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lunes, 11 de junio de 2012

Análisis sobre la potencia y repercusión de la huelga estudiantil en Québec

REBELIÓN.ORG: Una primavera arce de cuadros rojos
La huelga estudiantil en Quebec

Louis Gill.
Marxismo crítico
08-06-2012

Todo empezó por la decisión del gobierno de Quebec de aumentar un 75%, en un periodo de cinco años a partir de la sesión de otoño de 2012, la matriculación universitaria que actualmente es de 2.168 dólares por un año completo (10 cursos de 3 créditos). La matrícula se indexaría con la inflación en años ulteriores. Esta proposición ha sido posteriormente escalada a siete años en lugar de cinco. En Quebec, la educación es gratuita en las escuelas públicas en todos los niveles de enseñanza excepto a nivel universitario. Fue el resultado de la “Revolución Tranquila” de los años 1960, dentro del marco de una importante reforma del sistema de educación tras el periodo de la “Gran Oscuridad” del régimen autoritario del primer ministro Maurice Duplessis. La gratuidad de la enseñanza universitaria, considerada como muy onerosa entonces, era un objetivo a lograr en el medio plazo. Como miembro de la UNESCO, Canadá también ha suscrito, entre otras cosas, el Pacto internacional relativo a los derechos económicos, sociales y culturales que en el artículo 13 estipula: “la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la capacidad de cada uno, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita”.

Aunque este objetivo nunca se realizó, Quebec sigue siendo la provincia de Canadá donde la matrícula universitaria es menos elevada. En esto se apoya el gobierno para sostener que se impone un ajuste al alza y que los estudiantes deben “pagar su justa parte” en la financiación de la formación de la que se benefician. “Congelado” durante 20 años a su nivel de 1968, 500 dólares por curso, el precio de matriculación universitaria se triplicó al principio de los años 1990, y después de nuevos aumentos de 100 dólares por año durante los cinco últimos años se ha llegado a los 2.168 dólares de la actualidad. El nuevo aumento gradual en siete años que debe entrar en vigor en otoño lo elevará a 3.946 dólares en 2018-2019. El gobierno sostiene que esta cantidad no hará más que poner al día la suma de 1.968 dólares tal y como hubiera aumentado al ritmo de la inflación durante este periodo de 50 años.

En primer lugar este razonamiento rompe con el consenso general que era reducir las tasas hasta la gratuidad, considerando que la educación es un bien común en el que tanto los costos de financiación como sus ventajas deben ser compartidas por el conjunto de la colectividad. Pero también descuida los “gastos conexos ” o “gastos institucionales obligatorios”, que se agregaron a la matrícula en los últimos años hasta llegar hoy a cantidades que se elevan a 650 dólares por año.

Una movilización poderosa

 Activada a principios de febrero, la huelga, que ha entrado en su quincena semana el 21 de mayo, ha movilizado centenares de miles de estudiantes en los campus de los colegios y en las universidades e incluso ha experimentado breves huelgas en solidaridad en algunas escuelas de secundaria. Las protestas estudiantiles se han caracterizado por un sinnúmero de acciones de solidaridad, por la organización de piquetes destinados a bloquear el acceso a las aulas universitarias y de los colegios que fueron decididas por votación democrática en favor de la huelga, por centenares de manifestaciones en varias ciudades, por gigantescas manifestaciones de las cuales las del 22 de marzo, 22 de abril y 22 de mayo, que reunieron más de 200.000 personas en Montreal, y por manifestaciones nocturnas regulares la 29ª de las cuales tuvo lugar el 22 de mayo. Las movilizaciones se han caracterizado también por una violenta represión policial que ha realizado miles de detenciones y provocado graves heridas a los manifestantes atacados con porras, gas pimienta, bombas de sonido y balas de plástico o de caucho de las unidades de choque de las brigadas antidisturbios. Opuestos a la violencia y decididos a excluirla de sus filas, el movimiento estudiantil ha sido, sin embargo, incapaz de erradicar la acción de matones infiltrados en las manifestaciones, lo que ha proporcionado un pretexto a las acciones brutales de la policía y ha servido de argumento al gobierno deseosos de atribuirles la responsabilidad de actos vandálicos cometidos por elementos ajenos a las movilizaciones. Montreal vibra cotidianamente al son de las patrullas que se desplazan en tromba de un lugar al otro al son de los manifestantes, y de los helicópteros que vigilan las operaciones desde el cielo.

El movimiento huelguista ha manifestado una extraordinaria madurez política y una excepcional determinación en la defensa de la voluntad de cambiar las cosas. Ha hecho palpable y de manera contundente la arrogancia y el carácter retrógrado de una camarilla en el poder que está preparada para todo por tal de preservar sus privilegios y sus valores obsoletos. Ha demostrado un inmenso talento y una remarcable creatividad en vincular a la acción militante el arte vivo de la resistencia. Lo hemos visto en las pancartas, carteles, letreros, disfraces, maquillajes, el desnudo parcial de algunas manifestantes con los pechos pintados con un simple recuadro rojo, pero también en el teatro, la parodia y la canción. A modo de ejemplo, remito a los lectores y lectoras de este artículo a los vídeos “Lipdub rouge” y “Tribunal du peuple des condamnés d’avance”, y la canción de Ariane Moffat titulada “Jeudi, 17 mai 2012”2, accesibles en internet.

La resistencia estudiantil se ha ganado el cariño y apoyo de la población. Entre los enseñantes en primer lugar, profesores y asociados de colegios y universidades, y sus sindicatos, federaciones y centrales. La agrupación “Profesores contra el aumento”3 en particular, constituida desde el principio de la huelga, ha multiplicado las iniciativas de apoyo a los estudiantes, en los piquetes y con diversas iniciativas, al igual que los organismos de defensa de los derechos y las libertades y numerosas personalidades. El círculo de artistas les ha ofrecido un sólido apoyo. Cabe mencionar la gala de Jutra, que reconoce todos los años a los participantes del ámbito del cine quebequés, donde una mayoría de artistas exhibieron el cuadro rojo símbolo de las movilizaciones. Las muestras de apoyo a la causa estudiantil están también muy extendida entre la población en general.

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Lee también una carta al Director en El País (12-6-12):

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