Carolina Torres
Resulta que tenemos unos gobernantes cada vez más católicos y afines a la iglesia, que se llenan la boca hablando de moral y de buenas conductas. Estamos asistiendo al retroceso en cuanto a la ley del aborto, y estamos viendo cómo la asignatura de religión católica volverá a ocupar un papel importante en la escuela. Pero, frente a todo esto, ¿dónde queda el cumplimiento de algunos de los diez mandamientos basados en el catecismo de la Iglesia? Recuerdo que estos mandamientos son las bases de un buen cristiano. Entre algunos de ellos encontramos el séptimo y décimo mandamiento: «no robarás» y «no codiciarás los bienes ajenos».
No se si la apropiación de los bienes y recursos propios de los ciudadanos, camuflándolos por un lado en recortes, y por otro en sueldos elevadísimos y comisiones se podría considerar «robar». Y evidentemente, los casos de corrupción, que ya sea dicho de paso, quedan en el olvido y sin ningún tipo de consecuencia en la mayoría de los casos, ¿se podrían considerar codicia? Por otro lado, y el que me ha hecho lanzarme a escribir esta nota es el octavo mandamiento: «no levantarás falsos testimonios ni mentirás».
Desde hace mucho ya vemos normal que se mienta o se oculte información a los ciudadanos por parte de los políticos, y además sin ningún tipo de consecuencia. El último caso, además de parecerme surrealista, me resulta indignante. Todos sabemos que en una manifestación el cálculo de los asistentes se realiza de forma aproximada, en función de la ocupación del espacio de sus participantes. Por lo tanto es un dato subjetivo y susceptible de errores.
Pero, ¿cómo puede haber errores en cuanto al seguimiento de una huelga? El pasado día 9 tuvo lugar la huelga nacional en contra de la Lomce. Para saber su seguimiento, el procedimiento a seguir es el siguiente: se llama a cada uno de los directores de todos los centros educativos y se pregunta cuántos profesores han secundado la huelga; luego solo se debe hacer una suma.
Frente a las respuestas de estos directores la conselleria determina a cuántos profesores se les ha de descontar el sueldo. Por lo tanto, estamos hablando de un dato absolutamente objetivo, se trata de hacer una suma. ¿Cómo es posible que haya una diferencia tan abismal en cuanto al seguimiento calculado desde los sindicatos frente al calculado por el Govern? ¿Es posible que aquellos que quieren imponer la religión católica en los centros sean capaces de incumplir de forma tan rotunda el octavo mandamiento (no mentirás), o es que simplemente no saben sumar? Pues bien, el dato está claro. Todos los que pertenecemos al ámbito educativo sabemos sumar, y por lo tanto sabemos que el seguimiento fue un éxito, ya que alrededor del 70% del profesorado de Ibiza la respaldó.
¿Cómo es posible que los gobernantes quieran engañar a la población así? Considero que es un despropósito y una ofensa a aquellos a los que con nuestros votos ponemos donde están, es decir, a toda la ciudadanía. Desde mi humilde posición, solicitaría que rectifiquen en cuanto a los datos ofrecidos a la ciudadanía, o si siguen considerando que estos son reales sean coherentes, y por lo tanto solo descuenten el sueldo al 30% del profesorado.
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