Polémica en la Consejería de Educación de Madrid
«Altanera, destructiva e ignorante»
- La ex directora de Universidades carga en un libro contra Lucía Figar
- Clara E. Núñez critica el uso arbitrario de poder de la consejera de Educación
Bisoñez, altanería, incompetencia, uso arbitrario del poder... Pinceladas como éstas dibujan el retrato que hace de Lucía Figar una ex subordinada suya en la Consejería de Educación, Juventud y Deporte.
Se trata de Clara Eugenia Núñez, directora general de Universidades e Investigación entre 2003 y 2009, y autora del libro Universidad y Ciencia en España, claves de un fracaso y vías de solución. En él detalla los proyectos que puso en marcha para transformar la generación y la transmisión del conocimiento en la región.
Se lo había encomendado la presidenta tras escucharla en un debate televisivo. Sin embargo, muchas de sus iniciativas embarrancaron o se desvirtuaron en la segunda legislatura de Aguirre, con la llegada de Lucía Figar.
«Mi comunicación con la consejera era cada día más difícil. Una tras otra, rechazó todas las medidas que le propuse», explica Núñez, que detalla cómo su jefa prescindía de sus consejos e informes pese a ignorar muchos de los temas sobre los que debía tomar decisiones.
Por ejemplo, Aguirre las convocó para que le explicaran en qué consistía el llamado Plan Bolonia y «Figar, sin saber qué responder, fue incapaz de hacer una presentación coherente de un asunto que apenas conocía». Y va más allá la ex directora general, que contrapone la «inseguridad» y la «debilidad» que mostraba Lucía Figar ante la presidenta con la «dureza» y "altanería" que dedicaba a sus subordinados. «A esto lo llamaba capacidad ejecutiva», afirma Núñez.
'Destituida por su mala gestión'
'Destituida por su mala gestión'
Consultadas por todas estas acusaciones, fuentes de la Consejería de Educación han declinado hacer ningún comentario al respecto salvo aclarar que Clara Eugenia Núñez «fue destituida por su mala gestión al frente de la Dirección General y lo que busca ahora son polémicas para vender su libro».
Pero lo cierto es que la autora regala pelos y señales en sus acometidas. Por ejemplo, destaca cómo Figar invitó su equipo «a no regatear en gastos de representación», su «incapacidad para enfrentarse a una argumentación razonada y coherente» y su obsesión con la imagen pública. «Ella misma se convirtió en jefa de prensa de la Consejería, hasta el punto de que los temas y las decisiones se empezaron a tomar en función de lo que hubiera aparecido en los medios en esos días», recuerda en el libro.
Núñez cuenta cómo Figar bloqueó todo tipo de iniciativas prometedoras. Como un programa para enviar a 100 licenciados a hacer un posgrado en el Reino Unido con los que nutrir de buenos profesores al modelo educativo bilingüe. «No te has reunido lo suficiente», le dijo
También se recoge la reunión en FAES con una comisión de expertos a los que pidió asesoramiento, y la respuesta de Figar cuando uno de ellos le pidió que interviniera para centrar el debate: «Mientras todas las miradas se dirigían a ella, que mantenía la suya en un folio en blanco, se hizo un silencio que pareció no acabar nunca. Finalmente,rompió el folio y, caminando hacia la puerta de salida, nos dejó anonadados con un 'que se lo explique la directora general».
Núñez fue destituida en 2009. «Si hay algún puesto que te interese, ya sabes que tengo un porcentaje de éxito muy alto», le sugirió Figar tras comunicárselo. «Figar seguía teniendo el poder que, en su ignorancia,se tornó destructivo», concluye la autora.
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