sábado, 19 de mayo de 2012

El Gobierno despedirá a decenas de miles de funcionarios

DIARIOVASCO.COM: El PP augura una reforma del sector público con miles de despidos


«Dura y dolorosa». Así será la reforma del sector público que elabora el Gobierno y que, según indicaron fuentes del PP, provocará una notable pérdida de empleos en el corto plazo. Los populares aseguran que el Ejecutivo solo ha realizado hasta el momento los ajustes «más urgentes», pero que continuará en la senda de la consolidación fiscal y las reformas estructurales para intentar recuperar la confianza de España en el tablero económico internacional.

Una vez aprobada las reformas laboral y del sistema financiero y el ajuste de 10.000 millones de euros en Sanidad y Educación, Mariano Rajoy quiere meter la tijera en lo que considera una «sobredimensionada» plantilla de empleados públicos, que en 2011 superaron los 2,7 millones de personas.

La intención del Ejecutivo es que este adelgazamiento tenga reflejo en los Presupuestos Generales del Estado para 2013, que presentarán en el Congreso en septiembre. Para ello empleará una triple vía: la privatización de servicios, la eliminación de duplicidades entre la Administración central, autonómica y local y la aplicación de las nuevas normas que impiden que los gobiernos puedan gastar más de lo que ingresan.
Los populares auguran que será un camino difícil, ya que el Gobierno sólo puede actuar de manera directa en el 22% de los empleados públicos que pertenecen a la administración central. Las comunidades autónomas emplean al 50% de estos funcionarios y los ayuntamientos, el 24%. No obstante, los dirigentes del PP enfatizan el «histórico» acuerdo cerrado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del pasado jueves donde los gobiernos central y autonómico reafirmaron su compromiso con la reducción del déficit.

El Gobierno pretende con esta nueva reforma reducir el peso de los servicios públicos en el Producto Interior Bruto (PIB) de España del 45% actual hasta el 35%, es decir, regresar a porcentajes de 2004. Una reducción de plantilla que supondría el despido de decenas de miles de trabajadores.

El PP confía que el sector privado pueda absorber a medio plazo a buena parte de estos futuros desempleados mediante el «trasvase de la riqueza» que el Gobierno pronostica para finales de esta legilstura. Los populares reprochan a José Luis Rodriguez Zapatero que, desde 2004, haya propiciado y permitido el desaforado aumento de la nómina en todas las administraciones. Los dirigentes populares recalcan que, aunque las reformas de Rajoy no den frutos inmediatos, todas las instituciones europeas han coincidido en que España va por el buen camino. Por ello seguirá «cada viernes» tomando iniciativas en este sentido. El adelgazamiento del sector público sería, a su juicio, otra señal para reforzar la confianza internacional en España.

«La reforma será costosa, complicada y dolorosa, pero es imprescindible para que las administraciones públicas no sean una distorsión», explica un portavoz económico de la dirección nacional del PP. En este sentido, aseveran que la vía más eficaz para lograrlo es eliminar puestos de trabajo y no limitarse a una rebaja del sueldo de los funcionarios, tal y como sí han hechos dos gobiernos autonómicos de otros partidos.

En el partido liderado por Rajoy entienden, aunque no comparten, que los ciudadanos comiencen a hablar de Viernes de Dolores, cada vez que aluden a los Consejos de Ministros. Defienden sin fisuras la acción de Gobierno como única fórmula para recuperar la senda del crecimiento. Tras la reforma del sector público, aún quedará otro cambio que puede levantar ampollas, sobre todo entre las regiones más nacionalistas: los cambios necesarios para que haya un mercado único.


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