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lunes, 4 de marzo de 2013

“[La LOMCE] mejora mucho en implantar la ideología neoconservadora y neoliberal en la educación pública, esa es la finalidad que tiene el PP”

Entrevista a Enrique Javier Díez Gutiérrez, Doctor en Ciencias de la Educación y licenciado en Filosofía
Salvador López Arnal (Rebelión)


Enrique Javier Díez Gutiérrez, Doctor en Ciencias de la Educación y licenciado en Filosofía y diplomado en Trabajo Social y Educación Social, ha trabajado como educador social, como maestro de primaria, como profesor de secundaria, como orientador en institutos y como responsable de atención a la diversidad en la administración educativa. Actualmente es Profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de León. Desarrolla su labor docente e investigadora en el campo de la educación intercultural, el género y la política educativa. 

Recientemente ha publicado en rebelión una serie de artículos, ocho en total, excelentes todos, sobre la nueva Ley de (anti)Educación Pública, la LOMCE, del ministro Wert, trabajos a los que se hace referencia en esta entrevista.

Entre sus numerosas publicaciones cabe citar: Educación Pública: de tod@s, para tod@s, con Adoración Guamán (Bomarzo, 2013), Qué hacemos con la educación, con Agustín Moreno y José Luis Pazos (Akal, 2012), Educación Intercultural: Manual de Grado (Aljibe, 2012), y Decrecimiento y educación, con Carlos Taibo (Catarata, 2011).

Enrique Javier Díez Gutiérrez colabora con periódicos y revistas como El Viejo Topo, Diagonal, El País, Público o Diario de León. Es vicepresidente del “Foro por la Memoria de León”, secretario de la Asociación “Prometeo, Hombres por la Igualdad de León” y presidente de la asociación estatal “Hombres por la Abolición de la Prostitución”.
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Después de felicitarle por sus recientes y excelentes artículos sobre la LOMCE (publicados en Rebelión), me gustaría hacerle algunas preguntas sobre esta ley. ¿Era necesaria una nueva ley de educación? ¿No son muchas en muy pocos años?

No, no era necesaria una nueva ley de educación. Lo que se necesitan son más recursos y medios para mejorar lo que se ha ido consiguiendo en educación en los últimos años. Además no es positivo trabajar siguiendo los dictados de las leyes que cambian con excesiva rapidez. Pero la derecha tiene un claro programa que no ha dejado de imponer desde la transición a la democracia hasta hoy cuando ha ganado las elecciones. Su ideología clasista y selectiva la quiere implantar en todos los terrenos y la educación es uno de los más importantes y claves porque influye en la formación y desarrollo de las futuras generaciones. Conciben que la educación debe planificarse conforme a esta doctrina y no cejan en su empeño de hacer normativas que orienten la política educativa en este sentido. De ahí su afán por imponer una nueva ley que responda a sus postulados.
Es cierto que la educación es una materia siempre controvertida en cualquier política gubernamental, pues conlleva una carga ideológica profunda respecto a la visión que transmitimos a las futuras generaciones de lo que se considera el patrimonio común y de cómo se ha de construir la sociedad y la civilización humana. Se plantea que la educación debería ser política de estado y no política de partido. Pero tampoco quiero caer en el mito del “pacto de estado” en educación. Sinceramente creo que es radicalmente difícil llegar a un “pacto educativo” que concite concepciones tan diferentes sobre el ser humano y el tipo de ciudadanía y civilización que se ha de construir para conseguir un mundo más justo y mejor, como las que tienen la derecha de este país y la izquierda. De hecho, desde los sectores conservadores y neoliberales ni siquiera se plantean que haya que construir un mundo más justo y mejor.
En todo caso, creo que antes de plantear reformas educativas, habría que al menos ponerse de acuerdo en el diagnóstico de los problemas. Aunque tampoco soy optimista en que ni siquiera fuera posible un cierto consenso en la definición de las causas de los mismos.

LOMCE significa “Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa”. ¿Qué mejora la nueva ley en su opinión?
Mejora la capacidad de imposición sin diálogo ni negociación con quienes van a ser afectados por las normas que se hacen. Mejora la forma y las estrategias de desmantelamiento y desfinanciación de la educación pública. Mejora la segregación del alumnado a temprana edad. Mejora la financiación pública de los centros privados. Mejora y potencia la competitividad darwinista entre los centros para estar en un ránking público, como si de una liga de fútbol se tratara, para que las familias con recursos para desplazarse puedan escoger aquel centro donde sus hijos e hijas se relacionen con los contactos adecuados y puedan tener más ventajas competitivas en el futuro mercado laboral. Mejora el adoctrinamiento en religión católica. Mejora en dar cobertura legal a la separación anticonstitucional por sexos para los colegios del Opus Dei. En fin, mejora mucho en introducir estrategias de gestión empresarial en la escuela pública y convertir la educación en un camino de penitencia trufado de continuas reválidas que irán dejando en la calle a quienes no las superen. Es decir, mejora mucho en implantar la ideología neoconservadora y neoliberal en la educación pública. Esa es la finalidad que tiene el PP y parece que lo va a conseguir por goleada.

La educación de nuestro país, ha escrito usted, “ha mejorado notablemente en la etapa democrática, si bien es evidente que tiene aspectos importantes que corregir”. ¿Qué aspectos serían los más urgentes? ¿Dónde se ubican las mejoras en su opinión?
Creo que las mejoras habría que situarlas en los importantes avances que se han logrado en el desarrollo de la red pública, con un incremento notable de centros y de profesorado, bajada de ratios de alumnado por aula, ampliación de la edad escolar obligatoria, escolarización casi total desde los 3 años, y mayor acceso a estudios superiores de las capas populares. Hasta épocas muy recientes la mayoría de la población no tenía acceso a la educación. En los algo más de treinta años del actual período democrático se ha universalizado la educación, aumentado la inversión educativa, aunque por debajo de la media europea, pero ha consagrado la doble red pública-privada concertada. Se ha ampliado la enseñanza obligatoria hasta los 16 años y ha crecido la población atendida en las etapas educativas postobligatorias: Bachillerato, Formación Profesional y las distintas modalidades de rango universitario. Se ha defendido la educación infantil (0-6 años) como una etapa claramente educativa y se ha adaptado los contenidos curriculares al nivel de desarrollo psicológico del alumnado. Se ha reconocido el derecho a la educación como un derecho social, que los poderes públicos están obligados a prestar organizando un sistema educativo como un servicio público. Se ha avanzado en equidad e igualdad de oportunidades en el sistema educativo.

Lee la entrevista completa en rebelion.org

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