- El Ministro de Educación saca un 1,42. Le sigue Montoro como ministro con peor calificación, 1,84.
- Rubalcaba saca un 3 de nota. Rosa Díez sigue siendo la dirigente con mayor nota, aunque suspende con un 4,15.
Wert, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, son los miembros del Gobierno peor valorados por los ciudadanos, según el barómetro del CIS de enero de 2014.
En su barómetro de enero, el CIS da una nota de 1,42 a Wert y puntúa con un 1,84 a Montoro, en tanto que Cañete obtiene un 3,17, seguido del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, con un 2,82, y la responsable de Fomento, Ana Pastor, con un 2,80. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, es la cuarta mejor valorada, con un 2,75.
El titular de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, es uno de los que más bajan en la clasificación respeto al anterior barómetro y los ciudadanos le puntúan con un 2,05, en una encuesta realizada en enero, después de conocerse el anteproyecto de reforma de la ley del aborto.
Wert sigue en caída libre
La peor nota de la clase, un 1,42. Esa es la que ha sacado el ministro de Educación, José Ignacio Wert. En los antiguos tiempos, mucho antes de la LOMCE, cuando la EGB, el BUP y el COU, un 1,42 era un Muy Deficiente y no eran muchos los chicos del cole que se llevaban esa nota para casa. En la mayoría de los colegios, según los profesores, es casi imposible sacar de media un 1,41 porque hay asignaturas de las 'facilonas' como Educación Física, Música, Dibujo que suben esa media. Sacar un un 1,46 en un examen son muy pocos los alumnos que lo consiguen y en la Universidad la mayoría prefiere no presentarse antes de obtener una calificiación tan baja.
La cuestión es que el último barómetro del CIS correspondiente a octubre de 2013, pone al ministro Wert en el pozo del reconocimiento y la estima popular. Con ese 1,42 de calificación y vuelve a ser el ministro con mayor descrédito en el Gobierno de Mariano Rajoy, donde todos los ministros suspenden por debajo del 4.
Wert, que lleva a sus espaldas tres huelgas educativas, decenas de protestas de estudiantes en las calles y de marea verde y que ayer se vio forzado a dar un paso atrás en los recortes de Erasmus, es el represenante político que obtiene la peor nota en la valoración histórica que hace el CIS, desde los primeros años de la democracia. Por ejemplo, saca peor calificación que el expresidente del PNV Xabier Arzalluz, que en octubre de 2000 obtenía un 1,66; o que Josep Lluis Carod-Rovira, ex líder de ERC, que en enero de 2007 sacaba un 2,90.
Ocho ministros de Rajoy sacan peor nota que Sinde, la ministra con más suspensos de ZP
Wert, que cuando trabajaba como analista político escribía sobre la valoración de los presidentes del Gobierno, es sin duda el ministro de un Gobierno con peor nota. La exministra de Cultura Ángeles González Sinde fue la peor valorada en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, con un 2,55 de suspenso.
De la serie histórica, llama la atención que dirigentes con menos popularidad entre la población porque su actividad política está limitada a un territorio tienen mejor valoración: Josu Jon Imaz, dirigente del PNV, que sacaba un 2,92 en julio de 2004, o Paulino Rivero, presidente de Canarias, que obtenía un 3,74 esa misma fecha.
Un dirigente que formó parte de un Gobierno y que sufrió un desplome de popularidad fue Alfonso Guerra. El exvicepresidente con Felipe González inició los años 80 con una valoración del 4,15 y en 1994 obtenía un suspenso del 3,02.
El CIS de febrero de 2010 reveló que la clase política era el tercer problema para la sociedad. Desde entonces, el descrédito político ha aumentado, azuzado por los casos de corrupción que se investigan, desde los ERE de Andalucía, al Gürtel, las ITV de Catalunya o los papeles de Bárcenas.
Rosa Díez, con un 4,15, se mantiene como la dirigente con mejor calificación, aunque suspenda. Por detrás de la líder de UPyD se sitúa la diputada de Geroa Bai, Uxue Barkos, con un 3,83. El tercero es Alfred Bosch, de ERC, con un 3,77; seguido del coordinador de IU, Cayo Lara, con un 3,72 (tenía un 3,81), y Rubalcaba empatado con el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antonio Duran Lleida, ambos con un 3 (el secretario general del PSOE tenía antes un 3,13 y el dirigente nacionalista, un 3,03).
Quien menos nota obtiene es portavoz del PNV en la Cámara Baja, Aitor Esteban, con un 1,98 (tenía un 2,28 en octubre), y le acompañan por la cola el diputado de UPN Carlos Salvador, con un 2,02 (2,17 antes) y Rajoy, con el 2,22 (frente al 2,42 anterior), que se mantiene como el presidente que más suspende de la democracia.
Por orden de clasificación a partir del sexto lugar, están la portavoz del BNG, Olaia Fernández, con un 2,84; la de CC, Ana Oramas, con un 2,65; el de Amaiur, Mikel Errekondo, con un 2,48; el diputado del Foro Asturias, Enrique Álvarez Sostres, con un 2,36, y el parlamentario de Compromís,Joan Baldoví, con un 2,35.
De la serie histórica, llama la atención que dirigentes con menos popularidad entre la población porque su actividad política está limitada a un territorio tienen mejor valoración: Josu Jon Imaz, dirigente del PNV, que sacaba un 2,92 en julio de 2004, o Paulino Rivero, presidente de Canarias, que obtenía un 3,74 esa misma fecha.
Un dirigente que formó parte de un Gobierno y que sufrió un desplome de popularidad fue Alfonso Guerra. El exvicepresidente con Felipe González inició los años 80 con una valoración del 4,15 y en 1994 obtenía un suspenso del 3,02.
El CIS de febrero de 2010 reveló que la clase política era el tercer problema para la sociedad. Desde entonces, el descrédito político ha aumentado, azuzado por los casos de corrupción que se investigan, desde los ERE de Andalucía, al Gürtel, las ITV de Catalunya o los papeles de Bárcenas.
El CIS de febrero de 2010 reveló que la clase política era el tercer problema para la sociedad. Desde entonces, el descrédito político ha aumentado, azuzado por los casos de corrupción que se investigan, desde los ERE de Andalucía, al Gürtel, las ITV de Catalunya o los papeles de Bárcenas. En este barómetro, se sitúa como cuarto problema, por detrás del paro, la crisis y la corrupción.
Salvo Rosa Díez, líder de UPyD, todos los representantes de los partidos en el Congreso suspenden con una nota por debajo del 4. Es la representante que genera más confianza, sin embargo, nunca ha sacado un aprobado. Según el CIS, en enero de 2009 sacaba un 4,51 y obtuvo la mejor nota en octubre de 2011 (4,95), un mes antes de las elecciones generales del 20N.
Ni en la crisis de los 90 los políticos sacaban tan mala nota. En el sondeo de abril de 1994, aprobaba Julio Anguita con un 5,13, mientras que el entonces presidente Felipe González obtenía un 4,61 y José María Aznar un 4,58.
En abril de 1996 y a pesar de la crisis en el PSOE y la derrota electoral, Felipe González sacaba un 5,49 de nota, más que Aznar, que suspendía con un 4,95, mientras que Mariano Rajoy obtenía un 4,08. Hoy, el jefe del Ejecutivo es el presidente con peor nota de la democracia: un 2,22, su peor calificación desde que llegó a la Moncloa.
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