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sábado, 22 de septiembre de 2012

¿"La recentralización de Wert" o "la apertura a lo que necesita el sistema"?

LA VANGUARDIA.COM: La recentralización de Wert

El Gobierno aprobó ayer la séptima reforma educativa en los últimos 32 años en otra muestra de que la enseñanza es, en España, más una cuestión ideológica, que depende del color del Ejecutivo que ocupa la Moncloa, que un empeño por mejorar la forma de transmitir los conocimientos que deben tener los alumnos. En esta ocasión, el principal objetivo de la reforma es que el ministerio recupere competencias que hasta ahora eran de las comunidades autónomas, si es que el proyecto no se enmienda en el trámite parlamentario.

El anteproyecto de la reforma Wert, en referencia al ministro que la ha presentado, básicamente pone fin a la selectividad, implanta evaluaciones finales a nivel estatal al final de cada etapa y abre la puerta a las administraciones para concertar la financiación pública de colegios de enseñanza separada por sexos. Una recentralización que Wert dice rechazar, pero que impone un aumento de los contenidos comunes por parte del ministerio del 55% al 65% en las comunidades con lengua propia, como es el caso de Catalunya. El argumento esgrimido es que una de las causas del déficit en la educación es la "divergencia entre las comunidades autónomas", ya que, según él, "no existe ni claridad conceptual ni práctica sobre los poderes". En cualquier caso, el ministro no ha explicado las razones por las cuales asegura que la unificación de criterios ha de repercutir en la mejora de la calidad de la enseñanza, ni ha concretado cuáles son las supuestas quejas de las autoridades europeas sobre la cuestión.

Asimismo, el anteproyecto introduce varias evaluaciones finales, también comunes, para en opinión del ministro Wert asegurar la igualdad de todos los alumnos españoles. Unas evaluaciones que dictará, por supuesto, el ministerio. Además, se elimina la asignatura de educación para la ciudadanía y se implanta en su lugar una nueva educación cívica y constitucional que, más allá de un mero cambio formal, únicamente demuestra el afán de cambiar unos contenidos por otros de acuerdo con la ideología del partido gobernante. También se implanta una doble vía en el último curso de la ESO y se pretende reforzar los conocimientos en lengua y matemáticas.

Al margen de otras reformas propuestas en el anteproyecto sobre las que se espera una mayor clarificación durante el trámite parlamentario -como el plan de bilingüismo, que pretende el objetivo de mejorar el aprendizaje del inglés; la redacción de un nuevo Estatuto del Docente, que facilite el traslado del profesorado, o la reforma de la universidad, que se remite a la constitución de un consejo de expertos de alto nivel que recomiende qué pasos dar para mejorar la "excelencia, competitividad e internacionalización" de la institución-, la nueva ley pretende ser un paso de gran calado en la dirección de una enseñanza unificada en toda España. Y, en todo caso, va mucho más allá de Esperanza Aguirre, ministra de Educación en el primer mandato Aznar (1996-1999), cuando pretendió recuperar, como ahora, los contenidos comunes en detrimento de las comunidades y quiso implantar una enseñanza unificada de la historia de España. Una pretensión que se cerró con un estrepitoso fracaso por el rechazo de la comunidad educativa y de algunas autonomías, como la catalana. La principal diferencia con respecto a aquella propuesta es que ahora el PP goza de mayoría absoluta.

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QUÉ.ES: Wert niega que la reforma educativa suponga "una recentralización"

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha asegurado que, "en contra de los que se dice de ámbitos nacionalistas y socialismo", la Ley de reforma educativa "no es ni muchísimo menos una recentralización del sistema educativo, sino la apertura a lo que necesita el sistema".

En la localidad guipuzcoana de Hernani, donde el ministro realizó, junto al presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, una visita a Chillida Leku, Wert ha destacado que "nuestros jóvenes que se forman hoy en escuelas, institutos e ikastolas, no van a competir con el de la aldea de al lado ni mucho menos con el de su aldea ni con el de la ciudad, ni siquiera con el de la región de al lado, van a competir en un mercado global en el que va a ser muy importante que existan unos contenidos comunes, unos cimientos sobre los que construir el edificio de la formación".

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