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lunes, 2 de julio de 2012

Balance de un fin de curso cargado de recortes


EL MUNDO.ES: El fin de curso más duro de la Educación

"¿Hasta que punto podemos sacar de nuestras reservas manteniendo el mismo entusiasmo y vinculación? ¿Hasta qué punto estoy quemando los recursos?". Son preguntas que se hace Mario López, con la perspectiva que le dan 35 años como docente en la enseñanza pública. Actualmente dirige el IES Diego Velázquez de Torrelodones (Madrid), que cuenta con 1.200 alumnos y 96 docentes, y que el próximo curso ofrecerá un Bachillerato de Excelencia. Un centro que podría decirse ejemplar.

Aunque comprensivo con la situación que atraviesan las arcas públicas, le preocupan las consecuencias que puedan traer los recortes "si se aplican como una matemática pura". Y es que, explica, institutos grandes como el suyo podrán asimilar, por ejemplo, el incremento de las ratios. "Si en vez de 29 alumnos hay 35, estarán más apretados. Pero podría asumirlo matizando las normas de convivencia", hasta ahora muy flexibles y una de las señas de identidad del centro.


Cosa distinta, cree, sucedería en centros más pequeños, donde los profesores ya están saturados de trabajo, y que podrían dejar de impartir las dos modalidades de Bachillerato, o en institutos que, con una ratio baja, ya tienen dificultades. "La Consejería debe analizar cada caso y dotar de recursos a los centros con mayores dificultades. De lo contrario, se registrará un problema grave de resultados y de convivencia".

Así, afirma, en clases con 35 alumnos, el estudiante 'estándar' podrá seguir consiguiendo "objetivos razonables". No así los alumnos que estén en los extremos campana, por excelentes o porque requieran especial atención. "En esos casos, el profesor no podrá atenderles".

Disminución de docentes y sustituciones

Como en tantos otros, en el Diego Velázquez los profesores han ampliado su jornada para suplir a los nueve docentes que han perdido. "Los chicos no lo han notado. Incluso hemos podido mantener los desdobles, aunque a costa de sacar de nuestras reservas. ¿Hasta que punto podemos sacar de nuestras reservas manteniendo el mismo entusiasmo y vinculación?".

A juicio de López, la Administración ignora "la calidad de las personas que tiene. En su inmensa mayoría es gente muy comprometida". Así, lamenta las críticas que señalan que los docentes trabajan pocas horas o abusan de las bajas médicas, y que han llevado a la Administración a no cubrir las ausencias inferiores a 15 días.


"En un colectivo de 100 personas, pueden existir dos o tres que tengan un comportamiento escasamente ético [...] Lo que pasa es que en 35 años a mí se me escapa que no se haya podido inventar un sistema que verdaderamente persiga y sancione a las personas que están actuando así. Si es un 2%, ¿no será más fácil actuar, incluso con dureza, contra las personas?".

Rechaza también la convención de que los profesores trabajan poco. "Yo invitaría a quienes dicen que vivimos bien a meterse en una clase de 3º cinco horas al día. El docente tiene que conseguir que 30 chavales le hagan caso, estén atentos, aprendan la materia y se tranquilicen cuando ya llevan cuatro horas de clase. La tensión es constante. Al acabar la jornada, está agotado. ¿Podría hacer otro tipo de trabajo, más horas? Sí, pero no dar clase".

Aumento de la ratio y las horas lectivas

Fernando Arribas es profesor de tecnología en el IES María Guerrero de Collado Villalba (Madrid). Este curso, con el mismo número de alumnos (950) cuenta con 63 profesores, 16 menos que el año anterior. Lo que ha significado un incremento del horario lectivo del equipo, en detrimento de las horas complementarias, ésas que emplean para proyectos, reuniones de equipo o para atender las guardias -algunas veces con un solo docente para todo el centro-, las bibliotecas o a las familias.

En concreto, en el caso de Fernando, que es miembro de la junta directiva de Ciudadanos por la Educación Pública, el incremento de las horas le ha obligado a abandonar el Programa Ecoescuela, de sensibilización y respecto al medio ambiente.


"Los nuevos recortes suponen casi un golpe de gracia a la educación pública", asevera. Y basa su afirmación en hechos como que no se sustituyan los 15 primeros días de una baja, de modo que tendrá que ser cubiertas con los compañeros. "Yo soy profesor de Tecnología, no puedo dar Latín o Ciencias. Se cae por su propio peso".

Pero, sin duda, lo que más le preocupa es el incremento de la ratio, que ha acabado con los desdobles de Ciencias, y que considera inviable en materias como la suya. "En clase de tecnología se utilizan soldadores, taladradoras, quirograbadores... Herramientas 'a priori' seguras, pero si cuentas con medios adecuados, entre ellos, grupos de alumnos no numerosos. Tienes que sopesar si asumir ese riesgo de sufrir un accidente con 35 personas en el aula, cuando casi no ven el suelo. Invito a las autoridades educativas a venir y ver la viabilidad de impartir tecnología en estas condiciones".

Arribas advierte de los resultados a largo plazo de estas políticas. "Los recortes suponen hipotecar el futuro de los alumnos. Un pueblo no formado es un pueblo a expensas de un destino que no es el que queremos para él". En su opinión, menos inversión en educación se traduce en más analfabetismo, fracaso escolar y delincuencia. "Lo que dejemos de invertir en educación habrá que invertirlo después en seguridad, en cárceles... Invertir en educación es caro, pero no invertir, es carísimo".

'Economía de guerra'

Emilia alonso, directora del CEIP Antonio Machado de Collado Villalba (Madrid) lidia cada día con los recortes. Lo hace aplicando lo que ella denomina "economía de guerra", basada en la reutilización y el reciclaje. "La economía de un centro de Primaria se parece mucho a una economía doméstica: el hermano pequeño hereda la ropa del mayor. Aquí no se desperdicia nada. Somos los reyes de la reutilización y el reciclado antes de que se inventaran las palabras. Y ahora mucho más".


En lo que va de 2012, no han recibido "ni un solo euro de este ejercicio", y da gracias por que el mantenimiento básico, como la luz o el gas, corra por cuenta del ayuntamiento. En el caso de su centro, con un importante número de alumnos de familias con pocos recursos, uno de los recortes que más le afecta es el descenso en las partidas destinadas a ayudas y becas. A lo que se suma el problema de los retrasos a la hora de percibir el dinero.

Y es que aún no han recibido los 10.000 euros de becas de comedor del curso anterior, ni las ayudas de este año. "Eso quiere decir que de aquí a junio habremos adelantado más de 23.000 euros. Si nuestros recursos son de por sí escasos, además estamos adelantando a la empresa de comedor esa cantidad. Lo hacemos, en primer lugar, porque los niños becados tienen que comer, y porque, si dejamos de pagar, la empresa de comedor, una empresa pequeña y familiar, se vendría abajo".

'Fuga' a los concertados

Pero el recorte que más preocupa a Emilia no es económico, sino humano: el recorte de alumnado. "Sin necesidad de ampliar el número de plazas, se han concertado colegios de nuestro entorno. Además, a estos centros se les da mayor apoyo, por ejemplo, con el tema de las evaluaciones externas. Sólo sirven para elaborar un 'ranking' que se usa de forma interesada. No se hace un análisis que tenga en cuenta las circunstancias más difíciles de nuestro centro, ni se aumentan los recursos en vista de esto". "Es un ataque directo: cada vez más dificultades y menos recursos para afrontarlas".


A. M. E., director de un colegio del oeste de Madrid, que prefiere que no aparezca su nombre, ha perdido este curso a la profesora de compensatoria y a la de apoyo infantil, a pesar de que por número de alumnos con necesidades especiales le corresponde. "Extraoficialmente, nos han recortado un tercio a la profesora de audición y lenguaje, porque ahora tenemos que compartirla con otro centro. Eso no figura como recorte. Yo he accedido porque conozco el otro colegio y las necesidades que tiene, pero estamos dejando de atender a niños de nuestro centro". Además, la reducción de la atención a alumnos con problemas de aprendizaje no sólo les afecta a ellos, sino que se convierte en un lastre para el resto de la clase.
Interinos, un 'secuestro laboral'

El colectivo de interinos ha sufrido 3.000 despidos este curso por el incremento de las horas lectivas de los docentes titulares. Mónica es una de ellos. Ha aprobado tres veces las oposiciones, sin obtener plaza. Cada año su destino depende de una lista, que hasta ahora se movía relativamente rápido. "Desde 2006 he ido enlazando un contrato con otro, hasta este año. Hay personas que llevan 10 años trabajando para la administración, y ahora se han quedado fuera. No es un despido, es que no te vuelven a contratar. Pero no puedes aceptar otro trabajo. Porque si le dices 'no' a la lista de interinos, decaes y tienes que esperar a la proxima oposición. Es un secuestro laboral".

"¿Por qué un interino se queda sin plaza aprobando oposición? Porque las políticas de recorte se aplican hace tiempo: no amortizando jubilaciones y priorizando la apertura de colegios concertados, muchos en terreno público". "La lista de espera de los públicos implica a veces que te concedan uno más lejano. En lugar de asumir esa demanda ampliando las plazas, se conciertan centros, por lo que termino llevando a mis hijos al concertado. Es una trampa".

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