Queridos compañeros/as:
Lamento dar noticias como estas: no va a haber bachillerato de ciencias en el Lázaro Carreter. Así de sencillo, está prácticamente confirmado.
Si alguien creía que su mente podía descansar después de los zarpazos del curso pasado y de este verano, si ya se había resignado a trabajar más en peores condiciones, si ya había acomodado la impotencia a la supervivencia, ahora vienen las nuevas dentelladas, cada vez más dolorosas. Y sumemos este hecho a los hongos venenosos que están creciendo en forma de esos pseudoprofesores que están enviando aquí y allá.
A todo esto, con la penuria de medios que todos estaremos experimentando en estos días en nuestros propios centros: nunca se repone, siempre se pierde algo o a alguien. Cada día peor.
Y seguirán, porque su meta es simple y ambiciosa: destruir la enseñanza pública, controlar la educación y hacerla subsirviente de un modelo social desigual e injusto en el que el poder esté concentrado en muy pocos.
Así que ¿a qué esperamos?
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