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jueves, 7 de junio de 2012

Los rectores plantearon una subida de las tasas del 5%, frente al "subidón" propuesto por Figar

EL MUNDO.ES: Educación niega que se propusiera a los rectores un incremento de las tasas

La consejera de Educación y Empleo, Lucía Figar, no ha hablado con los rectores de las seis universidades de Madrid acerca de una subida de tasas ni ha recibido oferta alguna de ellos en una reunión que mantuvieron el pasado 9 de mayo, ha dicho un portavoz de la Consejería.

El departamento que dirige Figar ha salido así al paso de una información según la cual ese día los rectores madrileños propusieron a la consejera subir las tasas universitarias un 5% más el IPC, frente a una eventual subida de entre 400 y 600 euros.

"Ni la consejera habló de cifras en esa reunión ni recibió una oferta concreta sobre las tasas", ha subrayado un portavoz, quien ha calificado de falso lo apuntado en la información.

La Consejería ha confirmado que el 9 de mayo se produjo esa reunión entre Figar y los rectores y que la misma carecía de orden del día.

Según una fuente de la Conferencia de Rectores de las Universidades de Madrid (Cruma), Figar habría planteado a los rectores madrileños una subida de las tasas universitarias de hasta 600 euros, frente a la propuesta de los rectores de un 5% más el IPC, en esa reunión de trabajo.

Sin embargo, y dadas las necesidades de ingresos que tiene la Comunidad de Madrid, la consejera habría rechazado esta propuesta y cifrado entre 400 y 600 euros la subida que aplicará la Comunidad, dentro de la horquilla del 15% al 25% del coste real de las matrículas que prevé el Real Decreto Ley 14/2012.

A este respecto, desde las universidades han asegurado que no existe ninguna fórmula que permita calcular de forma precisa el coste real de las titulaciones de grado, para aplicar sobre ello el porcentaje de subida.

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EL PAÍS.COM: Subidón de tasas sin las cuentas claras

La que se prevé como una de las más importantes subidas de la historia en el precio de las matrículas en las universidades públicas (hasta un 66% de un año para otro) está levantando una enorme polvareda. Y no solo por el hecho en sí, ciertamente polémico en tiempos de crisis, sino porque su aplicación está causando un enorme desconcierto entre las comunidades, los rectores y unos alumnos que están a punto de terminar el curso (la Selectividad ha empezado en varias autonomías) y aún no saben cuánto les costará la universidad en septiembre.

Según el real decreto de recortes educativos aprobado en abril, el precio de las tasas deberá cubrir, a partir del próximo curso, entre el 15% y el 25% del coste de los estudios y mucho más en el caso de los repetidores (del 30% y el 40% en segunda matrícula y entre el 65% y el 100% en las sucesivas). Con los másteres obligatorios para acceder a una profesión (por ejemplo, profesor), lo mismo. En el resto se pagará a partir del 40% del coste real.

Pero ¿cuál es este coste? No se sabe todavía, admite el Gobierno, por lo que, de momento, lo que existe actualmente son una serie de valoraciones heterogéneas que en la práctica cada comunidad podría concretar como mejor le parezca: desde el anuncio de la Comunidad Valenciana de que fijará el mismo precio para todos los másteres (2.500 euros) hasta Castilla y León, que trabaja para que todas las carreras cuesten lo mismo en todas las universidades de su comunidad, aunque su coste ciertamente varía.

De momento, aparte de esas horquillas fijadas en el decreto, lo que hay son los cálculos que ofreció Educación a las comunidades cuando les presentó hace unas semanas el decreto. Esto es, que un curso universitario cuesta entre 5.000 y 7.000 euros, de los que el estudiante cubre alrededor del 15% (una matrícula media de unos 1.000 euros) y que, con el aumento que proponen, la subida máxima será del 66%, es decir, 660 euros más. En todo caso, la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, admitió el pasado viernes que aún no tenían cerrados los cálculos más finos que le han pedido comunidades y rectores.

El problema de fondo es que esas cuentas están cogidas con pinzas, según distintos especialistas, que consideran que se ha empezado la casa por el tejado. Vera Sacristán, profesora de Matemática Aplicada de la Universidad Politécnica de Cataluña, alerta, por ejemplo, de que el cálculo de costes puede variar incluso de año en año, ya que hay que tener en cuenta el factor número de alumnos matriculados. “Puede resultar que una Filología Francesa con 40 alumnos resulte más cara que Medicina, que requiere de laboratorios, con 200 alumnos”. La variedad de factores a tener en cuenta a la hora de calcular los costes reales de una carrera llevó ayer al rector de la Universidad de Barcelona, Dídac Ramírez, a calificar el decreto estatal de “precipitado y débil técnicamente”.

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