sábado, 30 de noviembre de 2019

3-12-19: Reunión de Plataforma por la Escuela Pública de Aranjuez (17,30 en CC.OO. Carretera de Andalucía, 45. Aranjuez)

Plataforma por la Escuela Pública de Aranjuez nos pide difusión para esta convocatoria

Estimados compañeros:

Os informamos  que la próxima reunión de la Plataforma por la Escuela Pública de Aranjuez se celebrará el  martes 3 de diciembre a las 17,30 en el los locales de Comisiones Obreras (Carretera de Andalucía, 45. Aranjuez)

Disculpad el poco tiempo de aviso, pero nuevamente nos hemos retrasado esperando la respuesta del ayuntamiento a nuestra solicitud de espacio de reunión y finalmente nos han contestado que no es posible facilitárnoslo gratuitamente como sí se hizo en la legislatura anterior.

"Educación para la Ciudadanía Precaria" (Isaac Rosa para ELDIARIO.ES)

ELDIARIO.ES publica este artículo

Lo hemos conseguido, el sistema educativo español ha alcanzado un nuevo logro: la extensión de la precariedad docente a todos sus niveles. Aquello tan viejo (y tan falso) de la ardilla que cruzaba la península de árbol en árbol, podemos decirlo hoy de los estudiantes: nuestros hijos podrán recorrer todo el trayecto educativo, de punta a punta, de principio a fin, de la guardería al máster, saltando de profesor precario en profesor precario. Con un poco de suerte habrá alguno que en veinte años de enseñanza no se cruce con ningún profesor con buenas condiciones laborales. Supera eso, Finlandia.
Empezarán en la primera etapa de infantil, de 0 a 3 años, donde los recibirán educadoras pésimamente pagadas (930 euros al mes por hacerse cargo de nuestros bebés). Luego saltarán a la educación obligatoria, que cruzarán de cabo a rabo: infantil, primaria, secundaria. Con un 24% de interinos en la enseñanza pública, es fácil que a tus hijos les toquen en cada curso unos cuantos de esos profesores despedidos en verano, sin vacaciones pagadas ni continuidad en un mismo centro, y que a menudo comienzan el curso sin saber dónde trabajarán. Y esto en la pública, que en la concertada encontrarán aún peores condiciones laborales, con temporalidad, sueldos más bajos y más alumnos por profesor.

En la universidad tendrán incluso más papeletas para disfrutar de la docencia precaria, pues allí ya son mayoría: profesores asociados, ayudantes, investigadores, todos con sueldos muy bajos e insuficientes horas de clase. Si además tu hijo quiere reforzar su formación haciendo un curso de idiomas, o cualquier otro tipo de enseñanza no reglada, le esperan academias llenas de falsos autónomos, profesores que cobran solo las horas de clase, a tiempo parcial y sin alcanzar mínimos.
Espera, espera, que no es solo el personal docente: el conocimiento de primerísima mano de la precariedad laboral lo pueden experimentar nuestros hijos también fuera de clase, en los pasillos, aulas de refuerzo, comedor, patio o hasta el baño. Como me recuerda mi compañero Daniel Fernández, de CGT Enseñanza de Andalucía, la externalización de cada vez más servicios, desde la limpieza a las aulas matinales y extraescolares, combinada con la sobrecarga y escasez de personal que sufren todos los profesionales de refuerzo (pedagogía terapéutica, logopedas, integración...), están convirtiendo nuestros centros educativos en un estupendo muestrario del deterioro laboral.
Si les preocupa las consecuencias que todo ese deterioro tiene sobre la calidad educativa, pueden estar tranquilos: no pasará demasiada factura a nuestros hijos. ¿Saben por qué? Porque todos esos precarios que llenan colegios, institutos, facultades y academias, suelen sobreponerse a la incertidumbre, la desmotivación y las dificultades para implicarse en proyectos. La mayoría de esos precarios pone todo de su parte y más para que nuestros hijos reciban la mejor educación posible (la mejor posible, insisto: la mejor que permiten las circunstancias adversas, que no es la mejor educación que querríamos).
Mírenlo por el lado positivo: nuestros hijos saldrán mejor preparados para la vida que les espera ("la vida que les espera" tampoco es ninguna condena ni destino inevitable: en nuestra mano está frenar hoy esa uberización laboral que no va a respetar ningún sector). Ya que no todos los alumnos tienen en casa madres y padres precarios, el sistema educativo garantiza la igualdad, que todos conozcan de cerca la precariedad. Su presencia en aulas y pasillos será parte de su educación. Tomémoslo como una nueva asignatura, transversal y continua, fundamental para la supervivencia: Educación para la Ciudadanía Precaria.

"Según PISA lo único que hacen mejor las escuelas concertadas y privadas en España es seleccionar socialmente a su alumnado" (Entrevista a José Saturnino Martínez. El Diario de la Educación)


Saray Encinoso entrevista a José Saturnino Martínez (Sociólogo de la Educación) en eldiariodelaeducacion.com


La desigualdad de resultados académicos, la segregación escolar por nivel socioeconómico y cultural o la relación del trabajo y el AET son algunos de los asuntos de los que hablamos con José Saturnino Martínez, profesor de la Universidad de La Laguna.

Todo el mundo quiere equidad educativa, el debate es qué entendemos por ello. José Saturnino Martínez ha dedicado gran parte de su vida a analizar las desigualdades que se resisten a desaparecer de la escuela y a desmitificar, con datos, los prejuicios que hemos asumido en torno al funcionamiento del sistema público de enseñanza. Este profesor de Sociología experto en educación, que imparte clases en la Universidad de La Laguna (ULL) y fue asesor en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, insiste en la necesidad de poner el foco en el origen del alumnado para combatir las diferencias “injustas” y evitar la segregación desde la escuela, de manera que el ascensor social funcione para quienes están en los pisos inferiores.
Estamos saliendo de una dura crisis y ya nos anuncian otra. ¿Qué efectos han tenido los recortes en el sistema educativo, tanto desde el punto de vista del fracaso o éxito del alumnado por clase social como del papel de las familias a la hora de compensar el logro educativo de sus hijos?
La ratio de estudiantes por aula ha aumentado y los profesores tienen más horas de clase, es decir, se ha tensado la capacidad del sistema. Sin embargo, desde el punto de vista del fracaso escolar administrativo (no acabar la ESO) los resultados han mejorado, así como ha disminuido la repetición de curso, y las competencias, tal como las evalúa PISA no se han visto afectadas. Desde el punto de vista de la desigualdad, ha aumentado la distancia entre el nivel de fracaso escolar y de repetición de curso del alumnado de familias de bajo nivel cultural con respecto a las de alto nivel. Pero desde el punto de vista de las competencias, ha mejorado el alumnado resiliente (de bajo origen social que obtiene buenos niveles de competencia). Por otro lado, la inversión de las familias en los estudios de sus hijos ha crecido, mientras reducían otras partidas de gasto familiar. Como vemos, son unos resultados complejos, que llevan a revisar lo que dábamos por supuesto de la crisis. La bajada generalizada del fracaso escolar se explica posiblemente por el aumento del paro, que ha llevado a que los adolescentes sean más conscientes de la importancia de la educación y a que tengan menos posibilidades de encontrar empleo si no acaban la ESO. Con respecto a la estabilidad en las competencias y la mejora de indicadores de equidad, no tenemos una explicación clara, más allá de entender que lo que sucede en la escuela no impacta tanto en ellas, como señala Julio Carabaña. En cuanto a la repetición, no he visto una explicación clara para entender por qué disminuye al tiempo que aumenta su desigualdad social (a similares niveles de competencia, repiten más los adolescentes de bajo origen cultural).
En relación a ello, ¿podríamos decir que la compensación del logro educativo ha venido más por parte de las familias ricas mientras que las más pobres se han resignado más?
Esto no es un fenómeno que se dé especialmente durante la crisis, es una cuestión estructural. Desde los años sesenta en Sociología de la Educación ha quedado más o menos establecido que las familias de clase media y alta tienen estrategias por fuera de la escuela para compensar los malos resultados educativos de sus hijos.
El abandono educativo temprano descendió notablemente en España durante la crisis: ya no había alicientes para abandonar la enseñanza porque el mercado -construcción, servicios…- dejó de absorber a los jóvenes. ¿Hay riesgo de que volvamos al punto de partida? ¿Hasta qué punto este indicador es adecuado para medir esta realidad en España?
Efectivamente, el riesgo está, pues no ha habido cambios estructurales en el sistema educativo. Hay dos factores a tener en cuenta, por un lado, el nivel educativo de las familias está aumentando rápidamente, debido a que el alumnado actual desciende de quienes se escolarizaron bajo la expansión educativa de los años setenta y ochenta. Esto lleva a una disminución del abandono, pues hay menos familias de bajo nivel educativo. Por otro lado, lo importante no es tanto el nivel de paro, sino el diferencial del nivel de paro entre quienes tienen estudios y quienes no, y este diferencial ha aumentado después de la crisis. En la medida que baje, podría haber un repunte del abandono.
El abandono educativo es un indicador (de la Unión Europea) nefasto que dificulta en vez de ayudarnos a entender lo que pasa, al menos, en nuestro país. Está en abandono una persona (entre 18 y 24 años de edad) que acabó la ESO y no sigue estudiando, pero no está en abandono una persona que no acabó la ESO y hace un cursillo de unas semanas de socorrista o que cursa 3º de la ESO. Mezcla dos procesos sociales muy heterogéneos: no acabar la ESO con no seguir estudiando tras terminar con éxito la ESO. Además, mucha gente da por supuesto que la tasa de abandono es sinónimo de no acabar la ESO, cuando eso no es cierto.
Es coautor del informe La desigualdad de oportunidades educativas: tendencias del fracaso escolar en España (1977-2012), vinculado con su tesis. ¿Qué cambios ha detectado durante las épocas incluidas en ese período y a qué se deben?
Para las personas nacidas hasta finales de los setenta hay tanto una mejora del nivel educativo como una disminución de la desigualdad de oportunidades educativas por origen social, al tiempo que las mujeres empiezan a superar el nivel educativo de los varones ya en la escuela franquista y patriarcal. Pero para las personas nacidas en los ochenta aumenta la desigualdad de oportunidades educativas y se estabilizan los niveles de estudio, con una disminución en FP. Esto pensamos que se debe al efecto no querido de la LOGSE. Al aumentar los requisitos para cursar educación post-secundaria obligatoria, aumentando dos cursos el tronco común y poniendo el requisito de titular en la ESO para entrar en FP, llevó a que las personas de orígenes populares más bajos dejasen de estudiar FP y engrosasen las tasas del fracaso escolar administrativo. Además, no solo se subió el requerimiento académico para estudiar FP de Grado Medio, sino que se convirtió en un callejón casi sin salida, pues para seguir estudiando había que aprobar un examen con contenidos de Bachillerato. Sin embargo, a los estudiantes de Bachillerato no se les exigía un examen con contenidos de FP media para acceder a la FP superior. Esto muestra un sesgo academicista en el diseño educativo que acabaron pagando los hijos de las clases populares.
¿Puede explicarnos cuál es la relación que existe entre los índices de analfabetismo de finales del siglo XIX y el nivel formativo actual? ¿La inercia en educación ha sido “inmune” a las reformas educativas?
Creo que el símil con una carrera ciclista ayuda a entender lo que ha pasado. El pelotón avanza más rápido, pero se mantiene el orden. Para romper la inercia estamos exigiendo que las comunidades que parten de mayores niveles de analfabetismo en el siglo XIX tendrían que haber “corrido más rápido” que las de menor analfabetismo. Es decir, no solo les estamos pidiendo que mejoren en educación, sino que lo hagan con más intensidad que las comunidades más aventajadas. No hay que caer en el derrotismo, pues todas han mejorado considerablemente, pero habría que pensar cómo las que venían de más atrás podrían adelantar a las más aventajadas.
¿Cuál es la característica que, según la academia, mejor predice el logro educativo y qué podemos hacer para compensar?
En Sociología de la Educación llevamos más de medio siglo avisando de que el mejor predictor del nivel educativo de los estudiantes es el nivel socioeconómico y cultural de la familia. Son muchas las políticas que se han intentado contra esto. En España la LOGSE misma, aunque con efectos perversos no queridos, como ya he señalado. Hay políticas que pueden mitigar este problema pero, en tanto que haya desigualdad social, las escuelas van a ser un reflejo de esa desigualdad. Pueden mitigarla, acentuarla o neutralizarla. Por ejemplo, a los estudiantes de orígenes de menor capital cultural les puede venir mejor la educación infantil y didácticas más estructuradas, pues no cuentas con sus familias para que les guíen en proyectos educativos muy abiertos.
A lo largo de la historia, ¿los momentos en los que se ha incrementado la inversión en educación han venido acompañados de los resultados esperados? ¿Debemos aspirar al 5% de inversión en educación en función del PIB o cree que debe haber otro indicador?
A mí el indicador del 5% me parece problemático. Por ejemplo, en la última crisis el PIB per cápita disminuyó en torno a un 10%. Eso quiere decir que estamos de acuerdo con que cada vez que baje el PIB, baje la inversión pública en educación… Yo prefiero un modelo más parecido al sistema de pensiones. Además, si aumenta muy rápido el número de estudiantes, como pasó con el baby boom y luego se reduce muy rápido, como pasó en los ochenta, estamos estableciendo desigualdad intergeneracional, pues ese 5% es menos por estudiante para una generación que para otra. Hacer una estimación de cuánto dinero es necesario para dar una educación de calidad y establecer las condiciones económicas para que no varíe con el ciclo económico, pero sí con el número de estudiantes, similar a como ha hecho con el sistema de pensiones, que ha aguantado bastante bien la crisis. Esto podría ser el 4% o el 6% del PIB, dependiendo de lo que estemos dispuestos a invertir por estudiante. Eso sí, desde el punto de vista de la planificación educativa es mucho más sencillo fijar un indicador como el 5% del PIB.
Madrid es la comunidad autónoma cuyas aulas están más segregadas por nivel socioeconómico y se encuentra al nivel de Hungría y Rumanía, los dos países europeos con más desigualdad. Un informe reciente, en este caso de Valencia, advierte de que el distrito único no ha logrado mitigar la segregación escolar en la ciudad. ¿Qué acciones en materia de política educativa y social recomienda para transformar esta realidad?
Hay que separar dos procesos: la segregación social y la segregación de resultados. En España hay alta segregación por origen social, pero baja por competencias. Eso posiblemente quiere decir que la calidad educativa de unas escuelas y otras no es tan diferente. Es muy complicado luchar contra la segregación social, debido a que es un resultado de dar autonomía a las familias. En EEUU para acabar con la segregación racial se pusieron autobuses para intercambiar a los estudiantes por su color de piel, y tener menos segregación. Lo que se consiguió fue que las familias se fuesen a vivir tan lejos unas de otras que el autobús no era una opción. Creo que lo mejor que se puede hacer es dar una alta calidad educativa en los centros, de manera que estar en uno u otro no marque la diferencia de resultados educativos. Esto lleva a que haya que invertir más recursos en los centros con más complejidad social, y a una relación fluida entre servicios sociales y sistema educativo.
[...] Lee la entrevista completa en en eldiariodelaeducacion.com

1-12-19: Concentración por los derechos fundamentales, sociales y laborales de las personas con diversidad funcional. "NADA QUE CELEBRAR" (12:00 h, Plaza de Callao. Madrid)

Publicamos este vídeo sobre la CONCENTRACIÓN POR LOS DERECHOS FUNDAMENTALES, SOCIALES Y LABORALES DE LAS PERSONAS CON DIVERSIDAD FUNCIONAL https://laeducacionpublica.es/nada-que-celebrar/


 

4-12-19: Asamblea de Plataforma por la Defensa de Centros Educativos Públicos de Calidad en Madrid (18:00 h, C/ Estanislao Pérez Pita, 28. Madrid)

Desde Plataforma por la Defensa de Centros Educativos Públicos de Calidad en Madrid nos informan de esta convocatoria
Estimadas Plataformas:

Desde la Plataforma por la defensa de centros educativos públicos de calidad en Madrid os animamos a acudir a nuestra próxima Asamblea que se celebrará el miércoles 4 de diciembre, entre las 18:00 y las 20:00 hs., en la calle Estanislao Pérez Pita, 28, en el barrio de Valdebebas (Madrid), con el siguiente orden del día:
  1. Situación en los territorios. Estado obras.
  2. Información de las reuniones mantenidas con los partidos políticos con representación en la Asamblea de Madrid.
  3. Presupuestos regionales 2020. Información.
  4. Propuestas de acciones.
Como siempre, la elección del lugar de celebración de la Asamblea, siempre rotatoria, nos sirve para visibilizar y dar apoyo a aquellas zonas afectadas por una política concreta en materia de infraestructuras educativas públicas de la región, llevada a cabo por el gobierno de la Comunidad de Madrid: falta de centros públicos, modelo de construcción por fases, retraso en las construcciones o ampliaciones, convivencia con obras, etc.



En nombre de la libertad de enseñanza hay que suprimir la enseñanza concertada (Carlos Fernández Liria)

CUARTOPODER.ES publica este artículo

  • "La escuela pública es lo mejor que se ha inventado contra el totalitarismo ideológico"
  • "Lo que esta “gente liberal de derechas” llama “libertad de enseñanza” no es más que un supuesto derecho que tienen los padres a imponer a sus hijos su propia ideología"
  • "La enseñanza concertada está dañando muy gravemente el sistema de instrucción pública y esto es lo más grave que puede ocurrir para las clases mas desfavorecidas"
Al hilo de la cruzada que ha emprendido el PP en defensa de la escuela concertada, ha circulado un vídeo en el que “un padre con hijos en la pública explica a la ministra Celaá lo que es la libertad de enseñanza”. En un tono impertinente y paternalista, amparado en la supuesta autoridad moral que le confiere llevar a sus tres hijos a la escuela pública, este sujeto explica una sarta de majaderías aprendidas en el peor catecismo ideológico. Lo importante no es este señor, por supuesto, pero el catecismo en cuestión sí conviene denunciarlo. Pienso que seguramente el vídeo es un montaje propagandístico del PP porque, sinceramente, no creo que se pueda ser tan tonto y tan ignorante. Pero el caso es que este señor amenaza a los del “pacto de gobierno” con plantarles cara en las calles si se llega a tocar el asunto de la escuela concertada. Y eso sí ocurrirá, sin duda, a la menor ocasión, por lo que conviene tener algunas ideas claras respecto a esta posible eventualidad.
Hay una serie de sofismas que se repiten sin cesar como si fueran evidencias. Según ellos, y tal y como recita el padre en cuestión, el artículo 27 de la Constitución protege la enseñanza concertada porque defiende la libertad de enseñanza contra el modelo de  la “escuela única”. Esto es completamente falso, pero es que además no se sabe qué puede ser eso de la “escuela única”. Lo bueno que tiene este padre es que con ese tonillo tan repelente se explica con mucha claridad: “la escuela única se da sólo en los países en donde existe el partido único, la prensa única, o sea, en las dictaduras, en los regímenes totalitarios”. Lo repite dos veces en cinco minutos.
Así pues, si suprimir la escuela concertada es imponer el modelo de “escuela única” y eso sólo se da en las dictaduras totalitarias, habría que concluir de inmediato que en Europa hay una buena cantidad de países totalitarios: en realidad, casi todos.  Se lleva la palma, desde luego, Finlandia, que durante las últimas décadas ha sido el milagro educativo europeo, donde la escuela concertada se reduce a un 2,9 % y la escuela privada a un impactante 0,0%Noruega es, también, un país muy totalitario, con un 96,4% de escuela pública. Peor es en Irlanda, donde la concertada y la privada juntas suman un 0,4%. Otras dictaduras totalitarias serían Alemania (la que más, junto con Austria, un 0,0%), Los Países Bajos (0,9%) o Italia (5,1%). En realidad, según esta especie de catecismo del PP, sólo tres países europeos se librarían, por tanto, del totalitarismo: España, donde la suma concertada privada es del 31,8%; Reino Unido, con un 39,1% y Bélgica, con un 55,7%. Todos los demás serían dictaduras totalitarias que cercenan la libertad de enseñanza imponiendo un modelo de “escuela única”.
El disparate es tan mayúsculo y el truco ideológico tan grotesco que no se entiende como en nuestro país ha podido gozar de un cierto consenso, de modo que un padre desinformado puede poner ese tonillo tan cargante de sermón aleccionador y responsable.
Todo está (además de basado en datos falsos) mal planteado. Lo que esta “gente liberal de derechas” llama “libertad de enseñanza” no es más que un supuesto derecho que tienen los padres a imponer a sus hijos su propia ideología personal y, además, de hacerlo de forma absolutamente totalitaria hasta que cumplan 18 años (cuando el daño ya estará hecho y rematado). O sea, que si se da la circunstancia de que tienes unos padres del Opus o Testigos de Jehová, la has jodido de por vida y sin remedio, porque según esta peculiar interpretación de la Constitución, los padres tienen derecho a encerrar a sus hijos en una cárcel ideológica hasta que sean mayores de edad. A eso le llaman “libertad de las familias”. Las cosas, sin embargo, suceden exactamente al revés.
La escuela pública es lo mejor que se ha inventado contra el totalitarismo ideológico. Se inventó, sobre todo, para librar a los niños de la dictadura ideológica a la que los padres podrían someterlos, educándolos según sus convicciones (en ocasiones repugnantes o incluso a veces criminales) sin dejarles asomarse ni por un momento a la pluralidad ideológica y la diversidad social. Los niños pueden, sin duda, ser educados en casa de manera más o menos asfixiante. Ese es el derecho de los padres.  Pero en el colegio, en el Instituto, deben de tener una ventana abierta al mundo, a otros mundos que sus padres no tienen derecho a censurar, porque no son más que los mundos de sus conciudadanos. Unos serán cristianos, otros musulmanes, otros ateos, budistas o pastafaris.
Esta es la gran belleza de la escuela pública, donde cada niño se sienta junto a alguien que seguro que es diferente que él, donde se aprende el respeto y la tolerancia hacia la diversidad y la riqueza ideológica. ¿De verdad que parece razonable que los padres puedan tener el derecho, por ser del Opus (o de ETA militar, eso da igual) de sentar a sus hijos durante 18 años en un colegio de gente del Opus, donde se explique el mensaje del Opus, se coma como  comen los del Opus, se piense al modo Opus y esté prohibido comportarse más que como se comportan los del Opus, por ejemplo, separando los sexos y prohibiendo la masturbación o la homosexualidad con las penas del infierno? Yo no pretendo, que ya me gustaría, que se me meta a esa gente en la cárcel, porque en esto no me ampara la Constitución y yo la respeto mucho también. Pero, me parece una cuestión de elemental higiene democrática que esos hijos se eduquen en una escuela pública, donde podrán elegir (¡eso sí que es la libertad de elegir de las familias y no del patriarca en cuestión!) si prefieren admirar y seguir el modelo cultural de sus padres o apuntarse  a cualquier otro modelo ideológico, cultural o religioso.
La escuela pública se inventó para salvarnos de nuestros padres. Es un invento tan bueno, que no sólo te facilita salvarte de tus padres fachas, sino también de tus padres progres. Porque lo que es aplicable a los padres del Opus, es aplicable igualmente a esos padres acrátas alternativos que se empeñan en educar a sus hijos en una casa okupa, según su catecismo ideológicamente correcto, al tiempo que se niegan a vacunarles y les alimentan con quinoa. Los padres, nadie lo niega, tienen el derecho de elegir la educación de sus hijos. Pero no de manera totalitaria. Sus convicciones educativas tienen que pasar por la prueba de la escuela pública. Someterse a la reválida de la democracia, la diversidad social y la pluralidad ideológica. Contra lo que suele decirse, la escuela pública es el único invento fiable contra el control ideológico.
Cuando se repite ese mantra absurdo del control ideológico estatal se olvida la cuestión fundamental: la de si se está hablando de un Estado con división de poderes o no. En la medida misma de que haya un control gubernamental de lo público, ya se trate de la escuela pública (donde es casi impracticable) o de la prensa pública (donde por supuesto que lo hay) o de la justicia (que no puede ser privada), eso no es más que una demostración de que la separación de poderes no está funcionando correctamente. Y en esos casos, el problema no es lo público, sino el hecho de que lo público no está suficientemente blindado frente a las presiones privadas o gubernamentales. Es algo que, por ejemplo, se observa en la sanidad pública, mucho más que en la escuela pública. Y no digamos ya, en el terreno del periodismo, donde la libertad de expresión está secuestrada por unas cuantas corporaciones mediáticas económicamente muy poderosas.
La enseñanza concertada está dañando muy gravemente el sistema de instrucción pública y esto es lo más grave que puede ocurrir para las clases mas desfavorecidas. Con su sistema de tasas encubiertas, absolutamente generalizado, están seleccionando a los alumnos menos problemáticos y condenando a un ghetto de marginados a la población más necesitada de recursos para su educación ciudadana. Esto es así hasta el punto de que hay ya muchos padres de izquierdas que deciden llevar a sus hijos a la concertada, porque, en algunos barrios, llevarlos a la pública es como sentenciarlos a un reformatorio carcelario. El padre ese del vídeo del PP dice que lleva a sus hijos a la pública. Me gustaría saber si ese sinvergüenza alardearía de lo mismo en ciertos barrios que yo mismo podría recomendarle. Mientras las políticas neoliberales de derechas están favoreciendo la enseñanza privada con recursos del Estado (que es lo que supone el sistema de conciertos), en las dos últimas décadas no han cesado de recortarse los recursos de la escuela pública. Se trata de un darwinismo social neonazi que se impone en nombre de la libertad de enseñanza según es entendida por el PP. Es increíble que alguien pueda caer en una trampa tan burda y apelar encima a la Constitución y su artículo 27.
La escuela pública no es un “modelo educativo”, es la institución que garantiza que ningún modelo educativo pueda imponerse sobre los demás. Un alumno de la escuela pública tendrá un año un profesor medio facha y otro año una profesora medio progre. Tendrá una profesora del opus en una asignatura y un profesor hippie homosexual en otra. Conocerá profesores homófobos y profesoras lesbianas, profesores ateos y profesoras beatas, profesores y profesoras que serán a veces  votantes del PP y a veces votantes de Podemos. Esta riqueza estructural de la escuela pública hace impracticable cualquier intento de control ideológico. Todo lo contrario de las dictaduras ideológicas que se imponen en la escuela concertada, donde cualquier profesor o profesora puede ser despedido por no encajar con la matriz ideológica de quien paga. ¿En serio que debemos destinar un sólo euro de dinero público a semejante totalitarismo educativo?

viernes, 29 de noviembre de 2019

Financiar públicamente las opciones educativas privadas no está en la Constitución (Enrique J. Díez en Europa Laica

Artículo de Enrique Javier Díez Gutiérrez.
Fuente: laicismo.org

La alianza neocon (neoliberales y conservadores), abanderada en este caso por los obispos, la jerarquía católica y la patronal de la concertada, han puesto el grito en el cielo (metáfora adecuada en este caso), al oír a la ministra de educación Celaá, en la inauguración del XV Congreso de Escuelas Católicas, asegurar que la “libre elección” de la escuela por las familias no es un derecho recogido en la Constitución. A pesar de la reiterada defensa y apoyo de los conciertos educativos de Celaá, algo que ha demostrado no solo en su práctica ministerial durante el gobierno del PSOE, sino como consejera de educación en el país vasco, ha reconocido que, efectivamente, la libertad de las familias para escoger una educación religiosa o elegir un centro de enseñanza para sus hijos e hijas «no son emanación estricta de la libertad reconocida en el artículo 27 de la Constitución».

La derecha conservadora, la ultraderecha, los obispos más reaccionarios, la jerarquía católica en general y, sobre todo, la patronal católica de la escuela concertada (que ya ha acaparado el 15% del total del sistema educativo y el 58% de la enseñanza privada-concertada, es decir, financiada públicamente con el dinero de todas y todos) se ha alzado en armas, para anunciar que el nuevo gobierno “bolivariano” PSOE-Unidas Podemos “cercena el derecho de las familias”, “adopta posturas radicales”, “se aleja del pacto constitucional”, “engrasa la maquinaria de adoctrinamiento”, “declara la guerra”, etc., etc. Todas expresiones de dirigentes políticos y mediáticos de la alianza neocon.

Sorprende esta reacción en pleno siglo XXI porque es algo bien sabido que la Constitución, el Derecho Constitucional y el propio Tribunal Constitucional da toda la razón, en esta ocasión, a la ministra de educación, cuando se reafirmaba delante de 2.000 directores y dueños de centros educativos católicos, tras el murmullo de protesta que se extendía por el Congreso antes sus palabras, declarando que «de ninguna manera puede decirse que el derecho de los padres y madres a escoger una enseñanza religiosa o a elegir centro educativo podrían ser parte de la libertad de enseñanza», recogida en la Constitución, aludiendo a la sentencia del propio Tribunal Constitucional al respecto.

Recordado también que el modelo de conciertos de España es una anomalía en el panorama europeo. De hecho, somos el tercer país de Europa en este tipo de centros, detrás de Bélgica y Malta. En todos los demás países, según datos de la OCDE, la educación es fundamentalmente pública (89,2% en educación primaria y un 83% en secundaria en la UE-28, frente a un 67,3% de España).

Inmediatamente, el presidente del PP, Pablo Casado, al servicio de la patronal de la concertada y de la jerarquía católica, ha tuiteado (al estilo Trump: política a través de twitter) que la libertad de enseñanza es «fundamental» en democracia y «está garantizada por la Constitución». Claro, eso es, efectivamente lo que dice la Constitución: “libertad de enseñanza”, que se sustancia en “libertad de creación de centros docentes”, no de financiación pública de las elecciones privadas. Del artículo 27 no se puede interpretar que el Estado tenga la obligación de contribuir a financiar y mantenerlas. Pero parece que, a pesar de su cansina reiteración de autodeclararse constitucionalistas, poco leen la Constitución.

De acuerdo con la Constitución, la educación es un derecho social que los poderes públicos están obligados a garantizar y organizar a través de la planificación general de la enseñanza, la creación de centros docentes públicos y la participación efectiva de la sociedad en su gestión. La “libertad de enseñanza” reconocida por la Constitución Española (Artículo 27), a la que aluden, se concreta en la Carta Magna en la posibilidad de creación de centros privados, con arreglo a una normativa estatal, para el reconocimiento y homologación de sus actuaciones. Pero en modo alguno se contempla en nuestra Constitución, ni en el derecho comparado, la posibilidad de que las familias deban recibir una ayuda pública para elegir entre ambas redes, pública y privada, ni que ésta última deba ser financiada con fondos públicos.

Pero en una interpretación abusiva de este derecho de creación de centros, fue voluntad política del gobierno del PSOE de Felipe González establecer y consagrar, en la ley educativa LODE, que se pudiera elegir entre dos redes, y que ambas fueran financiadas con fondos públicos, tanto la pública como la privada. Con lo que se quiere confundir el derecho a crear centros privados con el de las familias a recibir una ayuda pública para elegirlos, lo que, en modo alguno está ni en nuestra Constitución ni en el derecho comparado.

El texto constitucional establece que la enseñanza básica es obligatoria y gratuita, pero no indica que el Estado esté obligado a otorgar gratuidad a la educación en centros privados por el simple hecho de que las familias elijan un centro distinto del creado por los poderes públicos. Así lo dejó asentado el Tribunal Constitucional en la sentencia 86/1985, de 10 de julio, dictada por su Sala Segunda: “…siendo del todo claro que el derecho a la educación -a la educación gratuita en la enseñanza básica- no comprende el derecho a la gratuidad educativa en cualesquiera Centros privados, porque los recursos públicos no han de acudir, incondicionadamente, allá donde vayan las preferencias individuales.” Por lo que, como dice Celaá, en ningún momento el Constitucional indica que forme parte de la libertad educativa el derecho a elegir centro.

No obstante, poco sorprende que el PP y Casado utilicen esto como arma arrojadiza contra el acuerdo de nuevo gobierno progresista entre PSOE y Unidas Podemos en España. Así lo manifiesta en el final de su tuit Casado denunciando «el modelo del nuevo gobierno de izquierda radical. Hablan de libertad, pero la cercenan cuando no se ajusta a su ideología». Haciendo gala justamente de su política y filosofía habitual, que tilda de adoctrinamiento todo lo que no sea el suyo.

Revuelta neocon a la que se ha sumado el partido neoliberal radical Ciudadanos, a través de su portavoz Arrimadas, que también tuitea en la misma clave: “entregar a Podemos las llaves del Gobierno tiene un precio muy alto para las familias españolas”. Pero, quizás, quien expone con más claridad los principios esenciales de esta revuelta neocon es el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, asegurando que (y fíjense en los términos que emplea) “la exclusión del derecho de los padres” supondría un giro en la política educativa de extraordinaria gravedad para la libertad de enseñanza en una sociedad tan plural que precisa unas bases educativas “conforme a las convicciones de las familias y su iniciativa social”, y que «las administraciones han de garantizar conforme a la Constitución y los tratados internacionales firmados por el Estado”. Las dos claves esenciales: “libertad de elección” y “demanda social”. La base del modelo neoliberal, anclada en la pedagogía del individualismo insolidario, aplicado a la educación. Filosofía que proclaman con entusiasmo ahora tanto neoliberales como neoconservadores modernizados.

Lógicamente a esta reacción neocon se han unido los medios de comunicación afines. El periódico El Mundo titulaba: “Celaá declara la guerra a la concertada al negar el derecho constitucional de las familias a escoger colegio”. Iniciando la crónica con “En un guiño a Podemos… ha lanzado este jueves toda una declaración de guerra a la escuela concertada, donde estudia casi una cuarta parte del alumnado español”. Ahí es nada. Parecen frases sacadas del manual de cómo articular un lawfare o guerra política de baja intensidad, que están aplicando como alternativa a los golpes de estado armados clásicos en tantos países del continente latinoamericano. A este discurso incendiario se apuntan, cómo no, otros voceros neocon con titulares similares: “Contra la enseñanza en libertad”, o la radio de los obispos, la COPE: “oscuros presagios para la libertad educativa en esta legislatura”.

Lo que tenemos que ser conscientes es que esta reacción neocon, ante siquiera la posibilidad de cuestionamiento teórico, que no práctico (recordemos que la ministra es una fiel defensora de la educación concertada en toda su trayectoria política hasta ahora), de una de las bases fundamentales de afianzamiento y extensión de su ideología, responde a un rearme ideológico, propiciado por el auge de la extrema derecha con quien han pactado y están gobernando en diferentes partes del país. Recordarles, como ha hecho recientemente Unidas Podemos, que la Constitución, redactada y pactada también incluso por dirigentes de la dictadura, establece que tiene que haber impuestos progresivos, redistribución de la riqueza o mínimos derechos humanos elementales, les parece infundios bolcheviques, propios de su eterna reencarnación del mal: el comunismo.

Debemos saber pues, que la alianza de los herederos del franquismo y los neoliberales, junto con los ultraderechistas, no está dispuesta a renunciar a ninguno de los privilegios que se ha arrogado, y que mantiene a través no solo del poder económico, mediático, judicial y político, sino sobre todo ideológico. Consideran la educación y el sistema educativo uno de los medios fundamentales de producción ideológica y perpetuación de su control. Cuestionar sus privilegios en educación es, para ellos, declararles la guerra. Y ya sabemos cómo las gastan en estos casos…

Para saber más: DÍEZ GUTIÉRREZ, E.J. (2019). La revuelta educativa neocon. Oviedo: TREA.

Enrique Javier Díez Gutiérrez. Profesor de Pedagogía de la Universidad de León

jueves, 28 de noviembre de 2019

¿Libre elecc... qué? (tuit de Eduka Fuenla a Manuel Bautista, nuevo Director General de Educación Concertada, Becas y Ayudas al Estudio de la Comunidad de Madrid)

Fuente: twitter.com

En la @ComunidadMadrid tenemos los mejores docentes en la educación pública, en la educación concertada y en la privada y los mejores centros y son los padres los que eligen! LOS PADRES!! Tu elige yo elijo!!! Libertad diga lo q diga la señora Celaa
@IdiazAyuso @eossoriocrespo

En respuesta a @MCLA73 @ComunidadMadrid y 2 más
Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo Puedes engañar a alguns todo el tiempo Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo ¿Libre elecc... qué?
@VenaMareaVerde @edukoteka @aulasenlacalle @CervantesGetafe @TEAincluye @ParacuellosXEP
@IlustracionxEP @casaeduleganes


Los tiempos de los docentes (Guadalupe Jover en El Diario de la Educación)

Artículo de Guadalupe Jover publicado en eldiariodelaeducacion.com

“Los profesores prefieren tener menos alumnos por clase a que les suban el sueldo”. ¿Es que acaso podemos decirlo más claro? Lo que reclamamos no es ni más autoridad, ni más prestigio, ni más dinero. Lo que reclamamos son condiciones dignas para hacer bien nuestro trabajo: más tiempo y menores ratios. La persistencia de los recortes nos está asfixiando.

Como malabaristas al borde de la catástrofe.

Suena el timbre y nos apresuramos de un aula a otra. Nos acompaña un alumno con quien vamos resolviendo el último incidente. Nos cruzamos con una compañera y le damos el parte de la entrevista de ayer con una madre. Subimos la escalera y dos alumnas nos preguntan si podemos hablar en el recreo. Dudamos. En el recreo hay reunión por el clima y además nos urge comentarle algo a la orientadora. Pero les decimos que sí, claro.
Y así hora tras hora, día tras día, semana tras semana, mes tras mes. Cualquiera que dé clase en secundaria sabe bien de lo que hablo. Y esto es solo la parte visible del iceberg.

27 horas semanales de permanencia en el centro. De ellas, 20 lectivas. El resto, guardias, atención a familias, reuniones de tutores y de departamento, una hora quizás de biblioteca. Encuentros apresurados, escandidos por los dos timbrazos que marcan los periodos lectivos, y constantemente interrumpidos. De este cómputo -el de las 27 horas- quedan fuera los recreos: nuestras primeras horas extra no reconocidas. Y como no hay tiempo ni espacios para nada, nos buscamos en los pasillos, en los baños, en la puerta del aula. Cuántas conversaciones simultáneas, solapadas, inacabadas.

Tres horas semanales -aunque de cómputo mensual- para asistencia a claustros y evaluaciones. Unos claustros convertidos en interminables monólogos, de donde toda discusión ha quedado desterrada. Y las evaluaciones. La única ocasión en que se reúne el equipo docente de cada grupo. Cuatro veces al año. Naturalmente, tutores y no tutores nos afanamos en sacar tiempos de la nada para hablar de tal o cual estudiante, de un grupo que anda desfondado, de un pequeño proyecto interdisciplinar que quisiéramos proponer en una clase. Fuera de horario, también.

Y siete horas y media a la semana… para todo lo demás: preparación de clases, corrección de trabajos y exámenes, formación, participación en grupos de trabajo, lecturas profesionales, elaboración de materiales, planificación de salidas o intercambios, etc. Esta es la jornada que nos hacen firmar.

Naturalmente, hace años que firmo mi horario como “No conforme”. Es imposible sacar adelante las clases con un mínimo de decencia si nos limitamos a cumplir la jornada extraescolar de siete horas y media que la Administración establece. Como tantos otros colegas, siento que apenas empieza el curso mis tiempos personales se adelgazan de manera insoportable, mucho más allá del deber profesional. Y no hablo ya de lo que tantos hacemos por gusto, inquietud o compromiso: asistencia a jornadas o congresos, participación en plataformas o mareas, proyectos de investigación, colaboraciones en medios como este. Me refiero única y exclusivamente al desempeño profesional cotidiano, al deber moral de ejercerlo con un mínimo de honestidad.

Si tenemos grupos de treinta y tantos estudiantes, ¿cuántas horas semanales para corregirles un comentario de texto, una argumentación, un relato, un examen, un cuaderno, un trabajo? Multipliquemos después por el número de grupos a nuestro cargo. Si somos profes de Literatura, ¿cuántos libros habremos de leer antes de proponer una lectura compartida o elaborar una lista abierta para que puedan elegir? Multipliquemos por el número de niveles en que damos clase y calculemos el tiempo invertido. Si prescindimos del libro de texto y no vamos, por tanto, tampoco a despacharnos con cuatro fotocopias de este o aquel, ¿cuántas horas hacen falta para elaborar unos materiales de cierto fuste y coherencia? Sigamos multiplicando y sumando.

Si nuestra formación inicial -y aun el acceso a la función docente- vivió de espaldas a los contextos escolares y al alumnado adolescente, ¿cuántas horas de formación necesitaremos para estar en condiciones de llevar a cabo una trasposición didáctica medianamente sensata de aquel temario universitario, y de llegar a todos aquellos rincones a lo que nadie nos condujo: coeducación, convivencia, interculturalidad, etc.? Si nuestras condiciones laborales nos abocan al individualismo más estéril, ¿de dónde sacar tiempos para coordinarnos con colegas de dentro y fuera del centro?

7 horas y media, dicen. Ni aun multiplicando por tres nos salen las cuentas. Pero lejos de reducir la jornada presencial y repensar su organización, en los últimos años los responsables políticos no han hecho sino incrementar el número de grupos, niveles y estudiantes que cada docente tiene a su cargo manteniendo, inamovible, el tiempo pretendido de dedicación fuera del centro.

Y como el destinatario -el beneficiario- de nuestro trabajo no es patrón ni capataz alguno sino niñas y niños a los que conocemos y apreciamos, y de cuyas circunstancias personales y familiares algo sabemos, somos muchos quienes tratamos de aguantar el tirón hasta el límite mismo de nuestras fuerzas.

Los profesores prefieren tener menos alumnos por clase a que les suban el sueldo”. ¿Es que acaso podemos decirlo más claro? Lo que reclamamos no es ni más autoridad, ni más prestigio, ni más dinero. Lo que reclamamos son condiciones dignas para hacer bien nuestro trabajo: más tiempo y menores ratios.

La persistencia de los recortes nos está asfixiando.

Guadalupe Jover es profesora de Educación Secundaria.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Nota de prensa sobre el retraso de la puesta en marcha del taller de deberes en los colegios públicos de Majadahonda


NOTA DE PRENSA, noviembre 2019.

LA PLATAFORMA EN DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA DE MAJADAHONDA DENUNCIA EL RETRASO EN LA PUESTA EN MARCHA DEL ‘TALLER DE DEBERES’

En 2016 el Ayuntamiento firmó un convenio con las AMPAS locales comprometiéndose a sufragar el coste del taller de refuerzo educativo o taller de deberes, con el fin de ayudar al alumnado con dificultades de aprendizaje en horario extraescolar, y prevenir así el fracaso escolar.

Este convenio se consiguió después de una importante movilización de la comunidad escolar, dado que con motivo de los recortes educativos, desde el año 2012 tanto la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento dejaron de financiar el mencionado taller. Posteriormente el Ayuntamiento accedió a subvencionar la mitad de su coste, forzando a las AMPAS a abonar la otra mitad, si querían que en sus respectivos centros hubiese refuerzo educativo. Fue a partir de la aprobación por el Pleno de una moción de IU, cuando finalmente el gobierno municipal se comprometió a costearlo en su totalidad.

El convenio firmado en 2016 entre el Ayuntamiento y las AMPAS tuvo muy buena acogida en los centros públicos de Majadahonda, por tratarse de una actividad extraescolar que beneficia especialmente al alumnado que más necesita de ese tipo de apoyo desde el inicio mismo del curso. Por eso no es de recibo que se demore su puesta en marcha sin otro motivo que el cambio de equipo de gobierno. Como si de eso tuviera que depender la atención educativa de nuestros estudiantes.

Desde la Plataforma en Defensa de la Educación Pública de Majadahonda denunciamos este injustificado retraso y reclamamos la puesta en marcha inmediata del taller de refuerzo educativo en todos los colegios públicos del municipio.

martes, 26 de noviembre de 2019

Calendario de acciones Marea Verde para la semana del 25 de noviembre al 1 de diciembre de 2019. Próximas convocatorias


Lunes 25

Martes 26  

Miércoles 27 Día de la camiseta verde
27-11-2019 Entrega de firmas y Concentración en defensa a la atención a la diversidad (17:00 h, en DAT SUR)

Jueves 28
28-11-2019: Reunión de la Plataforma La Ilustración X La Educación Pública (de 18 a 20 h, en la sala de la AV Islas de Peñagrande. C.C. Rafael de León. C/ Isla de Ons 14)

Viernes 29

Sábado 30

Domingo 1
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Puedes enviarnos información de las acciones de tu centro/zona a accionesmareaverde@gmail.com y las publicaremos y les daremos difusión.
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En el curso 2019-20... 
...volvemos al verde. Ponte la camiseta: ¡pública sí!
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