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miércoles, 11 de septiembre de 2013

Volvemos al pasado

Entre recortes y restricciones se inicia el nuevo curso universitario, cuando una noticia viene a sorprendernos aún más si cabe. La rectora de la Universidad de Málaga (UMA) y presidenta de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), Adelaida de la Calle, propone crear una bolsa de particulares para apadrinar a los estudiantes que queden excluidos, por dificultades económicas, en el pago de los costes universitarios.

Más de uno interpretará esta medida como un acto de solidaridad. A mí me retrotrae a la época decimonónica y a los tiempos del conde de Romanones, cuando la educación superior no era un derecho adquirido y los hijos de los trabajadores que quisieran cursarla tenían que mendigar el tutelaje de un mecenas que les financiase. La mayoría de las veces, el mecenazgo se conseguía más por una cuestión de lavado de imagen o la obtención de un servil cualificado, que por altruismo o filantropía.

No dudo de la buena intención de la propuesta, pero creo que debe ser el Estado quien apadrine (perdón, garantice) el derecho universal a la educación en sus distintos niveles.— Rafael Iturgaiz Martínez.

Publicado en Cartas al Director de elpais.com

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