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domingo, 4 de noviembre de 2012

Nos quitan la Educación

Gracias a @ProfesEnLucha hemos conocido este artículo publicado en vallesycumbres.wordpress.com:


Ha empezado fuerte el nuevo presidente de la Comunidad de Madrid: Ignacio González recorta en Educación y acaba con la ayuda al desarrollo para 2013. Un mes le ha bastado para olvidarse de su discurso de investidura (“garantizar la igualdad de oportunidades, y mejorar la calidad de la enseñanza“), demostrando que aquí nada ha cambiado excepto el rostro de quien anuncia este tipo de medidas sin sonrojarse lo más mínimo. Confirmamos pues nuestra pérdida de tiempo al escribirle una carta y otorgarle un mínimo de confianza; dicho recorte será argumentado como otra eliminación de gasto superfluo que no afecte a la calidad y, como en las decenas de recortes anteriores, lo toleraremos e incluso asumiremos con el sentimiento de culpabilidad “Made in por encima de nuestras posibilidades”.
El enésimo ataque contra los derechos y políticas sociales deja meridianamente claras varias premisas sobre este periodo de estafa a gran escala que algunos aún se empeñan en llamar crisis. No atravesamos por un mal momento, como el de la “crisis del 93″ del que se salió y todos contentos (mediante privatización de medio Estado y promulgación de la Ley del Suelo, origen de la situación actual), sino que nos están cambiando el modelo social sin posibilidad de vuelta atrás. ¿Sonamos demasiado catastrofistas? Pues bien, juguemos a que nos encontramos en 2015: ¿alguien se imagina al presidente del PP en una reunión con la patronal diciendo “devolveremos a los trabajadores todos los derechos que les quitamos cuando había crisis: indemnizaciones por despido de 45 días, anulaciones de E.R.E. injustificados, y una reforma laboral que beneficie al obrero”? ¿Acaso ven a uno del PSOE nacionalizando empresas y declarando “se acabó el chollo para las multinacionales que se han lucrado: todos los servicios que se externalizaron, ahora serán garantizados y sufragados otra vez por el Estado”? ¿Visualizan a un ministro de Educación de ese mismo bipartito aboliendo los conciertos educativos a las órdenes religiosas, desobedeciendo a la propia iglesia católica? Y la más característica: ¿se creen que los bancos y el resto de los mercados cederán amablemente su grandísimo poder acumulado, reduciendo sus beneficios por pura filantropía, solo para que la gente viva mejor? ¡Despertemos, nunca pasará nada de lo anterior mientras sigamos en este sistema bicefálico!No hay retorno a todo lo que están haciendo: el objetivo es que sea para siempre, aunque muchas personas sigan engañándose a sí mismas.
Madrid lleva varios años siendo la avanzadilla de este cambio social. En nuestro ámbito, a día de hoy ya hay más empresas privadas lucrándose con la Educación que centros públicos luchando por la calidad de la enseñanza. González vuelve a recortar sobre lo recortado, pero obviamente solo a lo público: unos lloriqueos de la escuela concertada (la misma que debería ser gratuita ya que recibe dinero público) podrían valer para -además de la desinteresada cesión de suelo público para su beneficio- ver aumentadas sus subvenciones que salen de los impuestos de todos. Negocio redondo que nunca dará marcha atrás, como tampoco lo harán las medidas recientes en la Escuela Pública: el cierre de los centros de profesores, los recortes y posterior eliminación de las becas de libros y comedor, el despido de miles de docentes y la congelación y bajada de sueldo de los supervivientes, la penalización económica por enfermedad, la desaparición de decenas de Aulas de Enlace, el aumento de ratios, la poda salvaje del programa de Educación Compensatoria, la eliminación del profesorado ordinario y de apoyo (Audición y Lenguaje, Pedagogía Terapéutica…) en las adjudicaciones a los centros, las chapuceras e insuficientes oposiciones para reponer las jubilaciones, la bajada escalofriante del dinero para el mantenimiento de los edificios escolares…
Nos quitan la Educación y, al pensar en los culpables, hacen que olvidemos la que tenemos. La restringen a los ricos y a una parte de la clase media -solo la que se lo pueda permitir económicamente- como ocurre en Estados Unidos o Chile, espejos donde se miran Aguirre, Wert, Figar o González. Recordemos que la Educación gratuita y de calidad era, hasta hace dos días, el pilar maestro de un estado del bienestar que nunca volveremos a tener si no evitamos su demolición. En su lugar, el gobierno ya está fraguando los dos tipos de cimientos necesarios para la liberalización educativa y su privatización total: son los recortes (desprestigio forzado de lo público que hace ver a lo privado como la idílica salvación) y la LOMCE (base legal con la que intentan legitimar el proceso, y de paso confundir al personal para que lo asuma como el natural e incontestable estado de las cosas). ¿De verdad vamos a dejar que nos la quiten para siempre?

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