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lunes, 28 de enero de 2013

Otro claustro inmundo, esta vez por el bilingüismo basura

Gracias a  hemos conocido este artículo de  publicado en su blog profesorgeohistoria.wordpress.com


No suelo escribir demasiados artículos pero creo que esta vez la ocasión lo merece.  Poco a poco uno se va dando cuenta de lo cainita y absurdo que es el colectivo de profesores de la Escuela Pública  y, así, se pierde la ilusión y las ganas de luchar.
En diciembre asistí nuevamente a otro de esos claustros inmundos a los que me obligan, esta vez en un IES de Madrid y con el único punto del día de votar la propuesta para centro bilingüe.  Otra vez, y es la enésima, pude ver un colectivo muy cainita en el que cada uno va a lo suyo.  Ya sea por edad o por especialidades la división es tan profunda que esto no se puede calificar ni de colectivo.  En el tema de las especialidades, es fácil ver que los no afectados por el bilingüismo sacrifican a los demás y a los alumnos.  Luego, está el tema de la edad, porque entrar en un claustro –la mayoría de los de Madrid capital- donde la edad media puede superar tranquilamente los cincuenta años sólo nos remite a un colectivo tremendamente envejecido y conservador que sólo se va a preocupar por su pensión.
Sin dilatar mucho el asunto, las posturas que se presentaron fueron las siguientes:
-      Todos, unánimemente, pensaban que el bilingüismo basura de Aguirre perjudica al alumnado y sólo va a fomentar segregación.  Alguno avisó que el bilingüismo basura es el caballo de Troya para acabar con la Escuela Pública.
-        Algunos, de las especialidades no afectadas por el bilingüismo –Lengua o Mates-, estaban a favor del mismo porque no les obliga a aprender inglés en cuatro días y recibirán mejor alumnado.  Aquí me ahorro calificativos.
-        Otros, de las especialidades afectadas, sin posibilidad de sacar la habilitación de inglés y viéndose desplazados, se mostraban radicalmente en contra del bilingüismo en el centro.
-        Finalmente, el equipo directivo, vendiendo el bilingüismo como los vendedores de crecepelos en las películas del oeste.  Además, aseguraban que los padres quieren un centro bilingüe porque lógicamente se han creído las mentiras de Figar.
Se oyeron discusiones y salidas de tono, además de mucha tensión y muy malas maneras.  Incluso una “compañera” advirtió que ella en el Consejo del Centro no iba a defender la postura del Claustro sino la suya propia.
Al final el Claustro votó en contra pero por escasa diferencia. Así, es de prever que el Consejo al final apruebe el proyecto de bilingüismo.  En cualquier caso, poco importa, Figar ha hecho bilingües centros con resoluciones en contra tanto del Claustro como del Consejo.
En suma, mucha vergüenza de este colectivo tan cainita y desunido, y mucha vergüenza de lo poco que se piensa en nuestros alumnos. Tenemos mucho que pensar como colectivo y como docentes y, tal vez, tomar buen ejemplo de la Marea Blanca.  Al final, además de luchar por nuestros derechos laborales, tenemos el deber de pensar en la sociedad, nuestros alumnos y la escuela del futuro.
Finalmente, me da la impresión de que este colectivo no abandona sólo a los interinos sino también a los alumnos.  Todos sabemos perfectamente que este bilingüismo es un modelo tan mediocre como dañino.
PROFESORGEOHISTORIA

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