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martes, 25 de diciembre de 2012

Sobre el amor, el trabajo y la excelencia (un artículo-regalo de Javier Fernández Panadero)

Javier Fernández Panadero nos envía su nuevo artículo, publicado en el blog "La Ciencia para Todos". Su lectura es tan recomendable que la consideramos un buen regalo de Navidad para todos:

Los científicos trabajan por Amor

El director del Instituto donde se imparte el Bachillerato de “”"”excelencia”"”, al parecer, ha dicho a los chavales que aparquen el amor y se centren en el trabajo.
Si es así, ese señor aún anda muy perdido, y lo peor es que es ha erigido en guía de nuestros chavales.
De mi libro ¿Cómo le explico esto a un extraterrestre? La ciencia para todosaquí os dejo este capítulo que se titula..
LOS CIENTÍFICOS TRABAJAN POR AMOR
científicosporamor
–Pues no lo séeee, pregúntales a ellos…
–Ya lo hice, me encontré con ese amigo tuyo matemático.
–¿Ah, sí? ¿Y por qué me das entonces «la matraca»?
–Porque me parece que eres tú el único que no sabe
por qué estudió él matemáticas.
–¿¿¿¿ … ???? A ver si ahora va a ser más amigo tuyo que mío… Bueno, no me dejes con la intriga… ¿Por qué fue?
–Es sencillo… Porque las ama.
Tan sencillo y tan cierto.
Desde luego no es un resultado sorprendente, lo raro es que pensásemos que el caso de los científicos era diferente.
Los poetas aman la poesía, los historiadores la historia, los pintores y los músicos su arte… Cualquier trabajo vocacional se hace por el placer que siente uno al hacerlo. Si pensáis que es por el dinero, ¿por qué siguen en la brecha los que ya se han hecho ricos con su labor?
Pues, señores, los científicos aman lo que hacen. Les apasionan las células, se maravillan con la belleza de esa ecuación que resume cómo interaccionan las partículas en un rincón de su corazón o en el de la galaxia, disfrutan viendo cómo la máquina que acaban de construir funciona como un reloj… viven entre la pasión, el amor, la belleza… y esa es la fuerza que les mueve.
Como a todos… como a todos los que tienen la suerte, la oportunidad y el valor de dedicarse a un trabajo vocacional.
Es curioso cómo los científicos se empeñan en convencer a otros con razones «utilitaristas» que no fueron nunca las que les convencieron a ellos mismos.
No sé por qué hemos de sentir pudor ante la pasión que sentimos por la belleza de una cadena de ADN en la que están escritos los secretos de la vida… no sé por qué.
No sé por qué hay quien cree que la ciencia sólo toma sentido con sus aplicaciones. ¿Son los mismos que sólo ven sentido en la historia «para no repetirla», en la poesía como «ejercicio formal» o en el arte como «mercancía»?
Pues no, señores… Pues no. Los que eligen su vocación ven Belleza en lo que hacen y construirán las mejores sillas, contemplarán complacidos lo bien que han puesto un grifo y lo bonito que les queda, leerán con deleite su poema recién escrito o… sonreirán a las simetrías de los sólidos cristalinos.
No es difícil comprendernos si lo intentamos. Unos ven la belleza en una luna de Júpiter y otros mirando un cuadro, pero el sentimiento y la emoción es de la misma naturaleza.
Todos ellos son personas sensibles en la búsqueda de la expresión y la contemplación de la Belleza. Cada uno en el campo que le resulta más afín.
Así que, como todo el que puede… los científicos trabajan por Amor.

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