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martes, 6 de noviembre de 2012

Mantener la Marea Verde (propuestas)


Voy a poner mi granito de arena proponiendo, repitiendo, repitiendo, algunas medidas un poco distintas para continuar las movilizaciones dentro de una estrategia de presión continua. Se trata, como ya he dicho en el post anterior, de salir del sota, caballo y rey tradicional en la lucha sindical: asamblea, encierro, manifestación y huelga. Buscar actos llamativos, al estilo de la entrada en Mercadona de Gordillo que consiguió atraer a los medios de comunicación más de dos semanas.

Algunas acciones ya se han ido haciendo el curso pasado y en este caso lo que propongo es 1) unificarlas en días concretos, 2) no convocar otras cosas el mismo día, 3) difundirlas al máximo y con tiempo y 4) darle un lema, un objetivo concreto

 
Por ejemplo, "las aulas verdes en la calle". Esos sábados que se han ido haciendo en distintos barrios y ciudades en los que se hacían actividades educativas en las calles y plazas. Yo habría convocado uno el sábado 20 octubre (día de reflexión de las elecciones gallegas y vascas) con el tema “la democracia y los compromisos electorales”. Habría sido una clase de "educación para la ciudadanía" abierta al barrio. Pero se pueden buscar otros momentos y otros “leiv motiv” a condición de que se hagan con una cierta periodicidad (mensual o trimestral) y de forma coordinada y centralizada.

En otros casos, se trata de transformar imaginativamente algunas de las medidas clásicas. Por ejemplo, ya señalábamos en el anterior post de esta serie que Rioja ha demostrado que el encierro puede mantener la tensión del colectivo y procurar la atención informativa, si se trabaja con acciones desde fuera, se busca un lugar del que no te van a echar y haces girar alrededor del encierro las ruedas de prensa y las iniciativas que se te ocurran. Las modalidades pueden ser desde el encierro permanente en el que cada día un colegio, padres, profesores y estudiantes, está “de guardia” encerrado o, como se propone ahora Rioja, el encierro itinerante.

Podrían convocarse como “velatorios por la enseñanza pública” (o “amaneceres de la escuela pública”, según el humor) y ocupar el tiempo leyendo de forma continuada algún texto, desde la Constitución o el Quijote hasta obras pedagógicas o literarias o históricas, leyendo una página por profesor y buscando, además, que cada día leyera una personalidad pública, actor, músico, político, etc. En Rioja se ha acompañado el encierro con todo tipo de iniciativas, desde un .concierto hasta pegadas de carteles, vestir con la camiseta verde a las estatuas de la ciudad, cadenas humanas rodeando la consejería, etc.


Incluso las huelgas podrían convocarse de otra manera para evitar el desgaste del profesorado y lesionar lo menos posible la situación económica de los docentes.

Desde los paros de 15 a 30 minutos, a comienzo de las clases de primaria y a las 12 de la mañana en secundaria con concentración a la puerta de los centros educativos de profesores y, a ser posible, padres y madres para leer un manifiesto sobre el tema que se acuerde, hasta huelgas rotatorias. Por ejemplo, se podría convocar un paro parcial el 20 de noviembre, aniversario de las últimas elecciones legislativas, para leer un manifiesto sobre un año de legislatura.

O, por ejemplo, si se convocase, como en mi opinión debería hacerse, una huelga estatal contra la ley wertgüenza, se podría convocar de manera que durase todo un mes convocándola por comunidades autónomas. Cada día una de las 17 comunidades autónomas.

O una huelga de ocho días en las comunidades autónomas que así lo acuerden parando cada día uno de los ciclos educativos. (Esta convocatoria puede ser ilegal por lo que habría que convocar los ocho días a todo el mundo y, posteriormente, las asambleas decidir que cada ciclo hiciese sólo un día de huelga).

El resto de las movilizaciones, conferencias, concentraciones, bailes, conciertos, concursos de chirigotas educativas, día de la camiseta verde, etc. debe estar planificado y centralizado al máximo. En mi cole del curso pasado y en el de este curso el día de la camiseta verde es el viernes. Sin embargo, en el calendario de movilizaciones de la página web de “la marea verde” aparece el miércoles y en algún sitio he oído que se hacía el lunes. La dispersión no me parece buena estrategia, aunque se asemeje a la guerra de guerrillas, porque da imagen de descoordinación.

En cambio, unificar el día y difundirlo y recordarlo semanalmente, daría más visibilidad a la acción y daría imagen de organización y fortaleza.

Un inciso antes de acabar: Al contrario de quienes defienden no realizar actividades extraescolares, me parece interesante estudiar el concentrar y unificar algunos de los días de salida de manera que salgan todos los centros y, si es posible, en torno también a algún eje de referencia. Por ejemplo: "los servicios públicos como instrumentos fundamentales de la democracia", y salir todos el mismo día a visitar unos, los hospitales, ambulatorios y centros de salud; otros, el canal de Isabel II; otros, la Renfe, el metro, los bomberos, la policía local, etc. etc.

Por último, también habría que estudiar, aunque es posible que el debate todavía no esté maduro, la convocatoria de “huelgas simbólicas”. Como tales entiendo aquellas que son huelga porque serían publicitadas como tales; porque habría carteles y pancartas en los centros, se llevarían pegatinas sobre la camiseta verde y se escribirían cartas a los padres y madres anunciando que se estaba en huelga. Simbólica, porque no se realizaría.

Huelga simbólica, principalmente, porque no descontaría un euro la administración pero si habría autodescuentos de una cantidad significativa que sería entregada a las AMPAS o a las FAPAS para crear un fondo con finalidad educativa: dicho fondo serviría, según los casos, para crear becas de comedor, becas para libros de texto o dotar las bibliotecas o cooperativas escolares.
Una iniciativa de este tipo, bien hecha, una especie de huelga a la japonesa, consigue la misma repercusión mediática que una huelga clásica, evita la guerra de cifras, posibilita un nuevo acto publicitario cuando se entreguen las cantidades recolectadas, acerca al profesorado positivamente a padres y madres en lugar de enfrentarles a ellos y plantea ante la sociedad no sólo que no se es insolidario sino que se está en contra de recortes que van a comerse las entidades financieras y los grandes defraudadores.
Frente a la huelga clásica con sus descuentos que nadie controla, y que, incluso, puede llegar a ayudar al gobierno en sus problemas de déficit, esta alternativa consigue alianzas y da un uso productivo a los descuentos.

Si la iniciativa se repitiese (bajo un nombre llamativo y nunca se debería hacer más de una por trimestre para no quemarlas) en esta segunda ocasión los euros autodescontados podrían ir dirigidos a comprar espacios publicitarios durante varios días para informar de nuestras reivindicaciones en los medios de comunicación (prensa y radio). 


Juan Carlos Jiménez Fernández

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