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viernes, 13 de octubre de 2017

"Los niños toman las calles" (propuestas de movilidad sostenible)

Marian nos pide difusión para esta información publicada en el TE de CC.OO.

Caminos escolares: ejemplo de movilidad sostenible 

LOS CAMINOS ESCOLARES SE PRESENTAN como propuestas de movilidad sostenible para la construcción de entornos urbanos compartidos, seguros y limpios. Además, son una excelente oportunidad para favorecer la autonomía personal en los niños. Analizamos las claves de estas iniciativas en el marco de la Semana Europea de la Movilidad (SEM 2017).


Desde el año 2000, la Comisión Europea celebra en septiembre la Semana Europea de la Movilidad (SEM). Este año el tema elegido se centró en la movilidad limpia, compartida e inteligente bajo el lema “¡Compartir te lleva más lejos!”. En este contexto, nos encontramos con proyectos que llevan obteniendo, desde hace años, excelentes resultados tanto en el ámbito europeo como en el estatal y que surgen de la necesidad de recuperar el entorno urbano para la infancia y la adolescencia.

Si nos aproximamos a la realidad cotidiana, rápidamente comprobamos que es necesario intervenir de manera urgente. Hoy en día, pasar por la puerta de un centro educativo en hora punta es, como poco, angustioso: atascos, vehículos en doble fila, aglomeraciones… Continuas situaciones de peligro y nervios forman parte de la foto diaria de cualquier colegio. En este ambiente suele resultar complicada la incorporación tranquila y sosegada a la tarea escolar. En primer lugar, se produce un aumento de tensión y ansiedad que repercuten en la salud. Además, el uso del automóvil particular incrementa el riesgo de accidentes. También crece la contaminación por la emisión de gases emitidos a la atmósfera y se reduce el poder adquisitivo de las familias debido al coste monetario que supone el desplazamiento. En definitiva, el transporte de alumnas y alumnos en coche particular genera un clima nocivo que repercute en la comunidad escolar en su conjunto.

Orígenes

Sin embargo, esto no fue siempre así. Durante la Guerra Civil, Barcelona estableció una red de transporte público en la que niños y niñas viajaban solos con unas etiquetas identificativas para favorecer su traslado a la escuela de manera segura. Otra destacable experiencia la encontramos en Dinamarca en los años 70, en la ciudad de Odense, donde se crearon itinerarios urbanos en bici. Hasta los años 70-80 eran habituales los grupos de niños que llegaban a pie a su centro educativo. Con el paso del tiempo las ciudades se fueron desarrollando con el transporte motorizado como eje central, lo que supuso un cambio radical: las calles dejaron de ser seguras para los niños. Surgieron entornos hostiles donde las distancias crecieron y las posibilidades de desarrollarse en libertad se redujeron considerablemente. Así llegamos al proyecto más conocido e inspirador en este ámbito: “La Ciudad de los Niños” en Fano, Italia, de la mano del pedagogo Franco Tonucci “Frato”, cuyo principal objetivo era conseguir una ciudad que se desarrollara pensando en los niños y niñas en lugar de los coches.

Qué son

Los caminos escolares son proyectos transversales que promueven itinerarios que permiten al alumnado desplazarse a su centro de enseñanza de manera segura, saludable, sostenible y autónoma. Existen variantes, como el camino libre (vías señalizadas por las que transitan niños solos o acompañados), el bus a pie o pedibús (dos adultos realizan un recorrido con paradas establecidas donde se unen los niños), bicibús (parecido al pedibús en bicicleta), transporte público…

Claves

Hay que tener en cuenta que la puesta en marcha supone un compromiso por parte de la Administración, la comunidad escolar y el entorno social. Los ayuntamientos y entes públicos deben responsabilizarse de las rutas con señalización adecuada de los itinerarios, refuerzos de elementos de seguridad vial, incorporación de agentes, etc. Por su parte, la comunidad educativa necesita la implicación del profesorado en la creación y puesta en marcha de recursos educativos, y el vecindario y los comerciantes tiene que tejer una red de apoyo que refuerce la seguridad y comunicación con los niños. De esta implicación multidisciplinar se produce el éxito de la experiencia en gran número de ocasiones.

Los resultados tienen un efecto global. Las niñas y niños mejoran su salud al abandonar prácticas sedentarias, desarrollan su autonomía personal y disfrutan de espacios en libertad. Las familias aprenden a confiar en sus hijos y a perder el miedo a “dejarlos solos”. Los equipos docentes se implican en propuestas sensibilizadoras y motivadoras que conciencian acerca del mundo. Los barrios ven como sus calles se llenan de vida, mejoran sus infraestructuras… En definitiva, una aventura en la que ganamos todas y todos. Caminante no hay camino… En este caso sí, camino a la escuela.



ESCUELA TURÓ DEL CARGOL

Albert Vilallonga Ortiz, del Centre de referència en mobilitat al treball d’ISTAS / CCOO (Centro de referencia en movilidad al trabajo de ISTAS / CCOO) recoge en una ponencia, que puede ser paradigmática sobre caminos escolares, su experiencia en el camino escolar de la escuela Turó del Cargol:

Nos adentramos en el curso 2004-2005. El AMPA de la escuela Turó del Cargol de Barcelona se plantea la posibilidad de desarrollar un proyecto de camino escolar con la colaboración del Distrito de Gracia. El punto de partida fue la elaboración de un cuestionario inicial para realizar un inventario de los itinerarios de las familias. Se elaboraron 31 fichas con los puntos problemáticas y propuestas de solución. La consolidación llegó con la implicación del claustro de profesores/as de manera activa y la creación de una comisión de planificación y gestión con integrantes de la comunidad educativa. Se producen mejoras urbanísticas (seguridad, señalización, adecentamiento de espacios…).

Posteriormente, el tejido comercial se integra ofreciendo soporte al alumnado. Con el paso del tiempo el proyecto se exporta a otros centros, otros barrios. El camino crece. La experiencia ha supuesto que el 92% de las niñas y niños llegue a la escuela a pie o en transporte público. Todo esto ha supuesto una mejora global urbanística, una gestión de la movilidad más eficiente y una comunidad escolar más autónoma y sana.

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