Tienen entre 5 y 12 años y estudian sin gimnasio, patio ni comedor. La promesa de la Consejería de Educación de construir una escuela pública en este municipio nunca llegó. Los padres advierten: “Las condiciones son altamente precarias”
Dan clase en un sótano, no tienen patio ni biblioteca y para comer tienen que desplazarse casi un kilómetro. Más de 70 alumnos de primaria del municipio madrileño de Navalafuente llevan ocho años instalados en dependencias municipales esperando la promesa de la Consejería de Educación: la construcción de un colegio público. “Llevamos pidiendo la construcción del centro desde 2005 y utilizando la Casa de la Juventud desde 2008, pero en condiciones precarias. Para acceder a una de las aulas hay que pasar por la sala de calderas que es un cuartucho donde hay un depósito de combustible y aunque se hagan revisiones es peligroso”, explica Pedro Manuel Lapuente a Estrelladigital.es, presidente de la plataforma de vecinos ‘Navalafuente Mejor’, con dos hijos escolarizados en el municipio.
Además de no contar con una sala de estudio ni con una zona de recreo, los menores tienen que recorrer cerca de 800 metros hasta llegar a un centro de Educación Infantil que sí tiene comedor. “No hay por dónde cogerlo. Los chicos de Primaria tienen que ir al comedor que se encuentra en otro edificio que está a 800 metros. Se tienen que desplazar andando llueva, haga frío, nieve o haga calor y siempre acompañados por personal del ayuntamiento. Las condiciones son altamente precarias”, critica Lapuente.
Muchos de los padres que residen en Navalafuente han decidido tirar la toalla y matricular a sus hijos en centros de otros municipios de la zona para evitar esta precariedad a pesar del gasto que supone el desplazamiento. “Muchos padres han optado por la diáspora se han ido a otros municipios con mejor servicio referente a las instalaciones. Yo mantengo a mis hijos aquí porque creo que es la única forma de hacer fuerza para que en Navalfuente haya un cole, si nos marchamos todos aquí no hay colegio”, lamenta Lapuente.
El municipio lleva casi diez años reclamando la construcción de unas instalaciones educativas de calidad para los alumnos de infantil y primaria. En 2010 el Gobierno regional se comprometió a edificar un centro e incluso publicó en el BOCAM el concurso de ejecución de obras, pero las obras nunca se iniciaron. “La Consejería de Educación siempre ha dado largas y ha hecho oídos sordos. El ayuntamiento ha tenido que comprar un terreno privado y dotarlo para que sea urbano y así facilitar la construcción”, asegura Lapuente. El pasado mes de junio la Comunidad de Madrid autorizó la contratación de la primera fase de las obras: tres aulas de Educación Infantil y dos de Primaria, además de una pista deportiva, que supuestamente estarán en servicio el próximo curso. Pero tampoco han comenzado a construir. El presidente de la asociación se muestra escéptico y dice que hasta que el año que viene no empiecen a salir y entrar los alumnos del nuevo edificio, el problema no estará resulto.
Movilizaciones
Los vecinos del municipio llevan varios años movilizándose para reclamar al departamento que dirige Lucía Figar la construcción de un colegio público de calidad. En 2012, apoyados por distintos partidos políticos presentes en la corporación municipal, convocaron una marcha a pie desde Navalafuente hasta la sede de la Consejería, pero no sirvió de nada. La única protesta la han iniciado a través de una plataforma digital para recoger firmas y exigir a la Comunidad de Madrid el cumplimiento de su promesa. “Nos hemos movilizado muchísimo. Lo último ha sido una campaña en Change.org, pero este gobierno no mira la calidad, solo la cantidad”.
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