viernes, 4 de diciembre de 2020

Carta sobre el cambio de las condiciones laborales y la carga de trabajo en los centros (Marea Verde Madrid 4-12-2020)

 


Gracias al trabajo, buen hacer y al esfuerzo de toda la comunidad educativa la vuelta a las aulas no se ha convertido en un auténtico caos. Pese a los protocolos desastrosos, la falta de recursos y la dejación de la Educación Pública por parte del gobierno de la Comunidad de Madrid, seguimos adelante. Y lo hacemos con ganas y con el compromiso de que este curso va a salir lo mejor posible dentro de las circunstancias, ofreciendo siempre a nuestros alumnos y alumnas la educación de calidad que se merecen. No obstante, desde Marea Verde denunciamos al gobierno de Ayuso y Aguado, y al Consejero de Educación y Juventud Ossorio por su mala gestión, el incumplimiento continuado de los acuerdos educativos establecidos y por su irresponsabilidad y abandono de la comunidad educativa de los centros públicos. 

A día de hoy siguen faltando profesoras y profesores y otros perfiles educativos en los centros. Se da incluso la paradoja de alumnos y alumnas que tienen que examinarse de una asignatura que imparte un supuesto profesor que ni siquiera conocen. Los centros se han organizado como han podido, abandonados a su suerte y en manos del trabajo impagable de equipos directivos exhaustos. Además, las bajas de larga duración no se están cubriendo, no hay reposición de las jubilaciones, ni refuerzo de la plantilla de personal no docente. Para colmo, el profesorado contratado para refuerzo COVID será despedido el 22 de diciembre. ¿Se puede saber qué haremos a partir de enero sin ellos? Su ausencia será la negación del derecho a la educación de gran parte del alumnado.  

En septiembre la Consejería de Educación aprobó la bajada de ratios a 20 alumnos en Educación Infantil (segundo ciclo) y Primaria para procurar una mayor distancia social en las aulas. No obstante, han olvidado nuevamente al primer ciclo de Educación Infantil, ya que las ratios han continuado exactamente igual que antes de la pandemia: los mismos 20 alumnos por clase. En Formación Profesional las ratios también siguen igual que antes de la pandemia. Y la enseñanza Secundaria no está en mejor situación: en la actualidad contamos con clases de 23 alumn@s con lo que es imposible mantener la distancia de seguridad. Como Marea Verde Madrid, exigimos un máximo de 15 alumn@s por aula en todas las etapas para alcanzar las medidas de seguridad lógicas ante la situación de pandemia que vivimos y para ofrecer una enseñanza pública de calidad para todos y todas. 

Además, en Secundaria y en Formación Profesional nos encontramos con los problemas que conlleva la semipresencialidad. Esto supone, por un lado, una doble jornada laboral de l@s docentes, con la enseñanza presencial de un grupo y la enseñanza online de otro en el mismo día, aumentando alarmantemente la responsabilidad que asumimos y nuestra carga de trabajo. Y por otro lado, la falta de formación, recursos y la desigual capacidad de acceso a internet, así como la dispar implementación de la red 5G y la irregular  forma de reparto de dispositivos electrónicos. Ni el alumnado recibe la atención que merece, ni los profesores y profesoras pueden realizar su trabajo adecuadamente. 

Asimismo, rechazamos el uso de las cámaras en las aulas porque implica una vulneración de los derechos de la propia imagen del profesorado y también del alumnado, y ni se han pensado ni se han decidido alternativas.

Las condiciones laborales del profesorado, por tanto, cada vez son peores. Tenemos horarios que incumplen más de 3 horas de guardia y se disminuyen las horas de coordinación, de preparación y corrección de actividades. Sin duda, es necesario volver a los 18 periodos lectivos, arrebatados en la crisis del 2008, para asegurar unas condiciones dignas y un adecuado rendimiento de los equipos docentes. Asimismo, es de vital importancia regular el teletrabajo para aquellos periodos en los que la pandemia haga imposible la presencialidad en el centro o de cara a realizar las horas de libre disposición de forma no presencial, preservando así las necesarias condiciones de salud pública. 

Una de las realidades más flagrantes es la que sufre uno de los colectivos más vulnerables, l@s docentes de riesgo, a los que no se les ofrece la posibilidad de adaptación de su puesto de trabajo mediante el teletrabajo, alegando que los centros educativos son seguros. Sin embargo, la realidad es otra. Los centros educativos se han convertido en los últimos días en el tercer ámbito en el que más brotes y contagios se producen. Los expertos insisten cada vez más en la extensión del virus por aerosoles y, en los centros, las distancias de seguridad no siempre se mantienen, la temperatura de aulas y pasillos incumple la normativa y faltan medios de protección para las trabajadoras y trabajadores. Los protocolos son caóticos y no parece que quieran revisarlos. 

A esto se le suma el cambio de consideración de contactos estrechos con la COVID19, haciéndose menos PCR y menos confinamientos preventivos, lo cual abre la posibilidad de que un mayor número de personas asintomáticas sigan trabajando o asistiendo a clase. Además, en la mayoría de los centros sigue sin haber personal específico con formación sanitaria para la coordinación COVID.

No solo el colectivo docente de riesgo está siendo maltratado, también le está ocurriendo al alumnado convaleciente o de riesgo por la COVID19. El Servicio de Atención Educativa Domiciliaria (SAED) está saturado, falta profesorado y no se disponen de recursos tecnológicos para atender a los niños y niñas que lo necesitan.

Además, desde el inicio de curso la situación administrativa del profesorado interino es insostenible, parece que la consejería simplemente ha colapsado. Nos encontramos con docentes que todavía no han cobrado su salario desde septiembre, no hay nombramientos ni contratos, ni se puede acceder a las diferentes plataformas para consultar las nóminas.

Otra cuestión preocupante es la falta de espacios adecuados. En un principio, se han ocupado laboratorios, aulas de música, bibliotecas y gimnasios para crear nuevas aulas más espaciosas, pero bajo el criterio de cada centro y según sus posibilidades, acorde a la saturación de alumnado, con las desigualdades que esto implica. Y en lugar de construir las infraestructuras necesarias, la Comunidad de Madrid ha hecho una inversión asombrosamente escandalosa en unos barracones que no sería la primera vez que dejaran en los centros de manera permanente.

Finalmente, queremos destacar la deficitaria atención a la diversidad: este curso, no solo se ha recortado en el profesorado específico (Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje, Profesores Técnicos de Servicios a la Comunidad, orientadores…) sino que el gobierno de Ayuso ha cambiado y  endurecido, en plena pandemia, los criterios para que el alumnado con autismo pueda acceder a los centros ordinarios con aulas preferentes para niños con trastornos graves del desarrollo, donde se asegura su plena atención e inclusión.

Todo esto nos permite afirmar que el presente curso escolar está saliendo adelante gracias al sobre-esfuerzo llevado a cabo por toda la comunidad educativa, familias, alumnado, profesorado y personal no docente, que ha demostrado un grado de responsabilidad e implicación que deja en evidencia la vergonzosa actuación de la Comunidad de Madrid a la hora de establecer unos criterios mínimos de seguridad que permitieran haber sobrellevado el periodo actual de la pandemia con las adecuadas condiciones de salud pública.

Exigimos al gobierno de Ayuso y Aguado, y al Consejero de Educación y Juventud Ossorio que escuchen a la comunidad educativa y garanticen una vuelta segura a las aulas cada día, todos los días.

4-12-2020

Marea Verde Madrid

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