viernes, 21 de julio de 2017

"¿A quién beneficia dar Science en inglés?" (Jordi Martí)

Reproducimos este artículo publicado en XARXATIC



Hace tiempo que me pregunto a quién está beneficiando realmente que, en algunos centros educativos y, especialmente aquellos dependientes de algunas Comunidades Autónomas, se esté procediendo a sustituir las clases en la lengua de Cervantes o cualquiera de las cooficiales, por inglés. Ya, estamos en un mundo global y sin el inglés da la sensación que no nos podremos mover de nuestro país, estaremos limitados a trabajos miserables y, por qué no decirlo, seremos incapaces de entender la información técnica que, a lo largo de las redes, se distribuye de forma masiva en la lengua de Shakespeare. Eso es lo que se nos vende. Eso es lo que justifica, a nivel político y por parte de, cada vez más, docentes, padres y medios, la cada vez más hilarante introducción del inglés como lengua vehicular en nuestro país. La verdad es que salvo que seamos una colonia inglesa no lo entiendo. No entiendo que los aprendizajes básicos deban posponerse al aprendizaje del inglés. Bueno, debo ser de lo pocos porque, por lo visto, lo que no puede ser es que el docente y el alumno se comuniquen en su lengua materna o de uso habitual. La verdad es que, por el camino que vamos, ya me veo sustituyendo la Ikurriña o la Senyera por las banderas de los condados de Essex y Kent y, en poco tiempo ver ondear la Union Flag en el Parlamento y el Senado mientras, en el desfile de las fuerzas armadas, se canta el God Save de King (sí, aquí tenemos King, no Queen).



Fuente: Flickr CC

Pero seamos sinceros… si los que tenemos un poco de sentido común en el asunto (cada vez los menos, lo reconozco) vemos que lo de dar asignaturas en lenguas que no dominan ni docentes, ni alumnos y, por qué no poner también en la ecuación, familias, ¿a quién interesa lo anterior? Porque, vamos a ser brutalmente claros, ¿qué sentido tiene reducir aprendizajes con la finalidad que nuestros alumnos aprenden inglés? ¿A quién beneficia? ¿A los alumnos? Pues va a ser que no. Bueno, algunos van a aprender inglés con independencia de estos inventos del TBO porque, por suerte, han nacido en una familia con posibles que hace posible complementar ese inglés macarrónico con el que se imparte Science con algo más serio. Y seamos sinceros, ¿alguien cree que a un alumno brillante, sin problemas socieconómicos, le va a importar realmente que se den las clases en inglés o en mandarín? Pues va a ser que no. Algunos aprenden a pesar de. No son muchos pero sí que existen alumnos así. Les puedes poner un globo con ojos en la mesa del profesor y enchufarles un vídeo y van a aprender. Pueden venir a clase en días alternos y también aprenderían. El problema no son este tipo de alumnos (entre un 2-5% del alumnado). El problema es qué hacemos con el noventa y mucho por ciento restante. Bueno, ¿quién se está beneficiando con lo que les está pasando a este inmenso porcentaje de alumnado?

En primer lugar el beneficio directo es para aquellos docentes que se han certificado en inglés (dependiendo de las Comunidades con un triste B2 o con un maravilloso C1). Sí, tener inglés te garantiza que puedas dar clase de, por ejemplo, Matemáticas en inglés, por delante de uno que no tenga dicha certificación. ¿Serás mejor docente, sabrás más de matemáticas o estarás actualizado en tus prácticas docentes? No importa. Lo que importa es que sepas inglés y, más que qué sepas, que tengas la certificación que te piden. Incluso podrás, en caso de ser interino, pasar por delante de funcionarios. No importa lo bueno que seas en tu asignatura. Importa el título de inglés que tengas.

También tenemos como beneficiarios del bilingüismo cañi (perdonadme la expresión pero, es lo más cercano que se me ocurre) a todas esas academias de inglés que están preparando a los docentes para sacarse esos títulos que necesitan, a las Universidades privadas -y públicas- que expiden capacitaciones en esa lengua y, vamos a decirlo de una vez, a todos aquellos entramados empresariales que emiten certificaciones (léase Cambridge, Trinity o las que se os puedan ocurrir). Por cierto, ¿sabéis que hay muchas Consejerías que pagan a esos entramados empresariales por pasarles y certificar la prueba a sus alumnos? Claro que sí… el negocio.

¿A quién más beneficia lo anterior? Bueno, en este caso, más que beneficiar se trata de vender que va a beneficiar. Sí, a los padres que no pueden pagar para sus hijos academias privadas o pagarles un viaje para que aprendan inglés. Padres que compran que sus hijos van a aprender inglés y se solazan al ver como pronuncian hello con acento prístimo londinense. Da igual que no sepan de nada más -ni tan sólo inglés-. Lo importante es que llevan a sus hijos a un centro bilingüe donde, después de besar la bandera, les imprimen a fuego el Sun y la Moon para explicar la rotación y la traslación.

Bueno, ya sé que hay más actores beneficiados indirectamente del asunto pero me vais a permitir que, como es verano y algunos tenéis un poco más de tiempo, intentéis averiguar quiénes son. Y sí, es muy fácil 🙂

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