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jueves, 7 de noviembre de 2013

"¿Por qué la educación española no llega nunca al consenso?" (Edmundo Fayanás Escuer)

Reproducimos este artículo de Edmundo Fayanás Escuer publicado en REBELIÓN.ORG:

El profesor Francisco Imbermón dice “legislar en educación siempre genera debate y controversia, y ese debería ser el camino hacia el consenso”.
Esto siempre ha sido así y nunca ha sido posible un consenso mínimo en educación ¿Por qué no es posible el acuerdo en España y sí en otros países? Desde mi punto de vista, esto proviene desde los inicios de la llamada “modélica transición política”, cuando no se consideró a la educación como un objetivo central de futuro para el país y se cuidó muy mucho, de que los distintos sectores educativos siguieran con los privilegios obtenidos en la época franquista. De aquellos tiempos, provienen estos lodos educativos actuales. Veamos algunos aspectos.
Todos los gobiernos democráticos han intentado plasmar sus ideas en leyes educativas, así ya llevamos siete reformas. En todas ellas, hay varios factores que las unen, por un lado la falta de medios económicos y por el otro la falta de consenso en todas ellas. Mientras que nuestra sociedad no considere la educación como un elemento imprescindible y fundamental en nuestro futuro, los políticos de turno no se sentirán presionados a hacer de la educación un objetivo para lograr avances sociales.
Nunca la financiación educativa en nuestro país ha tenido estándares europeos, con una inversión educativa sobre un 25% menos de la que tiene los países europeos de nuestro entorno. Cuando peor va la financiación educativa es con el Partido Popular y mejora algo con los socialistas, pero siempre muy alejado de los niveles europeos.
Otro aspecto muy importante, que sigue lastrando nuestro nivel educativo, es la herencia que el franquismo ha dejado en la sociedad, donde la educación sólo era valorada como sistema de adoctrinamiento y de control social y nunca tuvo como objetivo la creación de ciudadanos y hombres libres, eso sigue pesando como una losa en nuestro sistema educativo.
Un factor para mi muy relevante ha sido el papel muy negativo de la Iglesia española en nuestra educación. Evidentemente es una afirmación muy fuerte y que levantará ampollas, pero la realidad es la que es. Muchos dirán que la Iglesia ha jugado un papel muy importante en nuestra educación. Es cierto que han pasado miles de españoles por sus aulas, pero el papel de la iglesia española ha supuesto un freno increíble en los avances educativos de nuestro país y lo vemos claramente y de forma diáfana con la ley Wert, donde lo más reaccionario de su doctrina es la que se está imponiendo para vergüenza del PP y de todos aquellos que vemos la educación como un futuro para el país. Hay dos aspectos que determinan este papel negativo de la Iglesia en educación:
  1. La iglesia siempre ha considerado la educación como un lugar de adoctrinamiento ideológico, donde imponer su modelo social que le asegure un dominio sobre amplias capas de la población española.
  2. La educación privada supone un negocio económico nada desdeñable, en el curso 2011-2012 se calculan que los beneficios económicos de esta red educativa rondan los 500 millones de euros, además de otros privilegios, como son las concesiones de suelo, selección del alumnado, poco control sobre actividades extraescolares etc…..
Hoy en día desde mi punto de vista hay un factor fundamental que impide cualquier consenso educativo, éste no es otro que el Concordato vigente Iglesia/Estado. Dicho Concordato es la muestra de la dejación y sumisión del Estado a la Iglesia, siendo claramente anticonstitucional pero estos partidos que tanto defienden la Constitución para determinadas cosas, se olvidan de denunciarlo y ahí coinciden nuevamente el PP y el PSOE para vergüenza de ambos.
El primer elemento, para que pueda hacer posible un consenso educativo pasa por el fin del concordato actual vigente entre Iglesia y Estado.
El segundo elemento es considerar a la educación pública como la única que garantiza la educación y la cohesión social del país, yendo a un sistema educativo dual, parecido al que hay mayoritariamente se tiene en Europa, es decir, una educación pública de calidad y bien financiada, con un sector privado sin ningún apoyo del Estado.
Esto se pudo hacer en los inicios de la Transición sin grandes problemas. Sin embargo, no se hizo por la cobardía del Partido Socialista con Felipe González a la cabeza. Este proceso de modificación de la educación concertada habrá que hacerlo poco a poco y en un largo periodo de tiempo, salvando grandes dificultades como son las laborales, sociales etc, que generará la desaparición de los conciertos educativos con la privada. Como en gran parte de Europa seguirá existiendo una educación privada, pero pagada exclusivamente por los padres que quieran ir a ella.
Con este proceso solucionaríamos muchos de los problemas e impedimentos existentes hoy en día al hacer desaparecer los componentes, ideológicos, económicos y de control social.
Este país presenta un retraso histórico a casi todos los niveles, que provienen de dos instituciones, que han sido el soporte institucional del poder de las clases dominantes: la iglesia y la monarquía. Ninguna de las dos han aceptado cambio alguno, siempre han asumido los principios más reaccionarios de los distintos movimientos reformadores y progresistas, que se han ido produciendo en Europa y el mundo, es decir, siempre han estado con la involución.
La iglesia debe dedicarse exclusivamente a su labor pastoral dejando de intervenir en la política del país, pues es esta participación y el apoyo y el compromiso con la derecha más rancia de este país es, impide cualquier avance en consensos educativos.
Debemos hacer que la Iglesia se retire del campo educativo como única forma de que nuestra educación mejore, es así de simple y de cruda la realidad educativa actual.
A todo ello, hay que unir que la sociedad debe de tomar conciencia real de que la educación es un pilar básico para garantizar nuestro futuro e intentar recuperar el tiempo histórico perdido en el campo de la educación.

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