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martes, 31 de marzo de 2020

Valoración de las Instrucciones conjuntas sobre la aplicación del RD LEY 10-2020 de establecimiento de jornadas de permiso retribuidas (FE CCOO Madrid. 31-3-2020)


✅ INSTRUCCIONES CONJUNTAS SOBRE APLICACIÓN DEL RD LEY 10-2020 DE ESTABLECIMIENTO DE JORNADAS DE PERMISO RETRIBUIDAS

VALORACIÓN:

👉 Deberían servir para aplicar el RD Ley del Gobierno de España para las actividades y personas que no están teletrabajando. 

👉 Se decide el cierre de los centros educativos, por entender que no es necesaria la presencia de nadie en los mismos dado que el servicio educativo se está prestando por vía telemática y las tareas que se puedan realizar presencialmente desde los centros no se trata de uno de los servicios esenciales a que autoriza el Real Decreto Ley 10/2020.

👉 Según esta resolución, se prohíbe la asistencia presencial a los centros educativos para todo tipo de personal, y se contemplan casos excepcionales para poder ir a los centros, mediante autorización expresa de la DAT territorialmente competente.

❎ Se incluye en esa excepcionalidad las actividades necesarias para dar continuidad al proceso educativo, lo cual entra en flagrante contradicción con lo señalado en la propia resolución anteriormente, dado que el servicio educativo esencial se está prestando vía telemática y, en cualquier caso, la recogida de material (cuadernillos y otro) no figura entre las actividades expresamente autorizadas por el Real Decreto Ley, que son las únicas que se pueden realizar, sin que quepa una interpretación extensiva de las mismas a tenor de lo dispuesto en el artículo 4.2 del Código Civil, a cuyo tenor: “las [leyes] excepcionales y las de ámbito temporal no se aplicarán a supuestos ni en momentos distintos de los comprendidos expresamente en ellas”, como puede entenderse desde, incluso, el sentido común.

✅ Además de la cuestión jurídica señalada, es obvio que probablemente el primer derecho que hay que preservar es el de la integridad física (15 CE) a través de la protección a la salud (43.1 CE), obligación de cuya garantía pesa sobre los poderes públicos (9.1 y 9.2 CE), por lo que estimamos irresponsable establecer, de un lado, el cierre de los centros para, de otro, dejar abierta la posibilidad de que se ordene, sin precisar por parte de quién, la obligación de asistir a los centros que deben estar cerrados en cumplimiento del Real Decreto Ley 10/2020.

✅ Son unas instrucciones ambiguas y contradictorias que se arrogan la competencia de ampliar el RD Ley 10/2020.

✅ Para CCOO NO SE PUEDE MANDAR A NADIE A UN CENTRO EDUCATIVO mientras esté vigente el RD Ley del Gobierno de España.



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Las universidades dan casi por perdidas las clases presenciales y buscan soluciones para cerrar el curso (Daniel Sánchez Caballero para eldiario.es)

Artículo de Daniel Sánchez Caballero para eldiario.es

  • Los rectores acuerdan con el Ministerio explorar vías para resolver cuestiones como la evaluación, las prácticas curriculares externas o el calendario si se confirma que no se retorna este curso a las aulas 

30/03/2020

Las universidades dan prácticamente por perdidas las clases presenciales este curso. Tras una reunión con el Ministerio de Universidades, los campus quieren empezar a plantear escenarios ante "el muy probable desarrollo de la actividad docente en la modalidad NO (sic) presencial hasta final de curso", según se lee en la nota informativa que ha enviado el presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) a los rectores.

"Creo que sí", responde el presidente de la CRUE, José Carlos Gómez Villamandos, cuando se le pregunta si consideran que será imposible retomar las clases presenciales. Ante esta situación, CRUE y Ministerios han pactado líneas de actuación, aunque insiste Gómez Villamandos en que lo de este lunes "no es un acuerdo como tal, ha sido una conversación para empezar a caminar. Esperamos tener cosas concretas después de Semana Santa".

Una portavoz del Ministerio explica que lo de este lunes no pasa de reunión informativa o de intenciones, recuerda que las medidas de las que se habla pueden no ser aprobadas y se remite a las decisiones que se tomen en la Conferencia General de Política Universitaria que tendrá lugar este próximo jueves y en el Consejo de Ministros.

Mientras, las universidades tratan de anticipar escenarios. Gómez Villamandos explica que la intención de los rectores es ofrecer a los estudiantes una solución respecto a cómo se evualarán las asignaturas, uno de los asuntos que más les preocupan, a finales de abril.

Mientras llegan las decisiones definitivas, hay propuestas. Una de las más concretas es que la CRUE quiere considerar superadas las prácticas curriculares externas cuando se hayan realizado al menos en un 50%.

Además, los responsables universitarios se emplazan a establecer "un marco de actuación común para todo el sistema universitario; establecer el nivel mínimo a alcanzar para la verificación de los contenidos adquiridos por el estudiantado; analizar la ampliación del curso académico para la defensa de los trabajos de final de grado o máster; y analizar posibles mecanismos de evaluación online".

"No va a ser de un día para otro"
Certezas en esta situación hay pocas, y quizá en el mundo educativo todavía menos. Pero la CRUE analiza la situación, mira cómo están en países que van por delante de España (en el tiempo) en la expansión y gestión de la pandemia, como China o Italia, que aún no han retomado las clases, y empieza a llegar a la conclusión de que va a ser difícil que los estudiantes vuelvan a las aulas este curso.

"El estado de alarma va a durar hasta después de Semana Santa y quizá se prolongue. Además, una vez que se quite, la vuelta a la normalidad no va a ser de un día para otro. Congregamos a mucha gente en espacios cerrados, habrá un periodo de transición", explica Gómez Villamandos, rector de la Universidad de Córdoba además de presidente de la CRUE. "Las clases acaban a finales de mayo... 
Trabajamos con ese escenario" de dar por perdido el curso académico presencial.

Y empiezan a buscar soluciones. La primera de las medidas que se quiere implementar es buscar un "marco de actuación común" para que todas las universidades puedan tomar las "medidas adecuadas para el objetivo marcado". Este "objetivo marcado" es que "ningún estudiante vea interrumpido su desarrollo académico por el COVID-19", según se lee en la misma nota y según repiten todos los responsables educativos cada vez que tienen la oportunidad. Quizá se retrase, quizá se pierda algún mes, quizá uno se gradúe en septiembre. Pero será en el curso 2019-20, según los rectores.

La segunda línea pasa por establecer "el nivel mínimo a alcanzar en los diversos cursos y asignaturas para la verificación de los conocimientos adquiridos por el estudiantado". En este punto, la CRUE especifica que tendrá en cuenta que "las competencias generales y específicas no alcanzadas puedan obtenerse, de ser preciso, en cursos posteriores".
Se superarán las prácticas que estén por encima del 50%
Las universidades quieren dar por superadas las prácticas curriculares externas cuando estas se hayan realizado, al menos, en un 50%. Las prácticas curriculares externas son aquellas que tienen que realizar algunos estudiantes, según el grado en el que estén, en empresas o instituciones fuera de la universidad y superarlas es imprescindible para avanzar en el grado, sea pasar de curso o sea obtener el título.

El problema principal aquí está con los estudiantes de Ciencias de la Salud y Ciencias de la Educación, recuerda el presidente de la CRUE. "Los de Salud [futuros médicos, enfermeras, fisioterapeutas, etc.] porque no sabemos cuándo podrán volver [a los hospitales, porque sus prácticas se paralizaron]. Los de Educación [maestros y estudiantes del máster de profesorado para Secundaria] porque cerraron colegios e institutos", explica.

De esta manera, si la propuesta sale adelante, a los que hayan cursado ya el 50% de su práctica ("muchos están ya por el 70%, explica el rector) se les dará por superada la práctica, que podrán completar con cursos o trabajos prácticos online. La CRUE también ha pedido que se permita a los estudiantes en prácticas ayudar a los profesores con la docencia online.

Otro de los asuntos que quedan por resolver son las evaluaciones. CRUE y Ministerio de Universidades se emplazan a "analizar posibles mecanismos de evaluación online", y cita específicamente la evaluación continua.

"Tenemos que estar preparados por si se da el caso de que no podamos hacer exámenes presenciales", explica el rector de la Universidad de Córdoba. "No puede ser que ahora estemos entrando en procesos de evaluación continua, que estemos entrando en esos procesos pidiendo trabajos a los estudiantes, y que después de ese trabajo ingente haya un examen presencial como tal. Tenemos que regular muy bien las cargas de trabajo de profesorado y estudiantes", reflexiona. "Lo importante sobre todo es que el estudiante sepa cómo se va a examinar –y eso dependerá mucho de cada profesor y asignatura– lo antes posible", insiste.

La Plataforma de Vallekas por la Escuela Pública ante la crisis del COVID19 (28-3-2020)

Plataforma de Vallekas por la Escuela Pública nos envía este comunicado:

La Plataforma de Vallekas por la Escuela Pública, preocupada por la forma en que se está gestionando la crisis del COVID19 en la Comunidad de Madrid, y las consecuencias que pueda tener esta gestión, a nivel social y educativo, ha elaborado el siguiente comunicado, para DENUNCIAR y EXIGIR a la administración y APLAUDIR a la comunidad educativa y a la población vallecana y madrileña por su constancia, su lucha y su solidaridad.



 Fuente: escuelapublicavallecas.wordpress.com

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sábado, 28 de marzo de 2020

Y cuando vuelvan a clase ¿qué? (Jaume Carbonell para eldiariodelaeducacion.com)

Artículo de Jaume Carbonell para eldiariodelaeducacion.com
23 marzo, 2020

En este regreso habría que considerar medidas excepcionales, como las promociones automáticas de curso, el aprobado general en la universidad -no sería la primera vez que pasaba- o la supresión de las pruebas de selectividad, dando por buena la nota media del bachillerato.

Escuela en casa


Me acuerdo, de ello hace ya un par de décadas, que tuve ocasión de hacer un par de reportajes a fondo sobre esta modalidad educativa, muy minoritaria en nuestro país, pero bastante extendida en otros lugares como Estados Unidos. La visita suscitó enormes debates sobre la legalidad de esta iniciativa: sobre si se garantiza el derecho no a la escolarización, por supuesto, pero si a la educación. Otro interrogante que se planteaba en el reportaje era el de hasta qué punto estos niños y niñas compensaban este encierro solitario con otras formas de socialización en el tiempo extraescolar y de ocio.

Pero no es esto lo que hoy me viene a la memoria sino quiénes eran estos educadores y cómo organizaban el proceso de enseñanza. La tipología de estas y otras familias respondía a un perfil muy definido: personas de clase media, con estudios y un apreciable nivel cultural, que ya entonces ejercían el teletrabajo o se dedicaban a tareas relacionadas con el ámbito artístico y artesanal. Vaya, que la pareja podía combinar perfectamente su trabajo con el acompañamiento educativo intensivo. Además, disponían de amplios y amables espacios tanto interiores como exteriores. Me sorprendió el ambiente relajado, cómo estos niños podían trabajar con autonomía, la cantidad de recursos de que disponían y cómo se movían por distintos espacios: ahora tomaban un libro de la biblioteca y se ponían a leer, en otro momento comentaban un documental sobre la naturaleza, hacían ciencia en la cocina u observaban las temperaturas y los cambios del tiempo e, incluso, colaboraban en algún trabajo artesanal del padre o de la madre.

¿Sería posible esta educación en hogares de cuarenta o cincuenta metros cuadrados, donde apenas penetran los rayos de luz y sin ningún espacio exterior, y donde a veces conviven tres generaciones o donde niños o adolescentes están a cargo de un solo miembro familiar? En viviendas sin conectividad ni con un solo libro. Y con madres y padres sin apenas estudios, que durante el curso las pasan canutas para ayudar a sus hijos en los deberes y tareas escolares, sin capacidad ni recursos, con dificultades insalvables para ejercer el teletrabajo, cuando disponen de esta posibilidad, o que son despedidos temporalmente con la ansiedad e incerteza que los vuelvan a contratar cuando termine esta pandemia.

Pienso estos días en esta amplia diversidad de familias: en cómo las pertenecientes a las clases medias -donde pesa tanto o más el nivel cultural que la posición económica- se reinventan creativamente con esta extraordinaria lluvia de ofertas culturales y escolares tecnológicas virtuales -muchas de gran calidad- a las que ya están acostumbrados, aunque ahora se disparen exponencialmente y con carácter gratuito. Y pienso en las familias trabajadoras, sobre todo en las que padecen la pobreza y la exclusión social o la bordean, para quienes el coronavirus no hace sino visibilizar e intensificar aún más sus habituales situaciones de sufrimiento, vulnerabilidad y desigualdad: esta depende con frecuencia del código postal. Si, la desigualdad va por barrios y se acrecienta en épocas de crisis, epidemias y otras desgracias colectivas. Llueve sobre mojado.

Un retorno a las aulas lento y distinto
Algunos estudios muestran que la brecha en el rendimiento educativo crece durante las vacaciones de verano, debido a que las niñas y niños de clase media y alta participan en actividades culturales y lúdicas más estimulantes que la infancia de la pobreza, con la pertinente intervención, acompañamiento y ayuda familiar. Muy probablemente también esto sucederá cuando el alumnado vuelva a sus centros.

¿Cuándo y cómo será este regreso? Mi ignorancia y la imprevisibilidad no me autoriza a decir nada al respecto. Pero sí pienso que es recomendable rebajar la presión sobre lo que conviene recuperar para compensar el tiempo perdido y sobre las evaluaciones. A las criaturas y jóvenes, y a sus madres y padres, se les han pedido muchos sacrificios, con bastante sufrimiento y con medidas excepcionales. También en este retorno cabría considerar medidas excepcionales, tales como las promociones automáticas de curso, el aprobado general en la universidad -no sería la primera vez que ocurre- o la supresión de las pruebas de selectividad, dando por buena la nota media del bachillerato. La lista de propuestas es larga y se presta a todo tipo de adaptaciones e interpretaciones. En cualquier caso, no es el momento de volver a las rutinas convencionales en situaciones normales, porque la normalidad se ha roto por los cuatro costados.

¿Qué se me antoja como prioritario? Atender con la máxima ternura y eficiencia tres de las funciones que, históricamente y en la actualidad, cumplen las mejores escuelas renovadoras para atender al alumnado tras acontecimientos especialmente dolorosos: el cuidado, la conversación y la solidaridad. Lo primero es la acogida del alumnado, un acto de celebración acompañada de abrazos y de aproximaciones demasiado tiempo reprimidas, mediante un: ¿Cómo os encontráis? colectivo, y un “¿Cómo estás”, individual, porque las vivencias han sido distintas. Y, tras la acogida, la conversación, en círculo, abierta, libre y espontánea, con mucha escucha, respetando los silencios. Dentro del aula, y si puede ser en el patio o dando un paseo o en pleno bosque, tanto mejor. Es el momento de expresar y compartir miedos, angustias, estados de ánimo, tensiones, incertidumbres, sus momentos felices y los más duros. Y un montón de experiencias vividas. De que cada persona cuente su tiempo subjetivado. De generar empatía y estrechar vínculos.

Y, claro está, es el momento de las preguntas, de interrogarse, siempre en función de cada tramo educativo, qué ha ocurrido, por qué ha ocurrido, si las medidas que se han tomado eran las más adecuadas, qué consecuencias ha tenido, cómo han actuado tanto las administraciones como la ciudadanía, cuáles son las necesidades básicas y cuáles las prescindibles respecto al consumo, cómo se han gestionado los conflictos, qué hemos aprendido en todos los sentidos, y qué horizontes de futuro se abren. Especialmente interesante, más allá de las estadísticas del dolor, es visualizar las iniciativas solidarias y de ayuda mutua que han surgido durante estos días, poniendo el foco en aquellas nuevas que puedan promoverse como colectividad, en las que el alumnado puede participar, activando la colaboración y ayuda mutua.

Los nuevos hábitos obligados del confinamiento han creado nuevas formas de vida, con cotidianidades familiares más próximas, saludables, ralentizadas y humanizadas -no siempre, porque ya he dicho que las situaciones son variopintas y algunas quizá se han convertido en un infierno-, con una disminución extrema de la contaminación.

Hay dos libros que, a tenor del confinamiento, he releído parcialmente, porque me parecen extraordinariamente oportunos, ahora más que nunca: Elogio de la lentitud de Carl Honoré, y Elogio de la educación lenta de Joan Domènech. Dos obras hermosas y complementarias que ponen el foco en la tensión entre el cronos -la obsesión por la celeridad, la medición y la urgencia- y el kairós, otro modelo de vida que apuesta por la pausa, la reflexión y la vivencia intensa del presente, que trata de resistir a la presión que ejerce ya desde la primera infancia el consumo veloz y precoz de una oferta sobrecargada de estímulos, contenidos, oportunidades y bienes de todo tipo. Es el movimiento slow que logra liberar el tiempo secuestrado y que nos recuerda, por ejemplo, que en educación, menos es más, que hay que devolver tiempo a la infancia o que tenemos que repensar el tiempo de las relaciones entre las personas adultas y la infancia y adolescencia.

Reforzar el Estado del Bienestar, las redes de solidaridad y la cohesión del profesorado
Me viene también a la memoria el espléndido documental de Ken Loach El espíritu del 45, que cuenta cómo en Gran Bretaña, tras la emergencia generada al término de la II Guerra Mundial, el Partido Laborista puso todo su empeño para salir de la pobreza y alumbrar una sociedad más justa y fraternal. Fue el nacimiento del Estado del Bienestar, con la nacionalización de algunos servicios públicos básicos. Otros países europeos, sobre todo los nórdicos, bajo la estela de la socialdemocracia, siguieron por esta senda. Eran años en que el capitalismo keynesiano de rostro humano priorizaba la acción del Estado y amortiguaba las embestidas del mercado. En la década de los 80 este sistema empieza a agrietarse, de modo más brusco o ralentizado, con la irrupción del neoliberalismo que campa a sus anchas con una consigna inequívoca: más mercado y menos Estado.

En España, donde todo llega tarde y con menos energía, también disfrutamos de las mieles del Estado del Bienestar con una sanidad pública más que digna, pero todo se vino abajo con la cadena de privatizaciones que empezaron a imponerse en algunas comunidades autónomas a modo experimental y que fueron permeando el conjunto del Estado, con procesos de privatización incontrolados y vergonzantes en sanidad, educación y servicios sociales. La estocada final la dieron los recortes en estos ámbitos, que aún no se han revertido. Por eso, la sanidad no puede atender a tantos enfermos y, ya antes del coronavirus, las listas de espera se eternizaban, por no hablar de una salud mental colapsada: lo estuvo tras la crisis y a buen seguro que volverá a estarlo tras la pandemia. Por eso muchos servicios sociales autonómicos y municipales, carentes de personal, están saturados. Y por eso se acrecientan en la educación los procesos de segregación y exclusión social, sin recursos para atender la tan cacareada atención a la diversidad y la educación inclusiva, y con una enseñanza universitaria encarecida que pone en serias dificultades a los estudiantes más precarios para proseguir sus estudios. Hace ya tiempo que la movilidad y el ascensor social se han detenido.

No estamos ni salimos de una guerra como en el caso de Gran Bretaña, pero sí de una situación de emergencia en la que esta pandemia nos ha mostrado la fragilidad del actual sistema capitalista. Sí, claro está, se arbitrarán medidas de choque social, más o menos adecuadas y de menor o mayor magnitud, pero puede que estas medidas coyunturales sean, a la larga, del todo insuficientes. Porque son las estructuras del Estado las que hay que cambiar, con un creciente protagonismo y mayor intervención sobre el sector privado -incluidas algunas nacionalizaciones- para que la brecha de la desigualdad no se acreciente, para no consolidar esta nueva clase social del precariado y, en definitiva, para poder atender con recursos y solidez, los derechos sociales de toda la ciudadanía, en tiempos excepcionales o no. Porque el COVID-19 puede ser solo la chispa de una crisis económica estructural largamente anunciada.

Pero a la necesaria soberanía democrática del Estado cabe añadir la no menos imprescindible fortaleza de la sociedad civil y de los movimientos sociales a través de las redes de fraternidad y solidaridad. Ya existen en muchas ciudades, barrios y pueblos. Luchan por la emancipación de la mujer, contra el cambio climático, para enriquecer el capital cultural de toda la población, para atender a los colectivos más vulnerables, para abrir nuevos espacios de participación y empoderamiento social y para mejorar las condiciones de vida de cada persona y de su entorno cotidiano.

Durante estos días se suceden nuevas muestras de solidaridad, homenajeando al personal sanitario desde los balcones, convertidos en el espacio más emblemático de comunicación, fiesta, música y resistencia; creando redes de apoyo para las personas más aisladas y necesitadas; activando la creatividad para confeccionar mascarillas o emprender múltiples iniciativas, con pequeños detalles como el de algunas floristerías que, para evitar que las flores se marchiten hacen ramos de flores y los dejan a la entrada de las casas. Los pequeños detalles también son poderosos. Sería bueno que este poso solidario trascendiera tras la pandemia y generara nuevas redes de solidaridad estables o alimentara a las ya existentes.

¿Y qué decir de la educación? ¿Qué lecciones estamos aprendiendo estos días? ¿Cómo vivirá el profesorado el coronavirus y la pospandemia? Puede que también la situación les ayude a estrechar sus relaciones, a cuidarse y a cohesionarse como colectivo. Una cohesión necesaria para afrontar nuevos y viejos retos, como el de garantizar el derecho a la educación -no el de la mera escolarización- a toda la población, comprometiendo tanto los poderes públicos como a los diversos agentes educativos y sociales para que las actividades extraescolares, el acceso al mundo de la cultura y del ocio más creativo y humanizado estén al alcance de todas las infancias y adolescencias. Para que, en situaciones cotidianas habituales y excepcionales, todos y todas puedan disfrutar de las mismas oportunidades.

Un deseo final: que el árbol del coronavirus, de raíces profundas y ramas que se extienden hasta el infinito, no nos impida ver el bosque donde habitan tantos seres humanos ignorados, discriminados y sometidos a todo tipo de privaciones: Inmigrantes y refugiados, mujeres amenazadas y maltratadas, el creciente precariado, las personas mayores desatendidas en sus hogares, la infancia excluida de la pobreza o la juventud sin futuro.

viernes, 27 de marzo de 2020

CCOO informa: se publican las instrucciones sobre la selectividad adaptada a la crisis del COVID-19 (27-3-2020)

El modelo de prueba no incluirá las materias que no se hayan abordado en el aula.

27/03/2020.

La EBAU se adapta a la situación sanitaria por COVID-19

El Ministerio de Educación y Formación Profesional, el Ministerio de Universidades y las Comunidades Autónomas han convocado la prueba de evaluación de acceso a la universidad (EVAU) y han anunciado su aplazamiento habida cuenta de las especiales circunstancias por causa del covid-19.

La suspensión de las clases ha llevado a la imposibilidad de completar el temario y de que los estudiantes de 2ª de Bachillerato puedan prepararse adecuadamente para la realización del examen de acceso a la universidad. Por ello, las instrucciones para la realización de la EVAU proponen una modificación en el modelo de prueba que no incluya las materias que no se hayan abordado en el aula y que no se aleje de los modelos que las universidades han propuesto para el actual curso escolar 2019-2020.

La propuesta estará formada por dos pruebas: una prueba configurada en una única agrupación de preguntas con un número suficiente para que el alumno seleccione un número de ellas fijado de antemano por el tribunal; y otra prueba configurada en varias agrupaciones de preguntas para que pueda elegirse, dentro de cada una de ellas, un número de ellas fijado de antemano por el tribunal. Las preguntas serán de la misma naturaleza y tipología y tendrán la misma puntuación máxima. Los bloques de preguntas podrán estar constituidos por cuestiones cortas, preguntas de desarrollo largo, definiciones, preguntas de comprensión de un texto, elaboración de un texto escrito o una argumentación, resolución de problemas, etc.

Los modelos de pruebas propuestos por varias universidades de diferentes comunidades autónomas para la mayoría de las materias son fácilmente adaptables a la propuesta de los Ministerios de Educación y Formación Profesional y el Ministerio de Universidades.

Qué se sabe (de momento) sobre el curso educativo: se retrasa la Selectividad y se flexibilizan las prácticas (Daniel Sánchez Caballero para eldiario.es)

Artículo de Daniel Sánchez Caballero para eldiario.es
  • Gobierno y comunidades tratan de reestructurar el calendario académico bajo la premisa de que nadie pierda el curso por el parón causado por la epidemia
25/03/2020

Más de diez millones de estudiantes de todas las etapas educativas, y las familias que se incorporarán al sistema en septiembre, viven estos días con la incertidumbre de qué va a pasar con el curso escolar. La Selectividad, los plazos para las matriculaciones, las evaluaciones, las oposiciones o las prácticas laborales en los estudios medios y superiores están en el aire.

Gobierno y Comunidades Autónomas se están reuniendo estos días –a distancia– para tratar de resolver estas cuestiones. Las autoridades lanzan un mensaje principal para todos los afectados: nadie va a perder el curso escolar. Al menos no por el parón forzoso. La idea es adaptar los calendarios y flexibilizar los requisitos para seguir avanzando por el sistema. Y, con carácter general, recordar que los plazos administrativos están en suspenso mientras dure el estado de alarma. A nadie se le va a pasar el periodo de matriculación porque no pueda hacerlo por internet.

De momento –todo es susceptible de cambiar– esto es lo que se sabe respecto a la cuestión educativa de cara a este final de curso y arranque del siguiente tras las dos reuniones que han tenido lugar entre el martes y este miércoles entre la ministra de Educación, Isabel Celaá, y los consejeros regionales de Educación.

Selectividad
Se retrasas la prueba de acceso a la universidad, conocida como Selectividad o Evau (o Ebau). Siempre pendiente de la evolución de la pandemia, Gobierno y comunidades autónomas han decidido que se realizará entre el 22 de junio y el 10 de julio (cada comunidad fijará sus propias fechas), para que los resultados de esta primera convocatoria estén publicados el día 17 de julio. La convocatoria extraordinaria deberá estar concluida antes del 18 de septiembre, según este mismo calendario esbozado este miércoles.

"Tanto el Ministerio de Educación y FP como el de Universidades y las Comunidades Autónomas son conscientes de la dificultad que está suponiendo para el profesorado que imparte clase en 2º de Bachillerato y, en especial, para los estudiantes de este curso, la suspensión de clases presenciales a causa de la epidemia por infección de coronavirus", explica la nota que ha remitido el Ministerio.

Además, Gobierno y comunidades han acordado que "para asegurar que el acceso a la Universidad se produce en términos de equidad y justicia, se ha acordado además modificar el modelo y el contenido de las pruebas con el objetivo de que el alumnado no se vea perjudicado por no haber trabajando en clase algún bloque de contenido de alguna de las materias". Básicamente, se flexibiliza la prueba para que los estudiantes puedan elegir entre más preguntas y tengan la opción de no responder cuestiones que no ha dado tiempo a tratar de manera presencial. Aquí se detalla más la propuesta de examen del Ministerio.

Vuelta de la actividad presencial
Nadie sabe nada de la vuelta a las clases en los centros educativos. En primer lugar, va a depender de que acabe el estado de alarma, pero ni siquiera eso será definitivo, la previsión en este momento es que el cierre de colegios e institutos se prolongue más allá. La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha informado este jueves en TVE que la intención del Gobierno es que los estudiantes tengan "al menos 15 o 20" días de clase antes de que se cierre el curso escolar. La ministra ha explicado que a partir del día 11 de abril, fecha prevista de finalización del estado de alarma, se reunirá con las comunidades autónomas por videoconferencia para decidir qué hacer, y ha venido a descartar sin decirlo que las clases se retomen antes de mayo.

“Evaluaremos la situación para saber si podemos proporcionar una vuelta al colegio en mayo o si tenemos que articular otros mecanismos que permitan concluir el curso con el fin de que nadie lo pierda por la pandemia”, ha informado. Después ha añadido que sería “mayo o junio”, si fuera el caso. La ministra ha recordado que la Selectividad se ha fijado para entre el 22 de junio y el 10 de julio, por lo que la actividad docente se podrá ajustar a esas fechas.

Visitas a centros y matriculaciones
Para estos días estaban previstas también, con alguna diferencia entre comunidades, las visitas de las familias a los centros educativos previas a la matriculación de los hijos. La inscripción en sí suele ser en abril. En Madrid, por ejemplo, las visitas estaban agendadas entre el 23 de marzo y el 1 de abril.

Estas son importantes para algunos centros pequeños, que puedan tener pocos alumnos y corran el riesgo de perder alguna línea (un centro de "línea 2" quiere decir que tiene dos clases por curso) si no las llenan.

Las visitas están suspendidas, como es obvio, y de momento no se sabe qué va a pasar con ellas. 

Algunos directores de centros especulan con que se puedan hacer durante el propio periodo de matriculación.

La matriculación para las etapas obligatorias de momento se mantiene porque quedan fuera del periodo de alarma. Las fechas bailan según las comunidades autónomas, pero son en general en la segunda mitad de abril (actualmente está previsto que el confinamiento dure hasta el 11 de abril), por lo que se seguirán haciendo con normalidad. En este momento, con los colegios cerrados, la opción de hacerla de manera presencial no existe, por lo que solo queda hacerla por vía telemática en las regiones que ya tengan abierta esa opción o esperar a que reabran.

Si el estado de alarma se alargase y afectase a algún plazo administrativo, por ejemplo este de la matriculación, hay que recordar que todos los plazos quedan en suspenso durante el tiempo que se prorrogue el confinamiento.

Universidad
Incertidumbre. La actividad universitaria presencial está paralizada en todo el país a la espera de la evolución de los acontecimientos, aunque la actividad docente sigue realizándose, como se puede, a distancia. Los centros han realizado sus propuestas de calendario, que incluyen retrasar la actividad docente y exámenes un mes. Ahora tendrán que cuadrar sus propias fechas con las pactadas por Gobierno y Comunidades para la Selectividad, que suele celebrarse en los campus.

También está pendiente de evolución la situación de las prácticas. Como sucede en la FP (ver más abajo) algunas son necesarias para avanzar en el curso y no se sabe qué va a pasar con ellas. De momento, la inmensa mayoría están suspendidas.

Las prácticas de FP
Para aquellas etapas educativas que requieran haber completado antes elementos de la anterior, Gobierno y comunidades han acordado que se flexibilizarán los plazos y se adaptará la oferta de plazas. Esto es: si alguien está cursando una FP Media y quiere pasar a la Superior el próximo curso, debe tener el título de la FP Media, para lo cual necesitará haber terminado las prácticas laborales, que no podrá haber hecho por el aislamiento. Este hipotético estudiante no se quedará atascado por no haber podido hacer las prácticas.

La Comisión de Formación Profesional, también integrada por Gobierno y Comunidades Autónomas, abordó la cuestión de las prácticas en los centros de trabajo (FCT) interrumpidas por la epidemia de coronavirus. Las autoridades, en la línea de que nadie pierda el curso, acordaron "flexibilizar las prácticas para superar el curso, ampliando el periodo establecido en el calendario escolar". También se pactó que la duración de las FCT este curso se limita "de manera excepcional" a las 220 horas que recoge la normativa básica (muchas regiones las aumentan).

La comisión acordó también posponer las pruebas de acceso a la FP de grado medio o superior para quienes no cuenten con los requisitos académicos necesarios. El retraso irá, si fuera necesario, hasta la primera quincena de julio.

Oposiciones
Cientos de miles de aspirantes a docentes de toda España están en vilo. En un principio la convocatoria para profesores (en Educación van alternando en general, un año para Primaria, otro para Secundaria, y este tocan las de la ESO) está prevista para la segunda quincena de junio y está por ver si sufren modificaciones. En total, se calcula que se iban a ofertar unas 27.000 plazas, según datos de CC OO.

El asunto no se ha tratado de manera directa en estas reuniones, según fuentes de Educación. Se ha acordado que la decisión se tomará el próximo martes 31. La ministra Celaá ha dejado en manos de las comunidades, que son las responsables, esta decisión.

Las oposiciones están convocadas o convocándose (la Comunidad de Madrid sacó ayer la orden que las convoca para el 20 de junio en la región) porque hay que cumplir los trámites administrativos. Fuentes sindicales explican que, una vez convocadas, siempre son susceptibles de ser retrasadas, pero lo que no se puede es realizar o retrasar algo que no se ha convocado. Los sindicatos están pendientes del tema y exigen al Gobierno que mantengan las convocatorias, que además son parte del plan para la estabilización del empleo público pactado entre Madrid y Bruselas y destinado a rebajar la interinidad en el sector.

Evaluaciones de Primaria
La ministra y los consejeros han acordado suspender las evaluaciones externas de 3º y 6º previstas en la LOMCE. Tampoco se hará este curso la de 4º de la ESO.

Ni internet ni las clases por TV son suficientes: cómo el cierre de colegios agrava las desigualdades educativas ( Pau Rodríguez / Carlos H. de Frutos para ELDIARIO.ES)

Reproducimos este artículo de la edición de Cataluña de ELDIARIO.ES

Los alumnos del Instituto Escuela Teresa Altet, en Rubí (Barcelona), reciben a diario propuestas didácticas de sus profesores. Lo hacen a través de una ‘app’ en los móviles de sus padres y madres, porque en este centro, de un entorno social desfavorecido, no todos los escolares tienen ordenador en su casa. "Si la actividad tiene vídeo, este debe ser de un minuto como máximo para no consumir datos, y el resto tiene que poder hacerse con papel y lápiz", comenta la directora, Dolors Oliver. "Sabemos que muchos están haciendo los ejercicios, pero es muy difícil obtener feedback de ellos", lamenta. Y advierte que el seguimiento individual, que ahora se ve mermado por la ausencia de clases presenciales, suele ser más valioso para aquellos alumnos que presentan no solo dificultades de aprendizaje, sino también necesidades de carácter emocional. 

Con el cierre de los colegios debido a la epidemia de coronavirus, numerosos claustros de profesores se han volcado para ofrecer a sus alumnos contenidos pedagógicos en formato virtual. También las administraciones educativas han lanzado webs y hasta programaciones televisivas especiales con propuestas de aprendizaje para distintas edades (el caso más ambicioso es Aprendemos en casa, del Ministerio de Educación con RTVE). Sin embargo, y pese a que docentes y académicos valoran estas iniciativas como positivas y necesarias, todos ellos admiten que serán insuficientes para evitar que este aislamiento, que puede durar más de un mes, acabe perjudicando más a los alumnos de entornos más empobrecidos.

La brecha digital (y otras)
Uno de las desigualdades más evidentes entre alumnos estos días, a la hora de poder mantener una comunicación con el colegio, es la conectividad en los hogares. En España el 91% de la población tiene acceso a internet y, si se cuentan las familias con niños, el porcentaje asciende al 97%, según datos del INE de 2019. Esta brecha digital, que afecta al 3% de la población, es ahora una brecha educativa.

Pero luego están las diferencias entre viviendas o del tiempo que pueden dedicar los progenitores a sus hijos, factores ambos pueden favorecer o dificultan el estudio. "¿Con cuánta gente comparten habitación los niños y niñas? ¿Tienen luz? ¿Tienen patio para airearse? ¿Qué acceso tienen a libros? ¿Tienen los padres y madres capacidad de generar actividades artísticas? ¿Pueden gestionar el día a día emocional de sus hijos o están superados? Las respuestas a estas preguntas tienen que ver clarísimamente con la clase social", valora Aina Tarabini, profesora de Sociología de la UAB.

Tener un adulto al lado
En este sentido, la directora del Teresa Altet remarca que los programas de televisión pueden ser útiles para muchos escolares, pero están "a años luz" de serlo para los suyos. Y no por el nivel, sino por la falta de acompañamiento. "Con nuestros alumnos, cualquier propuesta genérica que no parta de su motivación o interés, que no conecte con sus habilidades, va a pasar por delante de ellos como el viento", resume. Este aspecto es también fundamental para las académicos.

No basta con que les llegue, por el canal que sea, la actividad educativa, sino que tiene que haber alguien a su lado que les ayude, y esto no siempre es posible. "Se trata de ideas positivas y encomiables, y seguramente ayuden a que la brecha no sea tan grande, pero los chicos necesitan un adulto a su lado que garantice que el contenido que consumen lo pueden aprovechar, entender, reforzar y recordar", expresa Miquel Ángel Alegre, sociólogo e investigador de la Fundació Jaume Bofill.

Esta dedicación, de nuevo, se ve afectada por la situación de cada familia. "Las monoparentales o monomarentales tendrán muchas más dificultades, o las que tienen alguno de los padres que tiene que seguir yendo a trabajar", pone como ejemplo el economista Lucas Gortázar. Y añade que precisamente los empleos que se mantienen presenciales pese al confinamiento son de baja cualificación, desde el transporte a los teleoperadores o supermercados, mientras que los que pueden teletrabajar –y, por lo tanto, atender algo mejor a los niños– son los de mayor cualificación.

¿Cómo de ancha será la brecha? 
No hay precedentes en España de un cierre de colegios masivo acompañado de medidas de aislamiento, con lo que calibrar el impacto que esto tendrá en los escolares, tanto a nivel académico como social o emocional, se antoja imposible. Lo más parecido a esta ausencia de clases, salvando todas las distancias, son las vacaciones de verano. Más de dos meses sin ir al colegio que, según la evidencia académica, suele pasar mayor factura a los alumnos sin recursos.

De acuerdo con el estudio 'School Calendars and Academic Achievement', elaborado en Estados Unidos, existe un atraso acumulado verano tras verano entre los alumnos de entornos más desfavorecidos que hace que, al final de una etapa como Primaria, hayan podido perder el equivalente a dos cursos y medio respecto a los de entornos más acomodados. "La evidencia es que se pierde nivel en competencias como matemáticas y lengua", sostiene Alegre.

Y esto solo con el cierre de escuelas, porque el confinamiento trae otra consecuencia negativa para los alumnos más pobres: la ausencia de programas que se suelen activar desde los ayuntamientos cuando no hay clases, desde campamentos urbanos a apertura de equipamientos como bibliotecas o centros cívicos. "Las experiencias que conocemos para reducir la grieta durante el verano ni siquiera las tenemos hoy; normalmente las políticas públicas permiten compensar la ausencia de actividad lectiva, pero ahora mucho menos", resume este sociólogo.

La opción del verano
Con toda la incertidumbre que rodea una pandemia cuyo final nadie puede atisbar todavía, Algre plantea que una opción para compensar a estos alumnos sería alargar el curso en verano, pero con matices. Una opción, apunta, consistiría en prolongar el calendario escolar hasta julio con incentivos para los equipos docentes. Pero entiende que es prácticamente inasumible, por lo que se declina por un programa que esté abierto a todos los menores y que consista en abrir los colegios –quizás con parte del personal voluntario– para ofrecer una mezcla de actividades vinculadas con el currículum y otras de carácter más lúdico y cultural.

Con todo, Tarabini advierte que ante una situación tan excepcional la principal obsesión de la Administración no debería ser garantizar los aprendizajes de los escolares, sino su bienestar emocional. Lo resume así: "Está bien darles recursos educativos, tanto en la tele como desde la escuela, pero es mucho más determinante que los maestros y maestras puedan mandar un mail o un WhatsApp a las familias para saber cómo están y qué necesitan".

Paréntesis lingüístico para los inmigrantes
El parón en la educación también puede repercutir sobre la adquisición de las competencias en lengua española por parte de los inmigrantes recién llegados. Para estos alumnos, los colegios suelen contar con las llamadas aulas 'enlace' o de acogida, espacios donde pueden permanecer hasta 9 meses en un período de toma de contacto con el idioma y con los compañeros, y tras el cual son reubicados en otros grupos o centros. "En estas aulas hay un componente oral y presencial muy fuerte: son las únicas donde no se trabaja con ordenadores", afirma Mar Romero, profesora del centro de secundaria Vedruna Carabanchel, uno de los que cuenta con este programa. "La evolución de estos alumnos va a quedar totalmente frenada. Es un retroceso en su integración social, y eso tendrá su repercusión", concluye.

En este aspecto, el principal problema que apuntan los docentes tiene que ver con la comunicación con las familias y su papel de intermediarios entre maestros y alumnos durante estas semanas.

"Muchos de los padres y madres de estos niños no saben leer y escribir castellano, y otros ni siquiera lo entienden", reconoce Julia, maestra de un centro de primaria de la Comunidad de Madrid.

"Nosotros mandamos la tarea a su email y ellos son los que la transmiten a los niños y hacen un poco de 'representantes' de los profes. En estos casos, muchos no la reciben, no entienden lo que mandamos o no tienen capacidad para ayudar a los niños. Todo esto no hace más que abrir más la brecha que ya existía".

La Selectividad será, en principio, entre el 22 de junio y el 10 de julio (Daniel Sánchez Caballero para ELDIARIO.ES 25-3-2020)

Reproducimos esta información de ELDIARIO.ES

La Selectividad se aplaza. Gobierno y Comunidades Autónomas han acordado que la prueba de acceso a la Universidad se celebrará entre el 22 de junio y el 10 de julio (cada comunidad podrá elegir dentro de ese rango), siempre según la evolución de la pandemia de coronavirus. Además, el examen se adaptará a la realidad del curso académico y será flexible para los estudiantes.

"Tanto el Ministerio de Educación y FP como el de Universidades y las Comunidades Autónomas son conscientes de la dificultad que está suponiendo para el profesorado que imparte clase en 2º de Bachillerato y, en especial, para los estudiantes de este curso, la suspensión de clases presenciales a causa de la epidemia por infección de coronavirus", explica la nota que ha remitido el Ministerio.

Además, Gobierno y comunidades han acordado que "para asegurar que el acceso a la Universidad se produce en términos de equidad y justicia, se ha acordado además modificar el modelo y el contenido de las pruebas con el objetivo de que el alumnado no se vea perjudicado por no haber trabajando en clase algún bloque de contenido de alguna de las materias".

El Ministerio de Universidades ha enviado una completa nota en la que explica cómo será el examen. Con carácter general, las autoridades educativas explican que el objetivo principal es que "ningún alumno pierda el curso" y que no se vean perjudicados con el cierre. La idea respecto al nuevo examen es que no se aleje de los modelos que las universidades han puesto a disposición de alumnado y profesorado para el actual curso.

¿Cómo va a ser el examen?
El examen va a durar lo mismo que estaba previsto. En general, se hará al alumnado "una propuesta de examen con varios enunciados (preguntas, cuestiones, problemas, etc.)", explica el Ministerio de Universidades, en los que "se procurará utilizar al menos un elemento curricular de cada uno de los bloques de contenido".

La idea es dar varias opciones a los estudiantes para que sean estos quienes elijan cuáles responden hasta aspirar a una nota máxima de 10, "aunque en las clases presenciales no se haya desarrollado una parte del currículo de la materia. Ninguna pregunta o cuestión puede ser obligatoria". O sea, se podrá preguntar sobre todo el curso, pero el alumno podrá elegir no responder cuestiones de contenidos que no se hayan dado en clase.

El Ministerio da libertad para que el examen contenga una única "agrupación de preguntas" sobre las que el alumno pueda elegir cuáles responde (el número de preguntas que se planteen y el número a responder serán establecidos por los tribunales correspondientes) o haya varios bloques.

En este segundo caso, el funcionamiento es el mismo: el alumno podrá elegir qué preguntas responde entre las ofertadas (siempre cumpliendo los criterios de los tribunales en cuanto los números de respuestas). Universidades aclara: se ofrecerán suficientes preguntas para garantizar que se pueda obtener la máxima puntuación en cada bloque a pesar de que cualquier bloque de la materia no se haya desarrollado en clase de manera presencial.

Ejemplos prácticos
El Ministerio adjunta algunos ejemplos de cómo eran los modelos de pruebas que habían propuesto algunas universidades y cómo quedarían adaptados al nuevo examen acordado por Gobierno y comunidades autónomas. "En general, se le plantearía al alumnado una fusión de las propuestas de las dos opciones que en general se ofrecen favoreciendo la optatividad", explica Universidades.

Estos son, a título orientativo, los diferentes ejemplos de examen que traslada el Gobierno y su adaptación a la nueva prueba.

Preguntas con la misma puntuación.

Selectividad.

Preguntas con diferente puntuación (de la misma tipología) o bien preguntas cortas o cuestiones y temas a desarrollar.

Selectividad.

Cuestiones y temas a desarrollar.

Selectividad.

Modelo de examen con cuestiones cortas, desarrollo de pregunta larga y desarrollo de un tema.

Selectividad.

Lenguas extranjeras y otras materias.



Selectividad.

Examen de tres partes.

Comunicado de la Plataforma RMI Tu Derecho: No todo vale en tiempos de coronavirus.

Publicamos este comunicado 

El pasado lunes, 16 de marzo, a través de un tuit de la presidenta de la Comunidad de Madrid se hizo público el acuerdo con Telepizza y Rodilla, para proporcionar un menú diario a las niñas y niños de familias perceptoras de RMI con beca de comedor mientras los coles estén cerrados. Tras una primera información que aseguraba que el ministerio de Sanidad había rechazado la propuesta, finalmente, el martes 17 fue aprobada. A partir de la información publicada por la propia comunidad en la web educaMadrid y a través de la nota de prensa queremos expresar nuestra preocupación respecto los siguientes temas: El Estado de alarma no suspende los derechos de las niñas y de los niños. Su derecho a la salud es inalienable y necesitado de especial protección al provenir de familias vulnerables. Si comparamos los menús ofrecidos por ambas empresasi con las recomendaciones básicas que la propia Comunidad de Madridii ofrece en su web, observamos que no hay ninguna relación entre el menú ofrecido por la Comunidad de Madrid a los niños y niñas de familias perceptaras de RMI y el menú recomendado por la misma administración en su web para todas las familias. Nos preocupa la capacidad de la red de distribución, 118 puntos de reparto para más de 11.5000 menus; con casos extremos como el distrito de Puente de Vallecas que con 1.905iii familias con niñas y niños perceptoras de RMI tiene 3 puntos de reparto. ¿Cómo está previsto que se cumplan las recomendaciones de Sanidad en estos puntos? De los 179 municipios que tiene la Comunidad de Madrid solo 43 tienen punto de distribución. Nos preocupa la estigmatización de las familias vulnerables, sobre todo de las niñas y los niños, nos parece gravemente irresponsable que la nota de prensa de la Comunidad de Madrid diga “podrán ir a recogerlos los propios niños”.

No estamos ante una falsa dicotomía entre no comer y comer insano, sino ante la obligación de la Administración de garantizar el derecho de niños y niñas a una alimentación saludable y equilibrada, por eso exigimos a la Administración pública una solución que garantice este derecho.

De la administración pública sólo cabe esperar que cumpla la Declaración de derechos del niño que en su artículo 24 establece “que los niños tienen derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud”, artículo no suspendido por la declaración del estado de alarma.
La solución que ha ofrecido la CAM, está muy lejos del cumplimiento de esta obligación.Es por ello que exigimos al equipo de la Consejería de Educación a buscar una solución acorde con la misma.

Existen otros caminos para asegurar la alimentación básica de estas niñas y niños, el Ayuntamiento de Getafe ha habilitado cuatro colegios para entregar la comida diaria a las familias que cuentan con becas de comedoriv o un simple aumento de la cuantía de la RMI en función de la composición de la familia durante el tiempo de confinamiento sanitario.

Exigimos a la Comunidad de Madrid a replantear esta medida, implementando uno que garantice una alimentación saludable, garantice el respeto a las indicaciones del Ministerio de Sanidad para la no propagación del COVIT 19 y garantice la no estigmatización de las familias vulnerables.


No podemos dejar de apuntar otras medidas que, sin duda, harán más llevadero este tiempo de crisis sanitaria a las familias empobrecidas como son:
• Revocar de las suspensiones cautelares de RMI mientras dura el estado de alarma, ya que es imposible para las familias atender a los requerimientos derivados de la suspensión.
• Anular, durante el estado de alarma, las extinciones de RMI producidos en febrero y marzo, al ser imposible para las familias acceder a ninguna fuente de ingresos al estar cerrada la actividad económica de nuestra Comunidad.
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i Los menús semanales se han publicada en educamadrid  https://www.educa2.madrid.org/educamadrid/files/covid-19/M_Telepizza.pdf  y https://www.educa2.madrid.org/educamadrid/files/covid-19/M_Rodilla.pdf

ii En la web https://www.comunidad.madrid/servicios/salud/asesoramiento-nutricional-menu-escolar encontramos las siguientes recomendaciones: “Según las distintas sociedades científicas, una dieta saludable es una dieta variada, que contiene alimentos de los distintos grupos; equilibrada, incluyéndolos con una frecuencia adecuada y suficiente, donde se contempla el tamaño de ración necesario para cubrir las recomendaciones según población y/o individuo. Así pues, para planificar un menú completo saludable deberemos estructurarlo de la siguiente forma: primer plato, segundo plato con guarnición, postre, pan y agua. De esta manera ofreceremos la posibilidad de una ingesta variada y equilibrada, con la inclusión de alimentos representativos de los grupos básicos de la alimentación.”

iii Este dato lo hemos calculado a partir del INFORME RMI 2018. En el distrito Puente de Vallecas hay 3.412 familias perceptoras de RMI, estadistacamente el 55,84% de las familias perceptoras de RMI tienen niñas y niños a su cargo. De lo que se deduca el dato de 1.905 familias con menores en Puente de Vallecas. iv https://www.getafe.es/ayuntamiento-getafe-cubrira-la-alimentacion-basica-mayores-ninos-vulnerables/ v Estas dos últimas medidas fueron remitidas al Consejero de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad el pasado domingo 15 de marzo de 2020.
 

Comunicación a las AMPAS de Vallecas sobre la atención de la alimentación del alumnado tras la suspensión temporal de la actividad educativa

Desde Vallecas nos envía información.

Comunicación a las AMPAS de Vallecas:

Ante las medidas de atención implementadas por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid de cara a la atención de la alimentación del alumnado tras la suspensión temporal de la actividad educativa (se adjuntan enlaces a las dos comunicaciones publicadas), han sido múltiples las reacciones y posturas manifestadas.

Desde la Delegación de Vallecas de la Fapa Giner de los Ríos nos sumamos a dos documentos que consideramos esclarecedores y relevantes (se adjuntan enlaces a ambos):

  • El comunicado de la Fapa Francisco Giner de los Ríos, del que señalamos la importancia de atención a las necesidades de alimentación de la totalidad del alumnado cuyas familias tenían concedida la beca o la reducción de precio en el servicio de comedor escolar, independientemente de la modalidad de concesión (actualmente la medida beneficia sólo a alumnado perteneciente a unidades de convivencia perceptoras de Renta Mínima de Inserción -RMI-).  https://twitter.com/FAPA_Giner_Rios/status/1240185101826260992/photo/2

Enlaces a los comunicados sobre las medidas implantadas:
> Nota de prensa de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid de fecha 17/03/2020:
> Nota de prensa de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid de fecha 19/03/2020:

A los profesores improvisar constantemente no nos pilla de nuevas (Miriam Maeso en ELDIARIO.ES)

Reproducimos esta información publicada en ELDIARIO.ES
  • "Una de mis alumnas no dispone de ordenador ni conexión a Internet. ¿Cómo decirle que el sistema le asegura una igualdad de oportunidades, si no es cierto, si ha sido su economía la que ha decidido que en esta cuarentena no va a poder seguir las clases?"
  • Envía tus experiencias, denuncias o reivindicaciones a esta dirección de correo: historiasdelcoronavirus@eldiario.es
Vivimos tiempos inciertos, qué les voy a contar. Me llamo Miriam, soy profesora de Secundaria en la Comunidad de Madrid y yo, como muchos otros, también estoy improvisando. De repente, nos hemos visto obligados a cambiar nuestra metodología, adaptar nuestro material, aprender el funcionamiento de plataformas digitales que desconocíamos, recolectar correos electrónicos de alumnos y familias y, todo ello, en medio de una situación que no paraba de recordarnos que no había tiempo que perder.

La primera vez que me puse en contacto con mis alumnos a través del correo electrónico de EducaMadrid no intuía los problemas que podía conllevar trabajar así. La plataforma se colapsaba enseguida, como consecuencia de la gran afluencia de profesores conectados al mismo tiempo, por lo que decidí crear un correo alternativo para poder comunicarme con ellos. Sin embargo, este no fue el verdadero problema al que me enfrenté: los inconvenientes tecnológicos pueden resolverse por otros cauces; la falta de recursos y la brecha digital resultan, lamentablemente, más complejos.

Una de mis alumnas no dispone de ordenador, conexión a Internet ni datos en el móvil porque su situación económica es difícil y dolorosa. ¿Qué hacer? ¿Cómo decirle que el sistema le asegura una igualdad de oportunidades, que el esfuerzo personal la conducirá a un futuro mejor, si no es cierto, si la clase social ya la ha condicionado, si ha sido su economía la que ha decidido que en esta cuarentena no va a poder seguir ningún tipo de clases? Pienso que, como mi alumna, miles de familias se ven inmersas en este estado de vulnerabilidad y, como docente, me siento alienada, superada, inservible.

De momento, mi alumna seguirá mis clases a través del libro, sin posibilidad de comunicarme con ella, sin poder hacer un seguimiento diario, sin explicación alguna. Estamos tratando de buscar alguna solución todavía. Quédense con la idea de que el virus no solo ataca a la salud.

Además, debo señalar que imparto Lengua castellana en una FP básica. Para quien desconozca este tipo de enseñanza, se trata de ofrecer a los alumnos una alternativa para obtener el título de ESO junto al aprendizaje de un oficio. Como comprenderán, el perfil del alumnado es bastante concreto: familias desestructuradas, problemas de atención, absentismo… Aquí, por tanto, el componente gregario es fundamental, porque pretendemos trabajar desde todos los departamentos de una forma holística, intentando consolidar los grupos para que ellos mismos se animen en eso tan impopular como es entregar trabajos o aprobar y, en definitiva, hacer que crean en ellos mismos.

Las clases online ralentizan u obstaculizan este proceso. Es muy difícil fortalecer esta autoestima colectiva desde la frialdad de un ordenador, sin el contacto directo con tu alumnado y sin el contacto entre ellos mismos. En 55 minutos de clase no solo impartimos teoría, tratamos de enseñar pautas de comportamiento y valores transversales, compartimos nuestros problemas, perdemos esa vergüenza por abrirnos al mundo, dialogamos. Ahora, ¿de qué manera vamos a incentivar este ambiente? Un correo electrónico no alberga esta posibilidad.

Son tiempos difíciles para la educación pública. Con ratios desbordadas, con la imposibilidad de atender individualmente como nos gustaría a cada alumno, con el cuestionamiento constante por ciertos sectores de la sociedad, con el desconocimiento de si, finalmente, se celebrarán oposiciones en junio; en medio de una suerte de caos, así vivimos los profesores este estado de alarma.

No se preocupen, estamos acostumbrados a reinventarnos, lo hacemos cada vez que cruzamos el umbral de la puerta del aula. Una nunca sabe qué tipo de chavales se encontrará, cuál será la situación personal de cada uno, si dispondrá de un ambiente propicio para el estudio cuando lleguen las 14:25, si tendrá energía suficiente para aguantar una clase de casi una hora. Miren, a nosotros esto de improvisar constantemente no nos pilla de nuevas.

Carta abierta de la FAPA a la Presidenta de la Comunidad de Madrid

Difundimos esta carta a Díaz Ayuso

Estimadas/os amigas/os:

Ante la situación que estamos observando de descoordinación entre la Administración educativa, docentes, familias y alumnado, así como no solo entre los diferentes departamentos de las enseñanzas sino también dentro de los mismos departamentos de los centros educativos. Se siguen enviando tareas y deberes sin coordinarse unos docentes con otros, la prometida enseñanza en línea no es tal y se mandan trabajos que ni son explicados ni se han enseñado en clase.

Ante esta situación lo que solicitamos es que este periodo que estamos viviendo no sea evaluable, como sucede en Galicia, ya que de no ser así rompería con la necesaria equidad educativa, entre otras cosas.

Enlace a la carta abierta a la Presidenta de la Comunidad de Madrid:www.fapaginerdelosrios.org/documentos?EntryId=2224&Command=Core_Download

Recibid un cordial saludo
FAPA Francisco Giner de los Ríos

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