En Galehi hemos iniciado una recogida de firmas en la plataforma change.org para pedir que la Comunidad de Madrid retire el concierto educativo al colegio Juan Pablo ll de Alcorcón ante la carta de bienvenida al curso escolar 2016/17 del director, en la que expresa su voluntad expresa de desobedecer la Ley 3/2016 contra la LGTBfobia
Retirada del concierto educativo con el colegio Juan Pablo II de Alcorcón
El pasado día 9 de septiembre, en su carta de bienvenida al nuevo curso escolar, dirigida al alumnado y sus familias, el director del colegio concertado Juan Pablo II (Fundación Educatio Servanda) de Alcorcón —un centro sostenido con fondos públicos, que separa a alumnos por sexo en las clases—arremetió contra la recientemente aprobada ley madrileña contra la LGTBfobia, a la que se refirió como “Ley de Ideología de Género”. Incluso llega a afirmar sobre la legislación aprobada por unanimidad de los grupos políticos en la Asamblea de Madrid que “el parecido con el fanatismo terrorista es inquietante”. La misiva iba acompañada de la nota conjunta del pasado mes de agosto de tres obispos madrileños, en la que se calificaba la nueva normativa autonómica de “un ataque a la libertad religiosa y de conciencia” y se hacía un llamamiento a la desobediencia civil a la ley.
Es inadmisible que hoy en día se afirme que educar en igualdad y tratar de eliminar prejuicios homófobos sea tachado como "fanatismo terrorista" y sufragado con fondos públicos de la Comunidad de Madrid.
La discriminación social contra la población LGTBI hunde su raíz en la escuela, donde además nace y crece el autorechazo del niño, niña o adolescente LGTBI, aterrado ante la posibilidad de "ser descubierto" por sus iguales y ser con ello víctima de su rechazo, burla o incluso acoso escolar o bullying.
El suicidio de adolescentes por esta causa desgarra el corazón. Pero aún no llegando a este extremo, todas las personas LGTBI hemos tenido la experiencia de los terribles años de colegio a los que hemos tenido que sobrevivir.
Los que somos personas LGTB que además tenemos hijos e hijas tenemos también miedo a qué se les dice a nuestras niñas y niños sobre sus familias dentro de las aulas y cómo esto les puede hacer sufrir, dañar su autoestima o traducirse también en rechazo, burla o acoso hacia ellos por sus compañeros.
Frente a ello, la Ley 3/2016, de 22 de Julio, de protección integral contra la LGTBIfobia y la discriminación por razón de orientación e identidad sexual en la Comunidad de Madrid plantea actuaciones importantísimas en el ámbito educativo que consideramos vitales en la lucha contra la discriminación de nuestro colectivo, para hacer de los colegios un lugar más seguro para los chicos y chicas LGTBI y para los hijos e hijas de personas LGTBI y para construir una sociedad libre de discriminación hacia nosotras y nosotros. Nos parece un objetivo social de primera magnitud que los poderes públicos tienen la obligación de impulsar.
Que un colegio que recibe financiación pública, con el dinero de todos los contribuyentes, plantée la "desobediencia civil" frente a esta norma, tiene necesariamente que tener consecuencias. Y la consecuencia que nos parece mínima y evidente es que la Comunidad de Madrid le retire el concierto educativo.
Y que no se escuden en la fe cristiana; porque el núcleo mismo del mensaje de Jesús fue la no discriminación, que todos somos hijos e hijas de un mismo padre, su acogida a todos los marginados de su tiempo: prostitutas, recaudadores de impuestos, niños, mujeres... los colectivos que su sociedad marginaba. Desde la perspectiva del Evangelio los planteamientos de este centro educativo son vergonzosos.
Nuestra sociedad no debería permitir que existieran centros donde se eduque a nuestras futuras ciudadanas y ciudadanos con valores de discriminación y donde no se proteja a menores LGTBI. Estos centros deberían estar cerrados, no deberían poder homologarse, no deberían poder impartir educación reglada, ni siquiera siendo centros privados.
Pero lo que parece de todo punto intolerable es que, encima, no se trate ni siquiera de un centro privado, sino que sea un centro concertado, financiado por mi dinero, nuestro dinero.
No quiero que mi dinero financie mi discriminación, no queremos que nuestro dinero financie nuestra discriminación ni la de nadie, no queremos que financie el cultivo de una sociedad discriminatoria y excluyente y no queremos que financie el ataque a la seguridad de los menores LGTBI y de los menores cuya familia es homoparental.
Y por todo ello, ante la voluntad expresa de desobedecer la Ley 3/2016 de la CM manifestada por la dirección del colegio concertado Juan Pablo II de Alcorcón, solicitamos que la Comunidad de Madrid le retire el concierto educativo.
Esta petición será entregada a:
- Comunidad de Madrid
- ASAMBLEA DE MADRID
- Cristina Cifuentes