Mentes libres yEscuela laica. No faltan alusiones a los recortes: “Rajoy, peluquera, deja la tijera”, ni a las encuestas de intención de voto: “Milagro, un 15% aún cree en Rajoy”, ni, por supuesto, al ministro Wert: “Un Wertoro enseñará a embestir y destrozar” o “¿Wert, cuándo empiezas a quemar los libros?”
En otra pausa de la marcha, el cronista retoma el hilo de la conversación interrumpida con el dirigente del sindicato de la enseñanza de CCOO, Francisco García, y éste no duda en tildar de “escandaloso” el acuerdo del Gobierno con los obispos para reforzar la enseñanza de la religión católica en los colegios. “Esta reforma rezuma españolismo en relación con la enseñanza en catalán y el trato a Cataluña, y es la vuelta al nacional-catolicismo”, resume.
Sus palabras coinciden con lo que dice Demanda Joven, organización juvenil de UGT, en su panfleto El Megáfono. “El PP quiere una educación al servicio de sus amigos, la patronal y la Iglesia. La Lomce no trae ni mejora ni calidad. Sólo pretende mermar la igualdad de oportunidades a base de “reválidas”, subidas del precio de las matrículas, disminución de becas, aumento del alumnado por clase, disminución de profesores, supresión de medidas de apoyo y adelanto de la edad de elección del itinerario educativo”.
El grado de conocimiento del anteproyecto es alto entre los estudiantes: “Con esa ley, los políticos de los gobiernos autonómicos pueden decidir los directores y éstos sobre los profesores; politizan la enseñanza”, explica Guillermo Arribas bajo la pancarta de los estudiantes de Brunete (Madrid).
Unos pasos más allá, otro estudiante que encabeza un grupo y prefiere que no ponga su nombre, sólo ZG, dice que la ley “sólo busca la competitividad, con reválidas desde primaria y con el fin de separar a los buenos de los malos estudiantes, según la nota, y sin tener en cuenta la diversidad de origen; sólo somos números, eliminan humanidades a favor de la técnica y luego no invierten en I+D+I. La Ética de 4º de ESO la quieren retirar. No la necesitan”.
Cuando los manifestantes llegan al Ministerio de Educación, los consejeros de Educación de Andalucía, Cataluña, Euskadi, Asturias y Canarias ya han manifestado al ministro Wert su desacuerdo con la financiación de la reforma y le han pedido que la retire. Los consejeros que rechazan una “reforma toxica”, según el calificativo de la andaluza Mar Moreno, representan el 45% de la población española.
Pero Wert minimiza las discrepancias porque, según dice, “son ideológicas y no financieras”. Y aunque a petición de la consejera del PP de Madrid, Lucia Figar, y de otros colegas del partido, acepta revisar el reparto de la carga de la reforma, que no incidirá, asegura, en el déficit público, subraya que ya ha cumplido su trámite y no retirará ni aparcará el proyecto. Ahora lo enviará al Consejo de Estado y después al Parlamento. La protesta en la calle es catedralicia, pero al españolizador Wert no le impresiona.
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