Evasivas, desprecios y trampas. Esa es la estrategia que utiliza la Comunidad de Madrid para esquivar los problemas que atraviesa el sistema de enseñanza pública de la capital abrasado por los recortes.
La consejera de Educación, Lucía Figar, se comprometió en la campaña electoral de 2011 a construir un colegio nuevo para los alumnos del San Juan Bautista en Arganda del Rey, en riesgo de derrumbe desde el año 2009. Incluso acudió al acto de la colocación de la primera piedra del centro, pero, dos años después, todavía no se ha puesto la segunda.
"Desde entonces no se ha colocado ni un solo ladrillo a pesar de que decían que la empresa iba a empezar a construir en marzo de 2011. Allí no ha aparecido nadie y al final han dado una solución de susto o muerte a las familias de los niños: o los llevamos a un colegio en otro municipio que está a 25 kilómetros o los trasladamos a las instalaciones de un colegio concertado en Arganda del Rey", denuncia Eulalia Vaquero, secretaria de Educación de Izquierda Unida en Madrid.
Figar no cumplió su promesa y los menores han permanecido escolarizados hasta hace dos días en un centro que presentaba unas infraestructuras totalmente deterioradas y a punto de desplomarse. "Es uno de los colegios más antiguos de Arganda, tiene más de 30 años. Nosotros no paramos de insistir porque a pesar de estar presupuestado el edificio nuevo, no se construía y el colegio se podía caer con los niños dentro", explica Vaquero.
La consejera de Educación ignoró las necesidades de los alumnos y los graves riesgos que corrían y alegó problemas con las empresas encargadas de construir la escuela para esquivar las protestas. No se preocupó de la inquietud que sufrían las familias y les dio la espalda. Dos años de silencio y abandono hasta hace tan solo dos semanas, cuando ha explicado su solución repentina: la mudanza de los 500 niños del San Juan Bautista al centro Virgen de la Soledad, en el mismo municipio. Se trata de un centro concertado que depende de la empresa Soluciones Educativas Integrales y que cuenta con un capital social de cuatro millones de euros. El empresario Santiago Bareño es el administrador del centro desde junio, antes estuvo gestionado por la constructora Hispánica, vinculada a la trama de corrupción 'Gürtel'.
"¿Por qué no se ha buscado una solución antes? Han tenido desde el año 2011 que quedaron en construir el colegio para ese mismo curso y no lo han hecho sabiendo en la situación en la que estaba ese colegio. Hasta que no han tenido una solución privada no se han pronunciado. La consejería de Educación con tal de eliminar un colegio público es capaz de cualquier cosa. Mucho nos tememos que esta solución tiene la intencionalidad de no construir el centro nunca", lamenta Vaquero.
La oposición sospecha que se trata de un remedio politizado que busca favorecer a los centros concertados. El traslado de los niños del colegio público al de gestión privada costará a las arcas públicas más de medio millón de euros.
La Comunidad de Madrid pagará 59.000 euros cada mes de curso por el alquiler de las instalaciones para los nuevos alumnos del colegio público. "Hay una trasferencia todos los meses de 59.000 euros al colegio Virgen de la Soledad que nos cuesta a todos. Como el director está muy contento con el negocio que ha hecho también ha querido compartir el premio con las familias del concertado y les va a bajar la cuota", comenta Vaquero.
También creen que la propuesta de Figar esconde una doble intención: trasvasar alumnos del sistema público al concertado y así beneficiar los intereses del Ejecutivo Regional que apuesta por este tipo de centros que no terminan de consolidarse. "Hay un doble propósito que consiste en consolidar a los niños nuevos en ese colegio porque una vez que han sido trasladados es mucho más fácil que se queden en ese colegio. Si en el colegio concertado caben 500 niños es obvio que está medio vacío. El negocio que quieren está haciendo aguas y se está salvando a costa de los alumnos de la pública", critica Vaquero.
De hecho, según los Presupuestos regionales de 2012 y 2013 la inversión de la Comunidad de Madrid por alumno de la enseñanza pública ha bajado de media un 13,5% y solo un 3,4% en los del colegio concertado.
También creen que la propuesta de Figar esconde una doble intención: trasvasar alumnos del sistema público al concertado y así beneficiar los intereses del Ejecutivo Regional que apuesta por este tipo de centros que no terminan de consolidarse. "Hay un doble propósito que consiste en consolidar a los niños nuevos en ese colegio porque una vez que han sido trasladados es mucho más fácil que se queden en ese colegio. Si en el colegio concertado caben 500 niños es obvio que está medio vacío. El negocio que quieren está haciendo aguas y se está salvando a costa de los alumnos de la pública", critica Vaquero.
De hecho, según los Presupuestos regionales de 2012 y 2013 la inversión de la Comunidad de Madrid por alumno de la enseñanza pública ha bajado de media un 13,5% y solo un 3,4% en los del colegio concertado.
Y además de hacer negocio, hacen apología de su ideología. Un gran negocio (para ellos, claro).
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