Gracias a @salvaroj hemos leído este artículo de su blog El blog de Salvaroj:
Hay que tener valor para educar en valores.
En un post de hace algún tiempo hablé de la importancia de la educación en valores y expliqué los 10 valores que considero fundamentales para educar en las escuelas del siglo XXI. Hoy pretendo reflexionar sobre por qué, para qué y cómo educar en valores.
Aún hoy muchos docentes tienen miedo y reparo a educar en valores, sienten que su única labor es la de instruir a los alumnos, es decir, enseñarles contenidos de las distintas materias que marcan los currículos: matemáticas, física, literatura... Piensan que la educación en valores es responsabilidad exclusiva de las familias, que forman parte del ámbito privado de las personas.
Pero en el mundo de incertidumbre en el que vivimos donde los contenidos no son permanentes, donde la información se genera a velocidades de vértigo, donde el cambio y la innovación continuas son la clave del aprendizaje... ¿tiene sentido solo instruir a nuestros alumnos?
En una sociedad donde los valores están en crisis, donde se persigue el enriquecimiento fácil, el éxito vacío... ¿podemos permitirnos el lujo de no educar en valores a nuestros alumnos?
La educación debe tener como objetivo la formación integral de la persona, debe trabajar tanto el aspecto personal o individual como el social o colectivo. Esa es función tanto de la familia como de la escuela. Por ello es muy importante que los centros educativos sean coherentes en los valores que trabajen y que las familias los conozcan y los compartan. No hay nada más "neurótico" para un niño (o para un joven) que recibir mensajes contradictorios, en lo que se refiere a valores, entre la escuela y la familia: en el colegio me dicen que eso está bien, en casa me dicen que está mal.
El otro día escuché decir al filósofo Francesc Torralba, en una jornada sobre El deporte como motor de valores organizada por la Fundació Bofill, que los valores se transmiten con continuidad, ejemplaridad y enactividades humanas. Educar en valores tiene que ser un trabajo constante, tiene que ser vivencial (de valores no se habla, se actúa), tienen que haber una coherencia total entre lo que se hace y el cómo se hace (no puedo estar hablando del respeto a los demás, mientras grito a mis alumnos para que se callen) y, lo que me parece aún más importante, el trabajo en valores debe ser intencional (programado, evaluado...).
La educación en sí misma no es garante de una transmisión adecuada de valores, es más, según cómo se actúe pueden transmitirse contravalores. Pero la educación es un medio privilegiado para formar personas que respeten los valores humanos, es decir, aquellos que hemos aceptado como válidos por acuerdo el conjunto de los hombres y mujeres. Durante mucho tiempo la educación en valores ha estado muy vinculada a la enseñanza religiosa, hoy es absolutamente necesario que todos eduquemos en valores para conseguir una sociedad más equitativa, más justa, más respetuosa... una sociedad mejor.
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